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Jaime Bermúdez ha sido asesor en Comunicaciones del actual gobierno y embajador en Argentina.

POLÍTICA EXTERIOR

¿Cuáles serán los retos del nuevo canciller?

Con la anunciada llegada del ex embajador en Argentina Jaime Bermúdez a la Cancillería colombiana, los analistas presagian un nuevo período de la política exterior.

César Paredes
14 de julio de 2008

La cartera ministerial encargada de las relaciones del gobierno colombiano con los de otros países cambia de conductor. Aunque no ha sido confirmado oficialmente, se espera que Jaime Bermúdez sea el nuevo Canciller. Bermudez llegó a Colombia después de ocupar el cargo de embajador en Argentina, desde 2006, donde también ofició como consejero del Presidente.
 
El nuevo canciller tendrá que capotear las complicadas relaciones de Colombia con sus vecinos, mejorar la interlocución con otros países e insistir en la aprobación del TLC con Estados Unidos. 
 
El ex embajador llega al cargo diplomático más importante, en un momento en el que la imagen de Colombia en el extranjero logró recuperarse tras la límpida maniobra del Ejército en la que rescató a 15 secuestrados (entre los que estaban Íngrid Betancourt, tres estadounidenses y once miembros de la Fuerza Pública), que estaban en poder de las Farc. En todos los diarios extranjeros solo se escribieron maravillas de la Operación Jaque y del gobierno de Uribe.

Por esta razón, Bermúdez, quien es experto en comunicaciones, tendrá que aprovechar el capital acumulado con este golpe del gobierno, que se dio tras un largo período de críticas en el extranjero.

Antes de partir a Buenos Aires, Bermúdez dijo en entrevista con Semana.com que entre los principales desafíos que tuvo como jefe de orquesta de las comunicaciones del gobierno, estuvo el manejo de las relaciones con Venezuela por el caso de la captura del llamado ‘Canciller de las Farc’, Rodrigo Granda, y el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Dos años después, ambos temas continúan entre los más complicados de la agenda del gobierno y tendrá que ponerse al frente de ellos.

El canciller entrante llega cuando la marea con Venezuela bajó y en un clima de optimismo inusitado. En la última reunión de Chávez y Uribe, los mandatarios se abrazaron, depusieron sus diferencias y llegaron a acuerdos de cooperación económica y de seguridad. Y según una encuesta de Invamer Gallup, después de la Operación Jaque, 64 de cada cien colombianos cree que las relaciones internacionales están mejorando. Antes de la operación sólo el 42 por ciento creía lo mismo.

El relevo en la cancillería se suma al del ministerio del Interior y de Justicia en el que Fabio Valencia Cossio reemplazó a Carlos Holguín. Los cambios son una estrategia del Ejecutivo que pretende darle un nuevo aire a las carteras que han tenido, y que posiblemente seguirán teniendo en los dos años que le restan al gobierno, mayor actividad.

Un nuevo aire en la política exterior

Los analistas consideran que este nombramiento es clave para iniciar una nueva etapa en la política exterior de este gobierno. Bermúdez tiene fama de ser un hombre sereno, conoce a profundidad el servicio exterior, y además, es de entera confianza del Presidente.

“El reto más grande que va a tener el nuevo canciller es cómo mantener una buena relación con los Estados Unidos, sin que los países vecinos se sientan amenazados”, dijo la analista internacional, Laura Gil.

Según Gil, el período en el que entra el servicio exterior colombiano ofrece una oportunidad, que hay que aprovechar, para que el gobierno recomponga las relaciones con los países vecinos. “Chávez está a la defensiva, ya expresó su deseo de cooperar enfrentado el narcotráfico y la insurgencia, y Correa (Rafael, el presidente de Ecuador) quedó solo. Colombia no puede sostener una confrontación con todos sus vecinos y tiene que aprovechar este momento. Se necesita un Canciller habilidoso que le quite tensión a las relaciones en un marco de cordialidad. Este nombramiento es fundamental”, dijo Gil.

Sin embargo, la analista advirtió que las tensiones en la región se deben a que dos proyectos políticos distintos están en pugna. “Si los países que representan estos proyectos no aceptan convivir, a pesar de sus diferencias, pues las relaciones no marcharán a la maravilla. Pero la diplomacia sí ayuda mucho”, argumentó Gil.

El ex embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos, Álvaro Tirado Mejía, en entrevista con Semana.com también reconoció que Colombia entró en una fase nueva de sus relaciones exteriores. Tirado explicó que los logros del gobierno, que hasta ahora había privilegiado la política interna sobre la exterior en la confrontación con las Farc, derivan en circunstancias y retos nuevos.

“En la nueva etapa Colombia deberá fortificar las relaciones con Europa y con Latinoamérica”, dijo Tirado respecto de las tareas que corresponden al Canciller entrante. Sobre la decisión del gobierno de retirar los facilitadores internacionales y buscar un acercamiento directo para una eventual negociación con las Farc, Tirado dijo que era lógica: “Sin Íngrid y sin los tres estadounidenses la presión extranjera va a disminuir. Este es el momento para superar el aislamiento de Colombia en Latinoamérica y proyectar una imagen más propositiva con Europa”.

Tirado calificó de adecuado el hecho de que sea Bermúdez, a quien conoce personalmente, el que ocupe la cartera de las relaciones exteriores en Colombia. “Conoce el mundo exterior no sólo porque estudió en el extranjero sino porque tiene una visión de la política internacional. Es inteligente, proactivo, sereno y tiene personalidad. Puede hacer buen equipo con el Presidente y servir de balance para mitigar las reacciones inmediatas que a veces se producen en el gobierno”, dijo el ex diplomático.

La crisis diplomática que se generó a partir del ataque de tropas colombianas al campamento de las Farc, el 1 de marzo, en territorio ecuatoriano, puso en evidencia la falta de una política exterior calificada. En parte, esto se debe a que tradicionalmente en los gobiernos colombianos el cuerpo diplomático ha estado integrado por personas nombradas a cambio de favores políticos y no con funcionarios de carrera.

Esta actitud, aumentada en este gobierno, ha derivado en lo que Tirado llamó un “debilitamiento de la Cancillería” y lo que Gil calificó como la desinstitucionalización de la misma. Por eso ambos analistas coincidieron en que además del nombramiento de un canciller habilidoso, la política exterior también debe entrar en una etapa de fortalecimiento, en la que los diplomáticos sean nombrados por su experticia y no por sus vínculos con el gobierno.
 
Un artículo titulado Diagnóstico de la Política Exterior Colombiana – una visión desde el Senado, publicado el año pasado por la revista Colombia Internacional de la  Universidad de Los Andes y escrito por Juan Manuel Galán, indicó que la política exterior ha tenido graves problemas, y que en lugar de avanzar hacia soluciones, durante el gobierno del presidente Uribe ha empeorado.
 
Los principales críticas son las siguientes: "La política internacional en su mayor parte es de Gobierno, no de Estado; baja profesionalización y especialización del servicio exterior colombiano; se desconocen actores diferentes a los estatales, como la sociedad civil, en la formulación y evaluación de la política exterior; diplomacia personalizada que depende más del funcionario de turno que de la respuesta institucional; falta de coordinación y la tendencia al respice polum" (alineamiento con la política de Estados Unidos, que según el informe, junto de la mano de algunos beneficios, también ha traído costos políticos siendo el máyor el aislamiento regional).