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Diego León Montoya, alias 'Don Diego', y Wilber Varela, alias 'Jabón', las dos cabezas del Cartel del Norte del Valle.

¿A quién le hicieron el ‘mandado’?

Diego León Montoya, uno de los jefes del Cartel del Norte del Valle, envió carta al Presidente negando su vinculación con la masacre de Jamundí. Sus antecedentes, sin embargo, no permiten creerle.

Andrea Peña
7 de junio de 2006

“Es imposible para mí seguir guardando silencio ante los hechos nefastos ocurridos en Jamundí. No puedo permitir que se siga usando mi nombre para desinformar sin pruebas ni elementos de juicio y, al contrario, lanzando temerarias aseveraciones en mi contra sobre hechos magnicidas en los que no tuve nada qué ver y, de hecho, manifiesto mi rechazo de plano”.

Este es uno de los apartes de la carta que Diego León Montoya, alias ‘Don Diego’, envió al Presidente de la República y a algunos organismos del Estado. En la misiva aclara que no es responsable de la masacre ocurrida en la vereda Potrerito de Jamundí, ocurrida el 22 de mayo, donde militares del batallón de Alta Montaña de Los Farallones asesinaron a 10 policías de la Dijín y a un informante que los acompañaba en una operación antinarcóticos.

Pero las investigaciones de la Fiscalía, la historia del Cartel del Norte del Valle que él dirige y la situación de orden público en el departamento no encajan con esa explicación de Montoya, uno de los diez hombres más buscados en el mundo por el FBI, organismo que ofrece 5 millones de dólares por su cabeza.

La semana pasada, el Fiscal General Mario Iguarán fue contundente al revelar los presuntos nexos que miembros de este batallón del Valle tendrían con la mafia de esa región: “Lo que hubo fue un mandado del narcotráfico”, dijo. Sus palabras hacían referencia a los presuntos enlaces que el coronel Bayron Carvajal, comandante de esta unidad militar, tiene con los más importantes lugartenientes de ‘Don Diego’, quienes al parecer son cuidados por el Batallón de Alta Montaña.

Expertos en seguridad, que conocen la zona, explican que Jamundí hace parte de un corredor muy importante para los hombres de ‘Don Diego’ que sacan cocaína por el Pacífico. “Ante la caída de los corredores del sur del Chocó, por una fuerte presencia de las Farc en zonas como el Cañón de Garrapatas, se fueron más hacia el sur del Valle para llegar hasta Buenaventura y sacar los cargamentos por el río Naya.
A Felidia, por ejemplo, sede del Batallón de Alta Montaña, y eso podría explicar la alianza narcos-Ejército. Así evitan capturas y cuidan caletas como la que supuestamente había en Potrerito, donde mataron a los policías de la Dijín”, dijo a SEMANA.COM un experto que conoce la región.

Una parte del Cañón de Garrapatas es zona de cultivo, procesamiento y escondite de la droga que luego pasan por el río San Juan, donde han instalado zonas de embarque. “Esa expansión por la Cordillera Occidental es la que explica la ofensiva de los ‘paras’ hacia San José del Palmar en el Chocó, conectado económicamente con el Norte del Valle, lo que permite la consolidación del corredor para llegar, finalmente, a Buenaventura”, dice el experto.

Tampoco se puede olvidar la pelea a muerte que hoy libran Montoya y Wilber Varela, alias ‘Jabón’, ex socios del Cartel del Norte del Valle que financiaron buena parte de los delitos cometidos por los Bloques Calima y Pacífico de las autodefensas, hoy desmovilizados. Sus viscerales diferencias han dejado centenares de muertos y desaparecidos por cuenta de sus bandas de sicarios (Los Yiyos y Los Mellizos, del lado de Diego Montoya; y Los Rastrojos, del bando de Jabón) no sólo en el departamento del Valle, sino en Risaralda, Quindío y Chocó. Ni la Policía, ni el Ejército han podido hacer algo para frenar este desangre. (Ver Informe del Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia de la República)

Hoy las autoridades intentan resolver la responsabilidad de Carvajal y de 28 de sus hombres en la muerte de los policías de la Dijín y el informante. Seguramente, la presión del Presidente Álvaro Uribe, de la opinión pública, de la DEA que apoyaba al grupo de la Policía harán que el caso se resuelva pronto y se conozcan los nombres de los culpables en los próximos días. Pero aún así, el mal no se ha acabado: ¿dónde están las cabezas del Cartel del Norte del Valle?

El Cartel

Diego León Montoya Sánchez es uno de los narcotraficantes más buscados por el FBI y la DEA en el mundo. Hasta finales del 2003, trabajaba con Wilber Varela, un ex policía con quien mantuvo el negocio de la droga en el Valle. Durante varios años fueron comerciantes que secundaban a capos como Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela (extraditados a Estados Unidos); y a los fallecidos Hélmer Pacho Herrera e Iván Urdinola Grajales.

Hoy son casi los únicos dueños y señores de la cocaína en el Valle del Cauca y se han servido de los paramilitares (entre ellos de ‘Macaco’, jefe del desmovilizado Bloque Central Bolívar) para asegurar las rutas por donde sacan la droga hacia el exterior.

Un miembro de la Dijín que investiga este caso asegura que Jamundí ha sido santuario de resguardo y pasadizo importante para la gente de Montoya, como por ejemplo, William García Albán, alias el ‘Indio William’, uno de los jefes de las autodefensas asentados en este lugar.

“El Batallón de Alta Montaña se instaló a raíz de los secuestros de la Iglesia de La María y el del kilómetro 18 vía al mar. Con ese dispositivo se corrió hacia el sur al ELN, mientras que las Farc utilizaron ese espacio para crecer hacia el Norte del Valle y copar la Cordillera Occidental. De esta manera unieron sus frentes del occidente con los de Antioquia y el Eje Cafetero. Por eso para los narcotraficantes es mejor coordinar todo desde Jamundí y sus alrededores”, explicó la fuente.

Durante los últimos dos días, una comisión especializada de la Procuraduría reconstruyó la masacre de Jamundí con los militares involucrados en los hechos. Para la próxima semana, con base en estas pesquisas, se esperan las primeras sanciones disciplinarias mientras que la Fiscalía intenta desentrañar la responsabilidad penal de los uniformados. Lo que el país espera con todo esto es que, por fin, caiga uno de los jefes del Norte del Valle.