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El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, reasumió el poder este miércoles en el vecino país. | Foto: Fotos: AP

Comienza nueva era de la izquierda en Latinoamérica

En tres de las naciones con las que Colombia ha tenido roces recientes asumirán esta semana -o continuarán- los gobiernos de izquierda: Venezuela, Ecuador y Nicaragua. El reto para el país es mantener relaciones armónicas con todos.

9 de enero de 2007

El giro latinoamericano hacia la izquierda del espectro político tendrá esta semana un nuevo capítulo con las posesiones presidenciales de tres países claves para los intereses colombianos: Venezuela, Ecuador y Nicaragua. Por intereses comerciales, política migratoria o de seguridad y hasta por diferendos limítrofes, ocupan lugar prioritario en la agenda exterior colombiana. Son naciones hermanas con las cuales el país tiene mucho en común, pero también son contraparte en sonadas discusiones llevadas incluso ante los foros regionales.

La más reciente de ellas está en pleno desarrollo. Ecuador, que desde hace varias semanas viene protestando por la reanudación de las fumigaciones con glifosato del lado colombiano de su frontera, puso este martes el caso en conocimiento de la Organización de Estados Americanos, OEA.

En ese país asumirá el mando desde el próximo lunes Rafael Correa, con quien la balanza política de la región se inclina aún más hacia la izquierda. Correa llegó al poder con un discurso abiertamente contrario al neoliberalismo, alabando las ejecutorias de su colega venezolano Hugo Chávez y seguro de que su decisión de no involucrarse en el conflicto colombiano (se niega a calificar como terroristas a las Farc) no significa que deba pasar en silencio cuando crea que éste afecte a su país. Su ascenso a la presidencia no sólo será un reto para él, en uno de los países políticamente más inestables de la región, sino que pondrá a prueba la capacidad del gobierno Uribe para continuar su política de seguridad democrática sin afectar al vecindario.

Según Correa, si Colombia no suspende las fumigaciones con glifosato en la frontera a más tardar el 15 de enero –día de su posesión- liderará una campaña internacional para presionar en ese sentido.

La falta de armonía en las relaciones colombo-ecuatorianas tiene un grado de complejidad aún mayor por cuenta del apoyo del presidente venezolano Hugo Chávez a la petición ecuatoriana. Chávez, quien reasumirá el poder este miércoles 10 de enero, cuenta con el margen de maniobra que le acaban de dar sus conciudadanos en las elecciones presidenciales de diciembre pasado, que ganó con más del 60% de los votos.

Si antes de esta reciente reelección Chávez era ya un presidente con una agresiva política internacional, parece que lo que está por venir será aún más contundente en su “lucha contra el imperialismo”. Así lo demuestran sus trascendentales anuncios de nacionalización de las empresas eléctricas y de telecomunicaciones, en el plano interno, y sus reiterados comentarios sobre el resurgir la de la izquierda latinoamericana.

Desde que subió al poder en 1999 y apoyándose en la bonanza petrolera de su país, Chávez ha liderado propuestas económicas que no sólo generaron el rechazo del sector empresarial venezolano sino que le granjearon resistencias fuera de sus fronteras, incluso en Colombia. Adicionalmente, las versiones sobre la supuesta complacencia de su gobierno con las Farc siguen mostrándolo en Colombia como un socio poco ideal para la lucha contra las mafias organizadas. Ahora que su solidez como líder es incuestionable y su mandato fue prorrogado por otros seis años, el gobierno Uribe deberá sortear con cuidado las diferencias a fin de mantener las relaciones en el ambiente de cordialidad necesaria para que ambos puedan desarrollar sus agendas sin sobresaltos.

Finalmente, este miércoles tomará el poder en Nicaragua el ex presidente Daniel Ortega, quien fuera mandatario entre 1985 y 1990, tras abandonar las armas del Ejército Sandinista de Liberación que en 1979 derrocó a Anastasio Somoza.

Aparte de la delegación norteamericana (de gran significado simbólico debido a los traumatismos de la primera administración de Ortega con la Casa Blanca), en la posesión del presidente nicaragüense estarán presentes Hugo Chávez, quien partirá de Caracas inmediatamente después de asumir el poder; Evo Morales, de Bolivia; Mahmoud Ahmadineyad, de Irán; y el presidente colombiano Álvaro Uribe, con quien muy pronto tendrán que hablar acerca de la reclamación nicaragüense sobre su supuesta soberanía en san Andrés.

Lo importante en cada uno de estos casos, es que más allá de la simpatía demostrada en cada estrechón de manos para las fotos oficiales, los jefes de Estado de Colombia y sus contrapartes logren el nivel de confianza necesario para superar cordialmente sus diferencias en vez de perpetuarlas como ocurre con el caso de San Andrés o exacerbarlas con declaraciones salidas de tono como las que de vez en cuando proceden de Caracas, Quito o Bogotá.