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FINANZAS

Dólar, cuesta abajo

El dólar ya está a 2.300. ¿Realmente debemos estar preocupados los colombianos por esta recaída en el precio de la divisa?

Aldemar Moreno
1 de noviembre de 2006

El dólar empezó hoy miércoles nuevamente con tendencia a la baja. Ya se cotiza muy cerca de los 2.300 pesos, un nivel que no se veía desde hace varios meses. Sin embargo, para algunos inversionistas y exportadores, la preocupación central es si este nivel es un piso o se pueden esperar nueva caídas en el futuro próximo.

Lo primero que hay que decir es que la caída en el precio del dólar no es exclusivamente una situación colombiana. Durante el último mes, Brasil, México, Chile, Perú y hasta Argentina han mostrado caídas en el precio de la divisa frente a sus monedas locales. Así que la tendencia no debe mirarse como una situación endémica de Colombia.

¿Qué significa esto? Que más capitales están llegando a los llamados mercados emergentes: es decir aquellas economías de países en vías de desarrollo. Hay varias razones para este fenómeno: la confianza en la economía mundial volvió, pues se descartó un aterrizaje forzoso en la producción de Estados Unidos y, además, el Banco Central de ese país, la Reserva Federal, detuvo su aumento en tasas de interés, medida que incentivaba la salida de capitales de economías como la colombiana y, en consecuencia, un aumento en la cotización del dólar.

Sin embargo, en el caso de Colombia, la revaluación del peso ha sido más intensa que en otras partes. Sólo durante octubre, la pérdida de valor del dólar frente al peso fue de 3,6 por ciento; mientras que en otros países apenas superó el 2 por ciento.

Esto es así, porque muchas personas creen que en los próximos meses va a entrar más moneda norteamericana a Colombia. Recientemente se han registrado negocios importantes, como las ventas de Granbanco Bancafé y la mitad de la Refinería de Cartagena, la llegada de un socio estratégico para OLA, la adjudicación de la concesión del Aeropuerto Eldorado y los negocios de Éxito y Carulla. Además, en el cronograma futuro está la venta de Ecogás, que podría convertirse en otro gran ingreso para la nación, porque hay interés de importantes multinacionales en esta empresa.

Así que la lectura que han hecho los agentes del mercado del dólar es que en el futuro próximo va a haber más divisas circulando y, en consecuencia, el precio seguirá bajando. Por eso muchas personas han salido a vender para evitar mayores pérdidas en las próximas semanas.

¿Las consecuencias?

Quienes siempre ponen el grito en el cielo por la revaluación son los exportadores. Para ellos, cualquier peso que se pierda en el precio de la divisa, implica menores ingresos, ya que consideran que el ajuste no debe hacerse por ese lado. Sin embargo, los exportadores han venido haciendo la tarea y si bien las autoridades deben estar alertas para evitar una caída libre en el precio del dólar, mientras el fenómeno no sea traumático, no hay razones para esperar una catástrofe por cuenta de esta tendencia.

De otra parte, los grandes beneficiados con la revaluación serán los consumidores que podrán adquirir productos importados a menores precios. Igualmente, el gobierno tendrá que pagar menos por su deuda externa. Es más, los recursos que se recibieron por cuenta de las privatizaciones tendrán que irse para prepagar o refinanciar la deuda, con lo que se alivia de manera significativa la carga para el presupuesto nacional y las expectativas de revaluación también se reducen, porque el Estado no traería esos dólares a la economía nacional, sino que los dejaría por fuera.

Realmente no hay razones para encender las alarmas por la caída del dólar. Lo más probable es que el ajuste se haga de manera moderada y que quienes tienen que realizar pagos en el exterior, sientan un alivio. Los exportadores tendrán menores beneficios, pero desde hace rato, este sector viene haciendo la tarea y ahora no depende tanto de la política cambiaria del país. Han ganado en competitividad y prueba de ello es que este año se prevé que el país le venderá al mundo más de 25.000 millones de dólares. Así que, un llamado a la calma.