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REVIVE EL PROCESO 8.000

Contragolpe de Horacio Serpa: “El señor Botero es un mentiroso”

Mientras Ernesto Samper afirma que Colombia debe pedir en extradición a Fernando Botero, Serpa lo señala de “convicto”. Doce años después de batirse como el fiel espadachín del ex presidente Samper, Serpa lo sigue defendiendo e insiste que ninguno de los dos estaban enterados sobre la inyección de seis millones de dólares de la mafia a la campaña.

Élber Gutiérrez Roa
15 de febrero de 2007

Ya no usa el vibrato, pero sigue siendo igual de vehemente a la hora de plantear sus puntos de vista. De vez en cuando hace una mueca de duda, pero inmediatamente aclara que los hechos ocurrieron hace tanto tiempo que algunos episodios son imposibles de precisar en detalle. Cada vez que ocurre esto aclara: “El señor Botero es un mentiroso. Ha cambiado más de cuatro veces su versión y yo en cambio solo tengo una: Soy inocente y nunca tuve razones para dudar sobre el ex presidente Ernesto Samper”.

Serpa preferiría hablar de otros temas. Han pasado más de dos lustros y la opinión pública parece seguirle cobrando su actitud de defensor de Samper. “Eso es lo que Botero quiere, enterrarme políticamente”, asegura desde su pequeña oficina en Bogotá. Ha pasado mucho tiempo desde cuando tuvo que dejar las confortables y modernas sedes al norte de la ciudad. Su vida es ahora más modesta pues, como él mismo dice “después de perder una campaña uno se queda sin un peso”. Y él lleva tres derrotas consecutivas.

Mientras busca la forma de esquivar la pregunta sobre sus aspiraciones políticas ahora que suena como candidato para la Gobernación de Santander, el ex ministro liberal reconoce que señalamientos como los de su ex colega Fernando Botero están encaminados a destruir esa candidatura antes de que nazca.

“De todas formas no pienso que sus palabras merezcan credibilidad. El país sabe que el prófugo es él, que el mentiroso es él y que el que anda cambiando de versión es él”, sostiene, visiblemente molesto.

Según Botero, Serpa “encubrió” a Samper durante el ingreso –probado judicialmente– de dineros del cartel de Cali a la campaña que lo llevó al poder. Inicialmente Botero reconoció el ingreso de los narcodólares pero dijo que Samper no sabía. Ahora, no sólo culpa al ex presidente, sino que sostiene que Serpa fue el encargado de decidir sobre la distribución de los recursos ilícitos. En su nueva versión ante los medios de comunicación Botero también aseguró que escuchó el contenido de los ‘narcocasetes’ en compañía de Serpa y que éste controlaba a un grupo de senadores y representantes encargados de tramitar una ley para sacarlo (a Botero) de prisión. Finalmente, Botero lo culpa de filtrar la indagatoria de Santiago Medina mediante ayuda de funcionarios que fueron subordinados de Serpa cuando éste se desempeñó como procurador general de la Nación.

En aquella ocasión, los entonces ministros Serpa (Interior) y Botero (Defensa) citaron a una rueda de prensa con la copia de la indagatoria en la mano. Con el documento como base sostuvieron que Medina era el único responsable de la monumental penetración de dineros de la mafia en la campaña. El ambiente de la rueda de prensa era tenso no sólo porque cada vez había más evidencias de los actos ilícitos en la campaña sino porque la fiscalización de los medios de comunicación era constante lo que llevaba a que hubiera un abismo entre el gobierno y los periodistas.

El número de comunicadores era considerable. Serpa y Botero se alternaron para hundir a Medina. Transcurrido un tiempo, un periodista preguntó: ¿Cómo dos ministros de Estado obtuvieron copia de la indagatoria? Botero guardó silencio y Serpa atinó a decir: “Un anónimo”. “Me llegó por un anónimo”.

Ahora Botero dice que la verdad era que como Serpa había sido Procurador utilizó su poder para que uno de los funcionarios del ministerio Público le enviara la copia. Serpa insiste en su versión aunque no logra explicar como dos de los funcionarios más altos del Estado y en medio de semejante situación, con todos los ojos encima, se les ocurre citar a una rueda de prensa basándose en un documento enviado por un “anónimo”.

Para Serpa, aquí no hay ningún problema. Él cree que ha respondido con claridad todos estos señalamientos, algunos de los cuales habían sido judicializados por Botero cuando el proceso 8.000 estaba en pleno furor mediático.

“Yo no soy el que está prófugo de la justicia. Nunca me he escondido. Nunca me he negado a una entrevista a un periodista que me quiera abordar sobre el tema. Él fue el que huyó y él fue el que permitió el ingreso de dineros de la mafia a la campaña”, repite Serpa una y otra vez. Dice estar convencido de que Samper no sabía sobre la filtración y de que los testimonios de los mismos protagonistas del escándalo demuestran que él tampoco tuvo que ver. “En el libro del señor Alberto Giraldo, a quien nunca conocí, queda suficientemente explicado que Horacio Serpa no tenía idea sobre lo que estaba ocurriendo. Dice Giraldo que a mí no me debían contar porque era muy ‘quisquilloso’ frente a esos temas”.

A diferencia de Samper, quien dijo que Colombia debería pedir en extradición a Botero, Serpa simplemente señala que no es mucho lo que se le debe creer porque Botero es un convicto. Sobre el daño que las declaraciones de Botero le puedan causar a su futuro político prefiere no hablar. Siente que ya le explicó al país todo lo que sabía así algunos analistas opinen lo contrario. Sin embargo, pregunta: “¿Cuál será el interés del señor Botero en hacerme esto? ¿Revivir esta situación después de tantos años? No entiendo porque se mete conmigo si, al fin y al cabo, yo estoy derrotado.