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Uno de los concejales heridos fue trasladado a Neiva. (Cortesía Diario del Huila)

Conflicto

Asesinados nueve concejales en Huila

Las Farc comenzaron a sabotear la próxima jornada electoral. El costo es muy alto: ya van nueve civiles asesinados en Caquetá y ocho concejales acribillados en Huila.

Andrea Peña
27 de febrero de 2006

Nueve concejales del municipio de Rivera, a 20 minutos de Neiva (Huila), fueron asesinados en la tarde de este lunes por supuestos miembros de la columna móvil ‘Teófilo Forero’ de las Farc, que al parecer ordenó a un grupo de milicianos hacer el atentado para hacer evidente su presencia en esta zona, justo dos semanas antes de las elecciones para el Congreso de la República.

En la lista oficial de personas fallecidas se encuentra Octavio Escobar (presidente de la corporación); Aníbal Azuero, Desiderio Suárez, Héctor Iván Tovar, Jaime Andrés Perdomo, Sélfides Fernández, Arfair Arias, Moisés Ortiz y Luis Ernesto Ibarra. Tras el ataque, también quedaron varias personas heridas, entre ellas los concejales Gloria Ortiz, Moisés Ortiz, Gil Trujillo, el secretario del Concejo, Saúl Rojas, y el policía John Fredy Vargas, que son atendidos a esta hora en centros asistenciales de Neiva.

Varios testigos del restaurante Los Gabrieles, donde los funcionarios se encontraban en un almuerzo de trabajo, aseguraron que al filo de las 2 de la tarde unos 15 hombres, vestidos con prendas militares, llegaron en una camioneta y varias motos, dispararon durante unos cinco minutos y se fueron.

Cero y van...

No es la primera vez que las Farc golpean instituciones como estas. En Puerto Rico, Caquetá, integrantes de este grupo guerrillero irrumpieron en el recinto del Concejo en mayo del año pasado, y mataron a cinco concejales y al secretario de la corporación. Dos meses después, en el municipio huilense de Campoalegre, las Farc asesinaron a tres concejales y a la hija del secretario del Concejo, de 13 años de edad.

La gravedad de los hechos no sólo es evidente por las numerosas matanzas en tan poco tiempo, sino por el lamentable récord que la Federación Nacional de Concejos tiene en su lista: hoy son 122 los concejos municipales con situación de alto riesgo, y en departamentos como Arauca, Caquetá, Casanare, Cauca, Cundinamarca, Chocó, La Guajira, Huila, Tolima, Meta, Nariño, Putumayo y Sucre, la amenaza es inminente. (Ver Sitios Relacionados).

La pregunta es por qué el blanco de los guerrilleros es una corporación de elección popular. La respuesta, posiblemente, apunta a que debilita con más fuerza la institucionalidad de esas poblaciones en las llamadas “zonas rojas” donde, supuestamente, la Política de Seguridad del presidente Álvaro Uribe está siendo más efectiva, y donde la democracia debería ejecutarse con mayor fluidez.


“Esto no es más que el típico saboteo preelectoral de siempre. Tienen más intención de frustrar un segundo mandato de Uribe Vélez, que de evitar que se hagan las elecciones”, explica Sergio Jaramillo, de la Fundación Ideas para la Paz.

Los recientes hechos de Campoalegre generaron una alerta generalizada para todos los funcionarios públicos que trabajan en el sur del país. Y aunque la Gobernación del Huila confirmó que no había amenazas específicas contra los miembros de esta corporación, el comandante del Ejército, general Mario Montoya, aseguró que había un grupo pequeño de policías que estaban escoltando a los concejales, lo que significa que eran pocas las garantías de seguridad que tenían las víctimas.

“El Gobierno ha mostrado como un éxito que los concejales hayan sido elegidos en estos lugares y que estén trabajando normal. Por eso es que se convierten en un objetivo de guerra, y lo que les sirva a los guerrilleros para la estrategia publicitaria y demostrar que la Política de Seguridad no es nada del otro mundo, lo hacen”, sostiene Alirio Calderón, quien conoce de cerca la situación de conflicto en zonas como Caquetá, donde este fin de semana fueron asesinados nueve civiles entre San Vicente del Caguán y Puerto Rico (Ver Señal de Sangre).

Esta es una señal más de que los grupos armados ilegales harán cuanto puedan para hacerse sentir. Por eso, la fuerza pública sabe bien lo que se viene encima.