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Diego Fernando Carvajal Mahecha lleva dos años como rehén del Eln.

No los olvidemos

Diego Carvajal salió de puente y nunca volvió

Pronto se cumplirán dos años del secuestro de este diseñador gráfico de 33 años. Su familia lo espera.

18 de julio de 2008

Desde que salió de viaje el puente del 7 de agosto de 2006, Diego Fernando Carvajal Mahecha no ha vuelto a su casa.

Su madre, Ligia, supo que el viernes 4 de ese mes, Diego estuvo jugando billar. Y luego salió de viaje con Edgar Obando, uno de sus mejores amigos. Como ya Diego estaba bien grandecito (tenía 31 años para ese entonces), ella prefirió esperar a que llegara en la tarde del lunes festivo y no llamarlo a preguntarle dónde estaba.

Se acabó el puente y no llegó. El martes tampoco apareció. El miércoles, Ligia pensó que tal vez al medio día llegaría, pero tampoco lo hizo. En el celular, Diego no contestaba y ahí empezó la preocupación. Ligia llamó a la familia de Edgar y estaban en las mismas. Entonces se fueron a poner la denuncia en la Policía.

Al final de ese agosto, las autoridades encontraron el carro en que viajaban abandonado en Pie de Cuesta (Santander). Y antes de finalizar el año, supieron que los secuestradores habían vendido a Edgar y a Diego al Eln.

Para Ligia, el golpe fue muy duro porque quedó completamente sola. Diego se había divorciado hacía poco y se fue a vivir con ella. Él tenía un hijo que llevaba con frecuencia a su casa, en Bogotá, y a Ligia le encantaba estar con su nieto, que hoy tiene 9 años. Entre semana, Diego y ella se veían bastante porque él trabajaba desde la casa como diseñador gráfico independiente. Los domingos los pasaban juntos, en la ciclovía, en cine, almorzando en la casa.

Todo, todo lo extraña ella. Pero, sin duda, lo que le hace más falta es saber cómo está su hijo, cuándo está triste o alegre y por qué, si tiene hambre o sueño porque no ha recibido ni una prueba de vida desde cuando lo secuestraron. En menos de un mes se cumplen dos años.

Dos años en los que no ha recibido ni una llamada. A la familia de Edgar sí la han buscado para pedirle dinero por él. Y la esposa de Diego recibió algunas llamadas que terminaron atemorizándola hasta que se fue del país con el niño. Eso trajo más soledad para Ligia, que ahora, además de extrañar a su cautivo hijo, anhela la presencia de su nieto. Para mitigar la ausencia, desde febrero vive con su hija, de 31 años, su pequeño hijo y su esposo.

Aunque los demás han tenido noticias directas de los captores de su hijo, Ligia lo único que ha conocido es lo que le cuentan las autoridades. En abril de este año, el Gaula capturó a Vidal Manosalva Niño, alias ‘Ernesto’, integrante del frente Edgar Amílkar Grimaldo, del Eln, culpable de los secuestros de Diego y su amigo.

‘Ernesto’ era el encargado de los secuestros del Eln en el Magdalena Medio. Antes de su captura, se conocía la ubicación del campamento donde permanecen cautivos Diego y Edgar porque en marzo de este año fue capturado un integrante de esa guerrilla que dio datos precisos. Pero luego, las autoridades conocieron que el campamento fue trasladado. Lo único que se sabe ahora es que están en el Sur de Bolívar o sus cercanías.

El caso de Diego es una evidencia más de que el Eln sigue cometiendo delitos graves, como el secuestro. “A mí me gustaría que se hablara más de lo que hace esta guerrilla, porque generalmente sólo hablan de las Farc y ellas no son las únicas”, dice Ligia, que además tiene mucha fe en que una movilización masiva como la de este 20 de julio pueda remover conciencias y lograr la libertad de su hijo y todos los cautivos. Esas movilizaciones le gustan porque, dice, “uno no se siente tan solo, porque además va a marchar gente en todo el mundo”. Pero es obvio que la alegría de aquellos días felices con su hijo y su nieto, sólo llegarán con la libertad de Diego.