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Aparte del testimonio de Gerardo Aguirre Ballesteros ante la Fiscalía el 17 de abril de 2002

13 de marzo de 2008

“Fui testigo presencial de una conversación que se dio en Peñas Coloradas, bajo Caguán en la sala de la casa del puesto de salud de ese corregimiento. Yo estaba a raíz de ser presentado frente al camarada Fabián Ramírez por el camarada Darwin Marín alias WARA, hoy desertor de las FARC. Nos encontrábamos dándole a Fabián los detalles de los costos y aspectos técnicos del montaje de los talleres de mecánica automotriz del frente 14, habíamos viajado desde la finca del miliciano Miguel, jurisdicción de Cartagena del Chairá en un deslizador con los señores Edgar Calderón, José Agatón, Darwin Warín y la escolta personal de el ante el corregimiento de Peñas Coloradas. Después subimos al puesto de salud que queda en lo alto del pueblo, ahí en la sala de la casa del médico Cristian, jefe del puesto de salud, y después de hablar y de ser presentado por el camarada Fabián oí la conversación referente sobre los Turbay, y yo no fui retirado de la sala por que el guara le dijo a Fabián que él me conocía y yo era de absoluta confianza.

Me senté en una silla del comedor, junto a las sillas de la sala en la que estaban sentados Edgar Calderón, Darwin Warín y Fabian Ramírez y oí lo siguiente: vengo camarada, vengo de parte de mi jefe Almario a tratar un tema muy delicado que es respecto a doña Inés Cote de Turbay, de la cual tenemos información de que ella, la vieja fue la que trajo los paracos al Caquetá, a Florencia, ella los trajo. Los ubicó e hizo contacto con los comerciantes y ganaderos de Florencia para que los financiaran y habló con amigos de ella de la finca para que se las prestaran para montar las bases, todo eso por que ella cree que las FARC levantaron al hijo, o sea a Rodrigo Turbay. La vieja en el Caquetá es la que manda, los hijos son un par de títeres de ella, ella es la que dice quien es gobernador o alcalde, es el verdadero poder, por eso estamos Fernando y yo muy preocupados y venimos a decirle que medidas se pueden tomar. A esa vieja hay que matarla. Lo dijo Edgar Calderón, a lo que Fabián Ramírez contestó: hombre Edgar, todo eso se puede, pero déjame hablar con mi jefe Joaquín Gómez y si las cosas son así, la matamos.”