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Cualquier síntoma de mala salud mental que en una persona debe ser atendida con atención para evitar consecuencias mayores.

salud pública

Alerta por los riesgos de suicidio en personas que sufren una enfermedad mental

Del millón de personas que mueren por suicidio cada año, más del 90 por ciento padecen al menos una enfermedad mental. El médico José A. Posada-Villa analiza esta situación a propósito del Día Mundial de la Salud Mental.

José A. Posada-Villa
5 de octubre de 2006

Este martes 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental, acontecimiento que se celebra por organizaciones de salud mental en todo el planeta. Para esta ocasión, el tema central trata uno de los problemas de salud pública más urgentes del mundo, el alto predominio de suicidios entre las personas que padecen una enfermedad mental.

Así, la Federación Mundial de Salud Mental reunirá a grupos de servicios, de educación y de defensa de la salud mental en más de 100 países para llevar a cabo eventos de concientización y educación en el tema. Profesionales de la atención médica primaria, funcionarios de la salud pública y legisladores expondrán la campaña, que combina estrategias tanto educativas como de promoción que intentan mejorar el entendimiento y las actitudes públicas acerca de aquellas personas que padecen enfermedades mentales.
 
Asimismo se busca impulsar a los funcionarios del gobierno a aumentar los esfuerzos necesarios para dirigir más recursos hacia el reconocimiento y el tratamiento precoz de los problemas de salud mental.

El tema de la campaña de este año, “Crear conciencia para reducir riesgos: enfermedad mental y suicidio”, se eligió con el fin de poner énfasis en el hecho de que el suicidio es a menudo una consecuencia de no reconocer ni tratar enfermedades mentales serias, como la depresión y la esquizofrenia. Estudios realizados tanto en países desarrollados como no desarrollados muestran un alto predominio de enfermedades mentales entre aquellos que mueren por suicidio.

La Organización Mundial de la Salud calcula que del millón de personas que muere por suicidio cada año, más del 90 por ciento padece al menos una enfermedad mental, por lo general no diagnosticada, o abusa del alcohol u otras drogas. El riesgo de suicidio a lo largo de la vida entre las personas con trastornos del estado de ánimo (principalmente depresión) es del 6 al 15 por ciento, mientras que para los esquizofrénicos es del 4 al 10 por ciento.

En estudios realizados en países de todo el mundo se sabe que las personas con enfermedades mentales serias tienen mayores posibilidades de intentar suicidarse o de suicidarse si no reciben tratamiento o si no se tratan adecuadamente. Este dato debe brindar a todos los sectores involucrados en el cuidado de la salud mental y de la salud pública un nuevo sentido de urgencia en la labor que realizan en sus comunidades locales.

También debe motivar a los organismos y funcionarios del gobierno a prestar más atención a las consecuencias negativas tanto sociales como económicas por la falta de políticas para evitar la devastación que el suicidio trae tanto a los familiares y como a toda la comunidad.
 
Uno de los mensajes clave que la Federación Mundial para la Salud Mental espera que se transmita a través de las campañas del Día Mundial de la Salud Mental es que el suicidio no debe aceptarse como un aspecto trágico e inevitable de las enfermedades mentales. Varias investigaciones han demostrado que al menos una quinta parte de los suicidios en personas con enfermedades mentales serias puede prevenirse.

Para reducir el riesgo de suicidio entre las personas que padecen enfermedades mentales y la población en general se requiere una mayor voluntad política y de los sistemas de atención médica, para encontrar una opción en el diagnóstico precoz y los programas integrales de rehabilitación de pacientes.

Los enfoques de la salud pública deben incluir mayor atención a la erradicación de los estigmas y la discriminación constantes que históricamente han acompañado tanto a la enfermedad mental como al suicidio para lograr que aquellos que necesitan ayuda tengan más posibilidades de buscar tratamiento y apoyo durante las primeras etapas de su trastorno.

Con el tema de la campaña del Día Mundial de la Salud Mental de este año se envía un mensaje que contrarresta la común percepción de que las enfermedades mentales constituyen una preocupación secundaria de la salud que puede posponerse hasta que se hayan abordado asuntos más inmediatos y urgentes de la atención médica. Las enfermedades mentales no tratadas pueden resultar fatales, por lo que se las debe abordar como un problema de suma importancia.