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El presidente Hugo Chávez en una manifestación en Caracas. FOTO: AP

CONSECUENCIAS DE LA CRISIS

Análisis: Lo que dejó de ganar Chávez con la facilitación del intercambio humanitario

Hasta ahora se ha escrito sobre la que perdió Piedad Córdoba, las Farc y el presidente Uribe con esta crisis. Pero, otro derrotado es Hugo Chávez. ¿Por qué? Análisis.

Ariel Ávila / Corporación Nuevo Arco Iris.
29 de noviembre de 2007

Si se analizan los posibles beneficios que habría podido alcanzar el gobierno venezolano, se puede hablar de tres. En primer lugar, podría consolidar aun más su presencia internacional, como actor de primera línea y, sobre todo, consolidar su discurso llamado revolucionario, de modo que le diera una mayor importancia en la región, más si tenemos en cuenta que el gobierno Uribe se encuentra al otro lado del discurso político, con una retórica cercana al gobierno estadounidense, que maneja la lucha contra el terrorismo y la mano dura como mecanismo idóneo para combatir grupos al margen de la ley. La posibilidad de que el gobierno venezolano logre un acuerdo humanitario daría una imagen de que la salida a los conflictos armados más eficaz es la vía del diálogo, algo con lo que el gobierno Uribe no esta muy de acuerdo y que derrumba su discurso antiterrorista.

La presencia Internacional del gobierno venezolano en el último tiempo se ha venido incrementando, por diferentes razones. El primer paso se dio al inició de su mandato, cuando realizó una gira para fortalecer a la Opep, viaje que lo llevó incluso a Irak, en plena época de Hussein; luego el incremento del precio del petróleo le dio un gran impulso, tanto político, como económico, y logró pagar la deuda externa y cubrir todo el déficit que le había producido el llamado golpe petrolero, es decir, el paro que afectó a Pdvsa en el año 2002; su campaña internacional se incremento con su oposición rotunda al proyecto del Alca e instaurando uno propio como lo es el Alba, situación que, sin importar que tan realista sea, ya le ha permitido lograr el apoyo de cuatro gobiernos: el nicaragüense, el boliviano, el ecuatoriano y el cubano. Muestra del incremento de la influencia venezolana fue su aspiración en 2006 a un puesto en el Consejo de seguridad de la ONU, que lo disputó con el gobierno guatemalteco, y la creación del llamado Banco del Sur. Por tal motivo, si se lograra el acuerdo humanitario con la mediación del gobierno Chávez, el triunfo político sería importantísimo para su política exterior. El gobierno Sarkozy es de derecha y durante la presidencia anterior las relaciones no fueron muy buenas, de ahí que el simple viaje de Chávez a Francia el 20 de noviembre es un logro más en su política exterior.

Además de este logro internacional con un posible acuerdo humanitario, Hugo Chávez lograría otra situación muy beneficiosa. Las principales críticas hechas a su gobierno por parte de la oposición son sobre el tema de la seguridad, algo que el gobierno Chávez no ha podido resolver, y esté tema no sólo se produce en los centros urbanos, sino también en el nivel de provincia. El estado de Zulia, que limita con Colombia, es tal vez uno de los feudos, si no el único, de dominio de la oposición, de ahí ha salido la gran mayoría de líderes opositores al gobierno de Chávez. También ha sido uno de los estados con más presencia de las FARC; las denuncias sobre secuestros, intimidaciones y, en general, presencia guerrillera en la zona han creado una serie de peticiones sobre el mejoramiento de la seguridad. Es por tal razón que, con la intermediación de Chávez, este último podría lograr una especie de acuerdo implícito, más no explícito, sobre la no intervención de las Farc en el territorio venezolano, así lograría solucionar en gran parte el problema de la seguridad de su territorio.

Manuel Rosales, que es tal vez el líder opositor más reconocido en el momento y que lideró la campaña opositora en las elecciones pasadas, era y es gobernador del estado de Zulia hoy día. Las denuncias sobre posible colaboración de la guardia venezolana con diferentes grupos al margen de la ley, no únicamente guerrilleros, son múltiples: por ello, una mayor seguridad en la zona es un objetivo primordial para el gobierno. Además, el próximo 2 de diciembre se lleva a cabo la votación sobre el referendo que pretende reformar 70 artículos de la Constitución venezolana, y el tema del intercambio, o más bien el acercamiento para el inicio de los diálogos entre el mandatario venezolano y la guerrilla de las Farc, así como las del ELN, es una buena cortina de humo, ante las críticas internacionales y nacionales por dicho proyecto.

La supuesta presencia de grupos al margen de la ley en territorio del vecino país ha traído roces diplomáticos con diferentes gobiernos. Por un lado, los resquemores con el gobierno colombiano han sido varios y no sólo por presencia de las Farc, sino también por la presencia de grupos paramilitares: son ya varios los casos en que miembros del gobierno venezolano han acusado a paramilitares colombianos de estar confabulando un atentado contra el mandatario venezolano; de hecho, durante algo más de dos años, el gobierno Chávez mantuvo prisioneros a varios colombianos acusados de ser paramilitares. Igualmente, el episodio sobre la captura de Rodrigo Granda por autoridades colombianas, en diciembre de 2004, mientras éste se encontraba en territorio venezolano, trajo una fuerte tensión entre ambos gobiernos. Informes del Secretario de Estado norteamericano han manifestado que Venezuela esta incrementando su exportación de drogas y que puede ser porque está siendo utilizada como ruta de exportación por diferentes grupos que podrían ser colombianos. Por tal motivo, el acercamiento de las Farc con el gobierno de Venezuela podría dar una mayor seguridad en la frontera.

Una tercera situación en la cual se podría ver beneficiado el gobierno venezolano es la seguridad para los llamados mega-proyectos que adelanta con el gobierno colombiano, sobre la construcción de gasoductos y oleoductos, muchos de los cuales pasan por zonas controladas tradicionalmente por las Farc; con lo cual la guerrilla no atentaría contra estas instalaciones, incluida la posibilidad de que el acuerdo humanitario sea el avance para un proceso de paz, así la seguridad en la frontera quedaría garantizada. Igualmente trataría de pactar con el gobierno colombiano la lucha contra los llamados grupos emergentes, no desmovilizados o en situación de rearme, quienes también hacen fuerte presencia en la frontera, sobre todo en las zonas que dejó libre el grupo desmovilizado Bloque Catatumbo, donde el gobierno colombiano tendría que comprometerse a la lucha sin tregua contra estas tropas y los grupos de narcotraficantes que operan en la zona.


Ariel Ávila es politólogo investigador del Observatorio de Conflicto Armado de la Corporación Nuevo Arco Iris.