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Carta del Fiscal Ramiro Marín a SEMANA sobre el caso de Mario Uribe

31 de agosto de 2008

Bogotá, 25 de agosto de 2008

Señores
PUBLICACIONES SEMANA
Bogotá

En el articulo ¿Se acaba la parapolítica?  De la edición 1373 de la revista, en relación con el caso MARIO URIBE ESCOBAR, el autor señala: “En lo referente a Mario Uribe, por ejemplo, fuentes  de la Fiscalía le comentaron a SEMANA que la decisión de revocar la medida que lo había metido en la cárcel tuvo que ver con la fragilidad de la investigación de la primera instancia. Y que por ello, quedó abierto el caso para que se practiquen más pruebas....” y más adelante se pregunta: “¿Por qué el fiscal que hizo la investigación ordenó la detención con elementos acusatorios tan frágiles? ¿Por qué la Fiscalía no investigó el negocio de tierras que Mario Uribe hizo en 2000 con el ‘Tuso’ Sierra, uno de los 14 jefes paramilitares extraditados?”. Igual sugerencia se ha repetido en dos presentaciones de Noticias Uno, cuando el noticiero hace eco de que el fiscal del caso adrede puso la fragilidad no sólo en la investigación sino en la medida de aseguramiento del 21 de abril de 2008, con el fin de propiciar la revocatoria, Pues bien, permítame hacerles las siguientes aclaraciones:

1. Por mi concepción institucional del Derecho debo respetar la segunda instancia que en este caso hace el señor Vicefiscal  GUILLERMO IGNACIO MENDOZA DIAGO, así como todos estamos obligados a acatar la reserva de la investigación.

2. Sin embargo, en legítima defensa de mi honor personal, familiar y profesional debo aclarar que, a la fecha de la medida de aseguramiento, el expediente ya contaba con el testimonio no sólo de las personas que se mencionan en el artículo de la revista, sino igualmente de otras seis (6) que se pudieron conseguir hasta esa fecha, todos correspondientes a los partícipes de las sendas reuniones a las cuales se contrae la investigación (con “Mancuso” y “Pitirri”). El sumario igualmente, para la fecha indicada, incluía documentos de resultados electorales de los años 1998, 2002 y 2006, correspondientes a los ex congresistas MARIO URIBE ESCOBAR, MARIA ELEONORA PINEDA ARCIA y MIGUEL ALFONSO DE LA ESPRIELLA BURGOS, acompañados del respectivo estudio comparativo hecho por la investigación del CTI. El expediente también contenía, para la fecha indicada, sendos anexos sobre un cúmulo de bienes inmuebles que aparecen  a nombre del doctor Uribe Escobar y otras personas cercanas, y sobre ello se ha seguido profundizando en la investigación para determinar su origen.

3. Ahora bien, en la providencia de este despacho se resaltó cómo el señor SALVATORE MANCUSO, en sus varias intervenciones, reconoció que tenía dudas sobre el número de encuentros con el doctor MARIO URIBE (uno o dos, pero no sobre la existencia del encuentro que admite el mismo ex congresista); dudas también sobre cuál de los dos supuestos encuentros (uno a iniciativa de Eleonora Pineda y otro por delegación de Carlos Castaño) se había producido primero, pero el testigo sí aclaró de manera decidida que, en todo caso, era una realidad el encuentro con la mediación de Eleonora Pineda y que fue antes de las elecciones para Congreso de 2002 porque se trataba de avalar un compromiso electoral de Eleonora con Mario Uribe –restaría analizar una posterior retractación por un medio de comunicación, pero que no se conocía al momento de la providencia-. El testigo igualmente reconoció que no recordaba de manera clara los municipios en los cuales se cedió votación manipulada de las autodefensas a Mario Uribe, obviamente en perjuicio de Miguel Alfonso de la Espriella que era el senador reconocido y avalado por el movimiento de Autodefensa Unidas de Córdoba, quien inclusive le reclamó por ese hecho a Mancuso, pero éste fue enfático en decir que la orden era cederle a Mario Uribe entre un 5 y 10% de la votación en algunos municipios de Córdoba.

