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Buen viento y buena mar

A bordo de la Nao Victoria, una embarcación igual a las que se utilizaban hace 500 años, un grupo de españoles intenta darle la vuelta al mundo.

23 de enero de 2005

El mar, ese lugar inmenso lleno de historias de piratas, sirenas, navegantes y leyendas mágicas, ha inspirado al hombre desde el principio de los tiempos. Recorrerlo en barco y descubrir los misterios que esconde ha motivado a cientos de personas a lanzarse al agua a pesar de los peligros. Este es el caso de un grupo de españoles que decidieron darle la vuelta al mundo en una embarcación similar a la que utilizaban los marineros hace 500 años.

No se trata de una historia de ficción pues mientras lees estas páginas una veintena de hombres intrépidos, al mando del capitán José Luis de Ugarte, están navegando el Océano Pacífico a bordo de la nao Victoria rumbo a Japón.

Hoy este tipo de embarcaciones llaman la atención pero hace cinco siglos eran el medio de transporte ideal para enfrentarse al mar. Estas naves fueron las mismas que utilizó Fernando de Magallanes en 1519 cuando salió en busca de una ruta que uniera el Atlántico con el Pacífico para poder llegar hasta las islas Molucas, productoras de especias, sin tener que pasar por Africa.

La flotilla, compuesta por las naos Trinidad, San Antonio, Concepción, Santiago y Victoria, cruzó el Atlántico y bordeó las costas de Brasil y Argentina, hasta llegar a la entrada de un estrecho que años después sería bautizado con el nombre de Magallanes en honor al expedicionario portugués. La nao Santiago encalló en un río argentino, a la Trinidad la tuvieron que quemar, la Concepción se accidentó y la nao San Antonio abandonó al resto del grupo y regresó a Sevilla. La expedición empezó a complicarse pero los marineros estaban seguros de llegar a su destino final.

Durante tres meses los expedicionarios navegaron sin comida fresca ni agua potable y con la tripulación enferma, hasta que finalmente el 24 de enero de 1521 llegaron a las islas Marianas, donde se aprovisionaron. Luego partieron a las islas Filipinas, pero Magallanes no pudo completar su sueño de darle la primera vuelta al mundo, pues murió en un combate con indígenas en una isla del Pacífico, el 27 de abril del mismo año.

A las islas Molucas sólo pudo llegar la nao Victoria comandada por Juan Sebastián Elcano, quien tomó el mando de la expedición luego de la muerte de Magallanes. De los 250 tripulantes que partieron de Sevilla el 10 de agosto de 1519 apenas regresaron a España 18 hombres el 6 de septiembre de 1522 luego de casi tres años de viaje.

Para conmemorar el quinto centenario del Descubrimiento de América, España construyó réplicas de los barcos que usaron los exploradores de la época: las carabelas de Cristóbal Colón y la nao Victoria. Esta última fue exhibida al público en la exposición de Sevilla en 1992 y después permaneció anclada en un muelle hasta que un grupo de aventureros españoles decidió recuperarla.

Tras analizar antiguos documentos, ilustraciones de la época y restos arqueológicos, los expertos se dieron a la tarea de reformar la réplica para hacerla navegable respetando las características de las embarcaciones de entonces.

El pasado 12 de octubre la versión renovada de la nao Victoria zarpó de Sevilla y se lanzó a la conquista del nuevo mundo. Aunque en principio se quería repetir tal cual la hazaña de Magallanes y Elcano, la ruta resultaba muy peligrosa así que optaron por atravesar el Atlántico, visitar Cartagena - uno de los puertos comerciales más importantes durante la Colonia-, pasar por el Canal de Panamá y cruzar el Pacífico hasta Japón. Los expedicionarios no tienen muchas comodidades y navegan con instrumentos antiguos (ver recuadro), duermen en pequeñas literas y su turnan para cocinar y hacer las reparaciones del barco. No obstante cuentan con tecnología de punta en caso de una emergencia y una vez por semana envían un reporte de sus actividades a España para contar como les está yendo.

Si todo marcha bien la nao Victoria llegará en marzo a la ciudad japonesa de Nagoya en donde participará en la Expo Aichi 2005, la Exposición Universal más grande de los últimos años.

Palabreando:

Nao: Nombre que se les daba a las antiguas embarcaciones. Se distinguía de las demás porque no tenía remos.

Especias: Semillas y plantas que sirven de condimento. Clavo, canela, azafrán, pimienta.

Encalló: Cuando un barco se queda atascado en arena o piedra y no puede moverse.

Arqueológicos: Restos de monumentos y objetos antiguos, que sirven como documento histórico.

Literas: Camas estrechas y sencillas que usan los barcos y trenes.

Sabías que...

Luego de que Elcano regresó a su país, el rey le concedió como escudo una esfera del planeta con una frase en latín: "Primus circunvidiste me", que significa, "Fuiste el primero que me diste la vuelta".

Guardianes del Patrimonio

Diana Carolina Guzmán, Wendy Castillo y Daniela Murillo, tres niñas que hacen parte de los Niños Informadores del Patrimonio Cultural y Natural de Cartagena, estuvieron con los tripulantes de la nao Victoria. Ellos les explicaron cómo es la vida dentro de un barco. Los expedicionarios se dividen en grupos de a cinco marineros y hacen turnos de seis horas. En ese tiempo ellos tienen que hacer la comida, navegar y arreglar las cosas que se dañen. Al principio se mareaban pero ya se acostumbraron al movimiento de las olas. Aún así muchos prefieren dormir en la cubierta y no en las literas de abajo porque hace mucho calor. Su alimentación se basa en granos como el fríjol, la lenteja y el arroz. Tienen un baño pero como el consumo de agua es restringido se da prioridad al uso del sanitario. En sus ratos libres cantan, escriben en sus diarios y leen.

Navegación al estilo de antes

La nao Victoria cuenta con teléfono satelital, Internet y demás avances de telecomunicaciones para usarlos en caso de emergencia pero la navegación se realiza con instrumentos antiguos como los siguientes:

Astrolabio: Instrumento que permite determinar la posición de las estrellas sobre el cielo.

Brújula: Siempre marca los polos Norte y Sur. Así, no importa hacia dónde la apuntes, siempre te dice en dónde estás.

Sextante: Permite medir ángulos entre dos objetos, por ejemplo, dos puntos de una costa o el sol y el horizonte. Era de gran importancia en la navegación