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A la espera de una decisión del Gobierno, los familiares de los secuestrados esperan a que sus familiares pasen este año la Navidad en sus hogares.

Viernes, 13 de octubre, 3:30 p.m.

Aumenta el riesgo de que los secuestrados no sean liberados antes de Navidad

Las cuentas son sencillas: faltan 79 días para que se acabe 2006, de los cuales el comisionado estará 15 en Cuba para el encuentro con el ELN. Las Farc, además, exigen mínimo 45 días para pactar el acuerdo humanitario. ¿Es suficiente el tiempo que queda para lograr que los secuestrados pasen Navidad con sus familias?

Andrea Peña
13 de octubre de 2006

Nunca antes habían estado tan esperanzados como ahora. Nunca como en estas últimas semanas habían visto tan clara la posibilidad de un acuerdo humanitario. Y nunca habían rezado tanto como en estos momentos para que, de una buena vez, el Gobierno y las Farc se sienten en una mesa, donde sea y como sea, para hablar del regreso de sus seres queridos, quienes están secuestrados desde hace años en quién sabe qué escondedero de la selva colombiana.

Desde la segunda posesión del Presidente Uribe cuando las familias de 58 secuestrados políticos oyeron su discurso en el Congreso de la República, el alma les volvió al cuerpo: después de cuatro años de una línea guerrerista y poco pacifista, el Gobierno parecía darle luz verde a una zona de encuentro para sentarse a hablar sobre un acuerdo humanitario, palabras que ambas partes pronunciaron con condiciones inamovibles que ni las Farc ni el Gobierno cambiaron en este tiempo (Ver Artículos Relacionados: “Ahora que se vislumbra un acuerdo humanitario...”).

Varias semanas han pasado y, con ellas, el intercambio de comunicados de prensa de las Farc y de Uribe han estado a la orden del día para que medios de comunicación, políticos, analistas y gente del común puedan opinar, criticar, aplaudir o comentar cualquier cosa sobre los mismos. Mientras tanto, las víctimas del secuestro siguen rezando en silencio, como si con su prudencia no quisieran interrumpir cualquier decisión que puede favorecer la libertad de sus seres queridos.

Ahora falta un poco más de dos meses para que se acabe el año. En ese breve lapso, el Gobierno, si así lo decide, deberá concretar la zona de encuentro para ubicar una mesa con unas cuantas sillas en las que se sentarán sus representantes frente a los tres voceros de las Farc. Ahí se definirán los procedimientos para liberar a los guerrilleros presos por delitos políticos, quienes quedarán en libertad a cambio de secuestrados como el coronel de la Policía Luis Mendieta, que lleva en poder de las Farc 8 años.

El tiempo

Es cierto que ni el acuerdo humanitario, ni los posibles diálogos de paz son una carrera contrarreloj. Sin embargo, el año se acaba y entre más se dilaten las decisiones, aumenta el riesgo de que los ánimos se derrumben.

“Deberían decidir pronto cuándo van a despegar Florida y Pradera (en el Valle) para que no nos hagan sufrir más porque a pesar de nuestro optimismo, es un desgaste muy profundo para nosotros. Tanto las Farc como el Gobierno tienen interés por el acuerdo, ya están claras las condiciones para uno y otro lado, ¿qué más esperan?”, dice doña Yolanda Pulecio, madre de la ex candidata presidencial, Ingrid Betancourt, privada de la libertad desde 2002.

Sin embargo, esas condiciones pueden frustrar cualquier avance hacia el acuerdo como por ejemplo, la decisión de ‘Raúl Reyes’ conocida este jueves. Este miembro del Secretariado de las Farc, en una entrevista al canal Telesur, dijo que “los guerrilleros serán recibidos por los voceros nuestros e igualmente se entregaran los del Gobierno a sus representantes”.

¿Qué quiere decir esto? ¿Qué Carlos Antonio Losada, uno de los subversivos negociadores, recibirá uno a uno a los guerrilleros ex presidiarios para entregárselo a Frank Pearl, Alto Consejero par ala Reinserción? No. Evidentemente las Farc quieren que su gente vuelva a las filas de combate, hecho que no tolerará el Presidente Uribe.

En teoría, estos temas son los que se deberán discutir en la mesa de diálogo. Pero Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado para la Paz, acaba de irse para Cuba a instalar la cuarta ronda de conversaciones entre el Eln y el Gobierno. De acuerdo con Uribe, él es el vocero oficial para hablar con las Farc, pero resulta que en la isla permanecerá durante 15 días.¿Serán entonces dos semanas perdidas en los acercamientos con las Farc?

Los cálculos matemáticos podrían apuntar a que, en efecto, en los próximos días no habrá despeje, ni mesa de negociación, ni nada. Si Uribe ordena, por ejemplo, retirar las tropas militares de Florida y Pradera, habría que esperar la llegada de Restrepo y, a partir de ese momento, contar 45 días (la condición del grupo guerrillero para verificar la zona, hablar y abandonar el sitio), es decir, todo acabaría a mediados de diciembre. ¿Ese tiempo es suficiente para lograr la liberación de los secuestrados?

Las víctimas del secuestro quieren pensar que sí. El país también. El Gobierno no habla del tema. Y las Farc no se mueven de su posición. Las buenas noticias dependen de estas dos últimas partes. Noticias por las que los familiares de los secuestrados, seguirán rezando cada vez más.