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Dentro de los más buscados

¿Qué condiciones convierten a un delincuente en miembro de los top de la Policía Nacional? Así elabora la Dijín los listados que indican cuáles son los peores entre los más malos y así logra poner tras las rejas a algunos de ellos.

Olga Lucía Lozano G.
4 de abril de 2006

Hacen parte de los listados más difundidos por los organismos de seguridad del mundo. Hoy, gracias a Internet y a otros medios de comunicación, sus rostros son más conocidos que los de Paris Hilton y Donald Trump. Pero en contravía de las súper estrellas del nuevo siglo, quienes siguen sus pasos no quieren imitarlos sino capturarlos o al menos delatarlos.

Se trata de los más buscados, un top de clasificación que ubica a algunos delincuentes en los primeros lugares de peligrosidad y da cuenta de sus múltiples fechorías. Gracias a estas listas, algunos de ellos han sido capturados y otros son fácilmente identificables por la sociedad en general. No en vano tres de los más buscados en Colombia fueron detenidos en las últimas semanas.

En Colombia, cada organismo diseña su propio listado. La Dijin (La Dirección Central de Policía Judicial), por ejemplo, lo hace de manera independiente en cada una de sus áreas operativas, según el tipo de delito por el que se busque al personaje. Estas áreas cubren delitos contra el patrimonio económico, contra la vida e integridad personal, delitos especiales (narcotráfico, corrupción estatal y lavado de activos, entre otros) y, además, hay un área de coordinación y control desde la que se lucha contra delitos muy específicos como el terrorismo.

¿Cómo se arman los listados? ¿Qué razones convierten a un delincuente promedio en uno de los más buscados? Según explica el Coronel Jaime Gutiérrez, subdirector de la Dijin, en el hampa hay un proceso que conduce a un criminal de poca monta a constituirse con el tiempo en un delincuente de alta peligrosidad. “Cuando una persona empieza ya a incurrir en delitos que involucran armas de fuego, asciende escalones y ciertas organizaciones empiezan a fijarse en ella. Hablamos de las mal llamadas “oficinas de cobro” u organizaciones criminales con estructuras muy fuertes”, dice. En ese punto se inicia una cadena y lo lógico es que crezcan las quejas locales y nacionales, y como resultado de las investigaciones empiece a acumular órdenes de captura. “Usualmente las misma sociedad es la que prende las alarmas, ya sea en el ámbito local o en el nacional como ocurre con las cabecillas de los grupos armados al margen de la ley”, explica el Coronel.

Aunque los dirigentes de las FARC, el ELN y las autodefensas, así como los grandes narcotraficantes, suelen ser quienes mayor difusión reciben, en la Dijin prestan especial atención a otro tipo de organizaciones criminales con alto impacto en la sociedad. “En Colombia hay también cabecillas muy importantes en los que tiene que ver con hurto de vehículos – un delito que traspasa las fronteras-, los carteles de hidrocarburos y los grupos que están surgiendo en Bogotá y se dedican al robo de gas natural domiciliario”, dice el subdirector.

Además del número de órdenes de captura, en el caso de cualquiera de estos delincuentes hay otros factores que inciden en su categorización como uno de los peores entre los más malos. “Uno muy importante es el número de quejas que se reciben desde la sociedad misma. Cuando la comunidad lanza varias alarmas contra un mismo antisocial hay que prestar atención”, dice Gutiérrez y con ello deja claro que si no se denuncia es difícil seguirle el rastro a un delincuente. Sobre todo cuando se trata de delitos como hurto, agresión sexual o trata de personas.

Según el Mayor Esteban Arias Melo, vinculado al área de delitos contra el patrimonio, los más buscados cuentan con otra característica: “Además de ser reconocidos en la comunidad, también lo son en el ámbito delincuencial. Se les reconoce e identifica. Al ser personas que generalmente adquieren una cierta jerarquía dentro de algunas organizaciones todo el mundo empieza a identificarlos y por eso, son los que se intentan judicializar”.

En palabras del Teniente Coronel Jesús Alberto Castro, Jefe del área de vida e integridad personal, los miembros de estos listados se caracterizan también por especializarse en un campo criminal específico y contar con un modus operandi que permite individualizarlos y judicializarlos. “Son personas que en su campo son muy profesionales y por eso nosotros, en coordinación con la Fiscalía, vamos realizando ese proceso de investigación, individualización y seguimiento hasta poder identificar plenamente una organización criminal”.

¿Y qué significa para un delincuente estar dentro de estos tops? Si bien el Gobierno Nacional o el Ministerio de Defensa son, como aclara Arias, los únicos que pueden establecer recompensas por delatar a un delincuente, lo que supuestamente facilita su captura, estar en los listados de los más buscados tiene efectos claros en la posible detención del perseguido. “Al publicar y difundir su identidad se delimita su campo de acción y ya no pueden seguir delinquiendo con la misma libertad. Es una invitación a la comunidad para que informe sobre ellos y sea posible ubicarlos”.