4. Con ésta última manifestación del testigo Mancuso, este despacho estableció que el entonces senador Mario Uribe había aumentado notoriamente su votación en el año 2002 (en relación con la de 1998) principalmente en los municipios cordobeses de Montelíbano, Sahagún, Planeta Rica y Chinú y, curiosamente, en las mismas poblaciones, descendió la votación por Miguel Alfonso de la Espriella (en relación con la suya del año 1998 cuando se presentó a la Cámara) aunque la votación general de éste en el departamento de Córdoba haya aumentado porque era el candidato declarado de las Autodefensas al Senado en esa región (pasó de 49.000 a 64.000 votos en cifras redondas). Ese comportamiento electoral, ese que es un dato externo, ajeno a la eventual manipulación declarativa de Mancuso o de Eleonora Pineda, me permitía hacer una inferencia  razonable para creerle al primero exclusivamente sobre la existencia del pacto con Mario Uribe, ocurrido antes de las elecciones y no después, y no a la segunda ni a los demás que testimonialmente quieran ponerse en contra de un dato empírico irrefutable hasta ese entonces.

5. Claro que también este despacho tuvo en cuenta que Mario Uribe era primo del entonces candidato presidencial doctor Álvaro Uribe y que había adherido tempranamente a esa candidatura, razón por la cual podría existir una especie de contagio electoral positivo. Pero, profundizando en la investigación y por los datos reales obtenidos, se estableció que esos mismos fenómenos se presentaron en las elecciones del año 2006 (cuando aún eran primos y el congresista respaldaba la misma candidatura presidencial), no obstante lo cual la votación del doctor Mario Uribe se desinfló en los mencionados municipios del departamento de Córdoba, volvió a los exiguos votos que había obtenido en el año 1998 (antes del pacto preelectoral con Eleonora y Mancuso que fue en el 2002) y el doctor Álvaro Uribe, en cambio, fue reelegido abrumadoramente a la Presidencia de la República.

6. En relación con el testigo JAIRO ANTONIO CASTILLO PERALTA (alias “Pitirri”), este despacho antepuso en sus reflexiones la cautela que era necesario fijar en declarantes que salen de los grupos u organizaciones criminales, pero no para tacharlos anticipadamente (ello sería injusto con las víctimas o los imputados) sino para buscar soportes racionales o empíricos que permitan desvirtuar o corroborar los dicho por esos testimoniales sospechosos; es decir, esa alerta sirve para buscar justificación externa al testimonio y no contentarse con la mera justificación interna o un in dubio pro reo arbitrariamente  declarado y no racionalmente como debe ser. En ese orden de ideas, el mencionado testigo se refirió a personas, lugares, épocas, fenómenos y relaciones confirmadas por otras aseveraciones testimoniales en cuanto a las dos reuniones que ubica “Pitirri” con el entonces senador Mario Uribe para presionar la compra de tierras baratas, lo cual me indujo provisionalmente y para la decisión que adoptaba a darle credibilidad al testigo en esa materia específica.

7. Esta es apenas una síntesis defensiva de la providencia de primera instancia que, por mi compromiso con la reserva legal, no ha sido publicada a la opinión nacional tanto como la de segunda. Mayores detalles de todo -así como otra buena cantidad de pruebas acopiadas con mucha dificultad después de la providencia del 21 de abril– podrán conocerse cuando, a quien pueda corresponder, califique definitivamente el mérito de la investigación. Desde luego que en la dialéctica de los argumentos, admito institucionalmente que las razones del señor Vicefiscal pueden ser superiores a las mías, ojalá de mayor calidad epistemológica para bien de la verdad y la justicia; pero, entretanto: ¿de acuerdo con lo explicado, creen  ustedes que el proceder de este funcionario judicial  de primera instancia ha estado sesgadamente orientado a propiciar la impunidad o de pronto a mermarle garantías al doctor Mario Uribe? (la defensa ha sido omnipresente y ha asistido a todos los interrogatorios y contrainterrogatorios programados); ¿creen ustedes que apoyarse en justificación externa, en fundamentos racionales o empíricos y hacer inferencias razonables es irónicamente lo frágil y arbitrario que se insinúa en el artículo de la revista y se fustiga en Noticias Uno?.

Les agradezco si mediante publicación de esta carta se desagravia mi honor y compromiso profesional lastimados, no por la intención del articulista sino por el juego democrático de fuentes, el cual prefiero comprender y no repudiar para bien de la libertad de información y de expresión que tantas veces le ha ayudado a la justicia y al país en situaciones de corrupción, que obviamente deben enfocarse donde se encuentran y no tratar de encubrirlas señalando injustamente para otro lado.

Cordialmente,


RAMIRO ALONSO MARIN VASQUEZ
Jefe de Unidad de Fiscalía Corte Suprema de Justicia.