Home

On Line

Artículo

“Antes de pisar una mina, me miraba al espejo y veía todo normal”

Mileinis, tiene 14 años, fue víctima de una mina antipersona cuándo salía de su casa para hacer una tarea escolar.

28 de noviembre de 2006

“Cuando me voy a bañar, me miro al espejo y pienso que me hace falta mi pierna. Me pongo a llorar. Antes de pisar una mina, me miraba al espejo y veía todo normal. Pero yo les quiero mostrar a mi mamá y a mis hermanos que puedo ser fuerte y que no voy a sufrir tanto como ellos se imaginan. Yo le digo a mi mamá: “Cuando se cumpla un año del accidente, quiero que me lleve a La Gabarra, para no olvidar”. Quiero ir cuando falten 15 para las 6 de la tarde, y acordarme de ese día; acordarme que estuve ahí con mis dos piernas y que ahora estoy sólo con una. Mi mamá me dice que no, que para qué. Ella no me quiere ver sufrir.

Eso fue el 9 de mayo de 2005. Por la mañana, la profesora nos dijo: “Las niñas de quinto, por favor, van y me averiguan el nombre del Presidente de Colombia, del gobernador y del alcalde”. Cuando llegamos a mi casa, le dije a mi mamá que teníamos que almorzar rápido, para poder ir a hacer la tarea. “Mileinis, mija, lleve de una vez estos huevos y los vende por allá, para ver si con eso hacemos algo”, me dijo ella, antes de salir.
Como a un kilómetro y medio de mi casa, me dieron ganas de orinar. Y como eso es puro campo, cuando a uno le dan ganas, pues orina por ahí. Iba a hacerlo a la orilla de la carretera, pero escuché un carro y me metí cinco pasitos más allá. Ahí había un hueco tapado con hojas frescas. Lo iba a tocar, pero me avispe. “Yo no piso eso, porque de pronto me caigo y parto los huevos”, pensé. Puse los huevos a un lado y me pasé para el otro. Oriné. Al subirme los pantalones, se me fue el pie y pum; algo estalló. Yo dije: “Huy, ¿qué pasó?”. Eso parecía un sueño: yo me miraba y pensaba que me había pasado lo mismo que al militar ese, el que había pisado una mina.

Me trajeron para Bogotá. Mi ilusión siempre fue venir y conocer a mi tía que vive acá. Nunca pensé que fuera a ser con una sola pierna. Quién sabe de quien fue la culpa. Tal vez fue por la guerra que hay en Colombia, o quién sabe por qué otra cosa. El caso es que así fue. Me gusta pensar que me pasó a mí para que no le pasará a otros niños. Después de mi accidente, desactivaron bastantes minas; las mismas que hubieran pisado quién sabe cuantos niños más”