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DERECHOS HUMANOS

Después de una década, Turbo vuelve a sentir el pánico por una masacre contra civiles indefensos

Un grupo armado –según las autoridades todos los indicios apuntan a las Farc– llegó hasta el corregimiento de Currulao y asesinó a cinco personas. Se investiga si las víctimas eran desmovilizados de las AUC.

22 de agosto de 2007

Urabá volvió a sentir el dolor por una masacre. Cinco campesinos –tres mujeres y dos hombres– fueron asesinados en el municipio de Turbo, en el departamento de Antioquia, una zona estratégica para el tráfico de drogas que antes estaba bajo el control de grupos paramilitares pero que recientemente ha caído bajo la influencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc.

Este es uno de los elementos que las autoridades tienen para sustentar la tesis de que los autores fueron miembros de ese grupo armado.

El alcalde William Palacio dijo a radio Caracol que “por la zona es muy probable que sean las Farc”. Según Palacio, los campesinos asesinados eran paramilitares desmovilizados y guerrilleros que abandonaron las filas de ese grupo ilegal.

Sin embargo, la periodista Beatriz García, dijo telefónicamente a la AP desde Turbo, que ninguna de las víctimas estaba relacionada con grupos armados ilegales. “Al parecer, no hay ningún vínculo que relacionen entre sí a las víctimas... fueron asesinatos selectivos.... fueron de casa en casa buscando la gente”, señaló la periodista.

Carlos Beer, un líder comunitario, dijo a la AP que al menos unos 70 subversivos entraron al caserío de Currulao, en donde los habitantes viven principalmente del cultivo de plátano y banano, y que también realizaron ataques indiscriminados contra los habitantes que dejaron al menos 11 heridos.

“Hay mucha presencia de la Farc en la zona... la guerrilla dio un campanazo de alerta hace una semana cuando asesinaron un campesino en las afueras del pueblo”, dijo Beer. Agregó que no tenía información sobre si las víctimas estaban relacionadas con los grupos armados ilegales.

El alcalde Palacio aseguró que los supuestos guerrilleros incursionaron el martes por la noche en el caserío, fueron de puerta en puerta buscando con un listado de nombres a sus víctimas y luego los ejecutaron con tiros en la cabeza.

Palacio resaltó su preocupación por la falta de respuesta de las Fuerza Pública en la zona, ya que el caserío cuenta con una estación de Policía que no se percato de la incursión de los supuestos guerrilleros que duró unas tres horas.

“Es una zona muy deprimida, donde habitan personas de muy pocos recursos”, dijo Palacio.

El caserío de Currulao se encuentra a solo unos 10 minutos por carretera del puerto de Turbo, ubicado en el Golfo de Urabá, que es una ruta estratégica para el tráfico de armas y drogas por el océano Atlántico. Turbo se encuentra a unos 470 kilómetros al noroeste de la capital.

Palacio descartó que los motivos del asesinato estuvieran relacionados con el narcotráfico ya que se trataba de campesinos de escasos recursos.

Hasta 2006, esa zona estuvo bajó el control del comandante paramilitar Freddy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, quien se desmovilizó como parte de un acuerdo de paz con el gobierno del presidente Álvaro Uribe.

Desde entonces las Farc han intentado retomar el poder en la zona y a mediados del año pasado decapitaron a 13 campesinos que al parecer era colaboradores de los paramilitares.

Las Farc son la guerrilla más antigua del continente, cuentan con unos 15.000 combatientes y llevan más de 40 años intentando imponer un régimen de izquierda en el país por la vía armada.
 
Con información de AP