¿Casi listas?

Las diferencias respecto al orden de aparición de cada candidato en las listas para Congreso impidieron a los partidos políticos cumplir con su anunciada intención de divulgar esta semana los listados de candidatos para Cámara y Senado. Ahora todos coinciden en que sólo después del 15 de enero las presentarán a sus electores. 

Pese a que llevan más de un mes de alianzas, consultas internas, renovación de estatutos, unificación de programas y selección de nuevas figuras, los partidos siguen enredados en lo que desde el principio veían como el obstáculo más grande a superar: los egos personales.  Todos quieren estar de primeros hasta en las listas cerradas, que son aquellas en las que el elector le da su voto al partido y no a un candidato en particular.

Oposición

Este viernes finalizó el segundo plazo que el Partido Liberal había dado para la inscripción de candidatos y que inicialmente era hasta el 1 de diciembre. Según datos del comité organizador se inscribieron más de 70 personas entre "primíparos", congresistas en ejercicio y ex funcionarios públicos. No se descarta la reapertura de inscripciones para permitir el regreso de congresistas distanciados del liberalismo, estrategia que le daría al partido la oportunidad de recortar la diferencia en votos frente al candidato presidente, Álvaro Uribe.

Mientras tanto sigue el desfile de aspirantes a candidatos que piden audiencia al jefe del partido, el ex presidente César Gaviria.  Ramiro Bejarano, columnista y ex director de DAS, es uno de los frecuentes visitantes de la sede liberal, en busca de apoyo para su aspiración al Senado.

La reciente fusión entre Alternativa Democrática y el Polo Democrático también se demoró, entre otras razones,  por la falta de consenso sobre la conformación de las listas. Por el momento los voceros del Polo Democrático Alternativo dicen que tendrán presencia en 29 departamentos y más de 50 candidatos para las cien curules del Senado.

Bancada de gobierno

En el Partido Conservador el plazo de inscripciones también expiró y acaba de ser prorrogado hasta el 28 de febrero. El senador Carlos Holguín, presidente del Partido, dice que la idea no es llenar listas con candidatos más allá de las posibilidades reales de su partido. "Me parece un poco irresponsable eso que está haciendo el Partido de la U de decirle a la gente que se inscriba en la lista, cuando se sabe de antemano que no alcanzarán el umbral para que esas personas ingresen al Congreso.  Sólo los primeros de la lista lo lograrán. Por eso yo aspiro a lograr una buena lista con sólo 60 candidatos", dijo a SEMANA. COM.
Dependiendo del ritmo de solicitudes, los conservadores podrían suspender las inscripciones el 18 de enero para hacer un lanzamiento nacional el día en que el presidente Álvaro Uribe inscriba su candidatura a la reelección

Respecto al orden de la lista, el directorio conservador cree tener la fórmula salvadora en un artículo de sus nuevos estatutos que ordena hacerlo por sorteo. Eso sería una verdadera novedad, pues podría permitir que un candidato desconocido aparezca primero que los más reconocidos congresistas del partido.

El Partido de la U es el de mayores complicaciones para ordenarse debido a que está ante su primera experiencia electoral como colectivo y procede de una alianza de movimientos (el Nuevo Partido, Colombia Viva, Seriedad por Colombia y el Partido de la Acción Social), cada uno con su propio jefe.

El Partido Alas (liberal) y el Equipo Colombia (Conservador) están en la misma discusión.  Ya saben que trabajarán juntos para en la lista para Senado, pero siguen discutiendo el orden de la lista.  Equipo Colombia, de Luis Alfredo Ramos, tiene mayor presencia nacional, pero Alas, de Leonor Serrano,  tiene más curules en el Senado. Ambos se creen con el derecho a encabezar la lista.

Mientras los partidos no definan sus listas completas los electores tendrán más dificultad para saber quiénes son y de dónde proceden realmente los candidatos en una campaña en la que muchos acusan pero pocos se atreven a revelar los nombres de las personas inhabilitadas por sus nexos con grupos ilegales o con políticos corruptos.