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‘El Juli’: nuevo ídolo de Bogotá

Cuando se presagiaba una corrida apoteósica —‘El Juli’ cortó dos orejas al primer toro— la estantería se vino abajo ante la mansedumbre de los toros de Achury Viejo.

Hernán Miranda T.
19 de marzo de 2001

Por : Hernán Miranda T.





Por fin se llenó la plaza de toros de Santamaría. Y el marco del primer coso del país era espectacular con un sol radiante y la emoción de ver los tendidos con su cupo completo. Además como acto simbólico uno de los monosabios soltó dos palomas blancas como homenaje a la tan anhelada paz que buscamos los colombianos.



‘El Juli’

Hay que decirlo con absoluta sinceridad: la plaza se llenó porque hacía el paseíllo Julián López Escobar ‘El Juli’. Y la verdad es que no defraudó a sus seguidores. Al contrario, salió a jugársela toda, a arrimarse y a demostrar porqué está considerado como uno de los mejores de la actualidad. Cubrió los tres tercios de una manera espectacular, con lances a la verónica, lopecinas, con la muleta pases de toda las clases con un magnetismo que lleva a los aficionados al delirio. Que no torea con profundidad, dicen los puristas y ortodoxos. Pero que transmite, transmite, y de qué manera. Además tiene la facultad de darles a sus oponentes el sitio adecuado y si consideramos que a su edad ha llegado donde está es porque estamos ante un torero que dará muchísisimo de qué hablar. Por cierto el domingo hizo las veces de director de lidia y de qué manera: atento a los quites, pendiente de sus compañeros, recogiendo banderillas caídas, ordenándoles a sus subalternos colocarse en el sitio adecuado, llevando a Chiricuto en andas hasta la enfermería, luego de recibir éste una cornada al resbalarse.

Y hay que agregarle otra virtud: la forma en que entra a matar, volcándose sobre su enemigo. Al primero que le correspondió en suerte le propinó una estocada hasta la bola, que luego de la espectacular faena, la presidencia le otorgó las dos orejas. Que hubieran podido ser más si no pincha a su segundo ejemplar, al que también le instrumentó pases de todas las marcas. En fin, de acuerdo con lo visto el domingo pasado no es aventurado pronosticar que ‘El Juli’ es el nuevo ídolo de la afición bogotana.



Juan Bautista

El francés Jalabert salió a no dejarse ganar la pelea de ‘El Juli’. Con muchos más ánimos y deseos que en su presentación anterior. Instrumentó a su primero unos bellos lances —¿fregolinas?— que fueron jaleados por el público. Pero esas ganas se vinieron abajo porque el de Achuty se paró, comenzó a desarrollar sentido y no permitió que el torero nos mostrara todo su arte. En su segundo —otro manso de Achury— le ocurrió exactamente lo mismo. Y con toros de esta clase, definitivamente no se puede.



Paco Perlaza

El diestro de la tierra salió también muy voluntarioso, pero sus dos ejemplares —otros dos mansos de Achury— no le dejaron estar en torero. Se le nota sí, que tiene muy buenas maneras y con seguridad —dándole tiempo al tiempo— podrá llegar muy lejos en esta difícil profesión.



La última de la temporada

Este domingo 18 de febrero se cierra el ciclo taurino en Bogotá y en Colombia con un cartel de lujo: los españoles Juan Serrano ‘Finito de Córdoba’, Julián López y el antioqueño Dinastía. Se lidiarán toros de Agualuna-Zalduendo, encierro con el que la afición tiene guardadas muchas esperanzas. Es de anotar que hoy viernes 17 de febrero —cuando se escriben estas líneas— la boletería está totalmente agotada.