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El presidente venezolano Hugo Chávez informó desde el 31 de agosto, en Bogotá, que las Farc querían reunirse con él para hablar sobre intercambio humanitario. Dos meses después, ya tuvo su primer encuentro con los delegados del grupo armado.

PAZ

Chávez confirma que ya recibió a vocero de las Farc para hablar sobre acuerdo humanitario

El mandatario del vecino país dijo que habrá nuevos encuentros pero no precisó el nombre del guerrillero con quien se entrevistó. Molestia en Colombia por falta de información sobre los avances.

Élber Gutiérrez Roa
7 de noviembre de 2007

Hace dos meses, cuando el presidente Álvaro Uribe reveló que su homólogo venezolano Hugo Chávez tenía autorización para hacer contactos con las Farc, la dirigencia de ambos países sospechó que dicha mediación sería la clave para destrabar los acercamientos de cara al acuerdo humanitario. Gobierno y oposición en ambos países sabían que, dígase lo que se diga, Chávez tiene interlocución en el grupo guerrillero.

En lo que no estaban de acuerdo ni la opinión en Colombia ni la opinión en Venezuela era en la rapidez de los resultados de las gestiones de Chávez. En uno y otro lado de la frontera se pensaba que las Farc dilatarían el tema durante el mayor tiempo posible. Por eso la noticia difundida este miércoles por el presidente venezolano es un gran avance hacia el objetivo propuesto.

En uno de sus actos de gobierno, en la ciudad de Valencia, Chávez confirmó que ya se reunió en su país con un emisario autorizado de la guerrilla colombiana. La cita duró varias horas y las partes acordaron un nuevo encuentro en los próximos días. No reveló mayores detalles sobre lo hablado y ni siquiera dijo quién fue su interlocutor. Lo cierto es que ya hubo contacto directo y personalizado. "Fue la primera reunión, seguirán otras, tratando de buscar una solución, pero no es fácil", dijo Chávez a la prensa local.

Todo apunta a que en este primer encuentro estuvieron presentes Iván Márquez y/o Jorge Briceño, alias el Mono Jojoy. El primero de ellos es el jefe del bloque noroccidental de las Farc y el segundo, el mítico jefe militar de la organización. La presencia de cualquiera de ellos –o ambos- en Venezuela es más que ilustrativa sobre el nivel que el grupo armado le quiere dar a la mediación de Chávez. Versiones no oficiales señalan que ambos jefes guerrilleros ingresaron a ese país antes del cuatro de noviembre, fecha en la cual Chávez divulgó que ya habían llegado sus interlocutores para la reunión. El viernes pasado comenzaron los rumores según los cuales ese mismo día se cumplió la cita.

El presidente venezolano tiene varias razones para mantener en reserva el nombre de los asistentes y la fecha de la reunión. La más importante tiene que ver con las garantías de seguridad que debe brindar a los guerrilleros. Chávez sabe que cualquier traspiés en este sentido puede terminar enterrando las esperanzas de un acuerdo a corto plazo y minar la confianza de cara a una aproximación futura.
 
Pero el facilitador pareció excederse en la confidencialidad y fue por eso que la noticia causó molestia en el gobierno colombiano, que no fue notificado por anticipado sobre el encuentro. En un comunicado expedido horas después de que Chávez relatara a los medios su reunión con un guerrillero de las Farc, la Casa de Nariño manifestó el inconformismo y le recordó al mediador que había un compromiso de comunicación directa y permanente entre los dos gobiernos sobre cada avance en la mediación.

Lo que viene

Descontado el tema de que las Farc también le quieren dar un muy alto nivel a los contactos y que en Venezuela hay garantías por parte del gobierno para avanzar en las reuniones, la siguiente inquietud que surge es qué tanto pueden esperar los colombianos de esta mediación. Parece claro que el grupo guerrillero está interesado en algún avance y si ya le dio su palabra a Chávez de que habrá pruebas de supervivencia de los secuestrados es porque le cumplirá. No se trata de que las Farc de un momento a otro se hayan arrepentido del sufrimiento causado a los plagiados y sus familias. Más bien, lo harán como estrategia política para mantener la atención internacional sobre el tema.

Lo que vendrá después de las esas pruebas es lo que está por verse. Los colombianos y el mismo Chávez –aunque por razones distintas- le apuestan a la libertad de los secuestrados. Las Farc podrían buscar una pronta salida de los que estén enfermos, pero es muy difícil que los devuelvan a todos, pues en su lógica militar estos equivalen a un botín de guerra que solo sería entregado a cambio de algo. Y ahí es donde vuelve a enredarse la pita, porque las Farc quieren un despeje militar en Colombia para demostrar su poder y el gobierno se niega a hacerlo.

Por lo demás, sigue siendo muy temprano para saber si la mediación venezolana es o no efectiva. Hasta el momento se sabe que va a gran ritmo. A diferencia de los cinco primeros años del gobierno Uribe, ahora no solo hay contacto, sino también facilitador, territorio para hablar y hasta se produjo la primera reunión.

Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdoba, cuentan con el respaldo del presidente Uribe, pero el camino no será fácil. Así lo dejó entrever este miércoles el presidente colombiano al ser interrogado sobre los avances de la mediación. "Dejemos que se pueda hacer un trabajo prudente, y que ojalá sea eficaz, que generosamente ha ofrecido el Presidente Chávez y la senadora Piedad Córdoba. Tengamos paciencia y dejemos que las cosas discurran tranquilamente", indicó. 

En manos de las partes está el que este incipiente acercamiento continúe por buen camino y no se frustre con declaraciones imprudentes de algún funcionario.