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El año que cambió el mundo

Hace 90 años estalló la Primera Guerra Mundial y a partir de allí el mundo no fue el mismo: Rusia demostró su debilidad; Alemania, su poder y Estados Unidos se convirtió en potencia. SEMANA.COM, en diálogo con el historiador Luis Eduardo Bosemberg, reconstruyó el momento que cambió orden mundial.

4 de abril de 2004

"El 28 de junio de 1914, un nacionalista serbio asesinó al archiduque austro-húngaro Francisco Fernando y a su esposa. A partir de ello se desencadenó la primera guerra de dimensiones mundiales, en la que participaron dos bloques que ostentaban el poder militar, económico y político de la época". Esa es la explicación que habitualmente se encuentra en los libros de historia o en las clases de bachillerato en el colegio. Pero detrás de la Primera Guerra Mundial que estalló hace 90 años hay mucho más: un juego de poderes, el interés alemán de consolidarse como potencia, la debilidad rusa y el ambiente nacionalista de regiones que querían independizarse de sus colonizadores. Tras cuatro años de enfrentamientos y millones de muertos, todo finalizó con el Tratado de Versalles -previamente, el retiro ruso y la derrota militar alemana-, y el orden mundial cambió y determinó lo que sería hoy el mundo: Estados Unidos a la cabeza, las demás potencias debilitadas y los recuerdos de lo vivido en la Segunda Guerra Mundial, a la que muchos califican de "el desquite alemán". Pero la historia es mucho más rica y está llena de detalles que muestran por qué hoy el mundo es así. A continuación, una reproducción del diálogo con el historiador Luis Eduardo Bosemberg.

El comienzo

Uno no puede decir que la gran causa de la Primera Guerra Mundial fue el asesinato de Francisco Fernando en el verano del 14. Sin lugar a dudas hay una serie de hechos de larga duración, de conflictos que venían de tiempo atrás gestándose y confluyeron en el inicio de la guerra. Además, las causas dependen del enfoque que se les dé, pues el estallido del conflicto tiene varios interrogantes y cuestionamientos. El primero es si hubo allí un culpable. Resulta que cuando la guerra terminó, los aliados tenían clarísimo quién era el culpable y señalaron a Alemania, que hacía parte del bloque perdedor. Allí apareció la famosa cláusula del Tratado de Versalles que dice que Alemania fue la culpable y a partir de eso fue castigada y tuvo que pagar reparaciones de guerra: perdió recursos, territorio, población y colonias. El segundo dice que alrededor de ese episodio hubo responsabilidad compartida e incluso que lo que hubo en torno fue una situación que se les salió de las manos a los políticos.

Para sustentar la primera tesis, en la que Alemania es culpable, es necesario recurrir a la historia alemana. El país era un imperio que se unificó tarde, en 1871. Por ende es un Estado Nación tardío, se industrializó tarde, se modernizó tarde y se convirtió en una potencia tarde. Entonces inició su camino a la modernidad y a rivalizar con las potencias, por ejemplo con Gran Bretaña, pues construyó una flota, que para muchos representó un desafío al orden imperante. También comenzó a manifestar sus pretensiones imperiales, llegó a tener colonias en África y el Pacífico. Además antes de la guerra, Alemania y sus militares habían trazado un plan para derribar ese cerco que se había construido a su alrededor: Gran Bretaña, Francia -que había sido derrotada por Alemania en la guerra de 1871- y por el costado oriental, Rusia. Los tres tenían una alianza. Entonces los alemanes estaban rodeados y tenían que romper el cerco.

En ese sentido, junio de 1914 es definitivo en muchas cosas. Primero por el asesinato y segundo por los intereses que se movieron en cada una de las posiciones. Alemania estaba aliada con el imperio austro-húngaro, que a su vez tenía presencia en la península de los Balcanes y se disputaba el control de la zona con los rusos. A ese conflicto se le agregó que Austria estaba en contra de los nacionalistas serbios que se habían independizado de Turquía en el siglo XIX porque motivaban a los regionalistas austro-húngaros a pedir la independencia. Los rusos defendían a los serbios, y fue un nacionalista serbio el que en el 14 asesinó en Bosnia Herzegovina a Francisco Fernando.

Entonces Alemania aprovechó el magnicidio para romper el cerco de la siguiente manera: a Austria le dijo que presionara a Serbia para perseguir los asesinos del príncipe. Allí se creó una alianza. Pero Alemania jugó a que Rusia no se metiera en el asunto para lograr un conflicto estrictamente local y que no trascendiera. Pero las cosas no le salieron así, pues Rusia apoyó a Serbia y el conflicto dejó de ser balcánico y ocupó Europa oriental. Y cuando Francia apoyó a Rusia, el conflicto se volvió continental. En ese sentido, Alemania quedó como la culpable por iniciar todo. Pero por otro lado se pueden ver las alianzas como causantes de la guerra, porque si Francia no hubiera apoyado a Rusia no hubiera habido la guerra continental y si Rusia no hubiera apoyado a Serbia, la guerra hubiera sido local. Inglaterra también tuvo un papel importante por ser aliada de Rusia y Francia. Todos veían a Alemania como un enemigo que debía ser derrotado. Como un último actor se pude incluir a Estados Unidos, que entró tarde, en el año 17 con la declaración de guerra y en el 18 con su fuerza militar, al lado de la alianza franco-rusa-inglesa.

Cuatro años después

Por el frente oriental, la guerra terminó con el triunfo de la revolución rusa. Cuando los bolcheviques llegaron al poder, sacaron a Rusia de la guerra, pues para ellos era un conflicto del imperio zarista con el que nunca estuvieron de acuerdo.

En el frente occidental, por otro lado, fue una derrota militar que llegó por parte de Estados Unidos. Los vencedores fueron Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Estos últimos entraron con tropas frescas y nuevos recursos para derrotar a sus adversarios. Los perdedores fueron los alemanes, los austríacos y los turcos. Los tres perdieron territorio y se les impuso la firma del Tratado de Versalles.

El mundo cambió

Después de la guerra hubo grandes cambios, sobre todo en el plano geográfico. Europa estrenó mapa. Finlandia, Estonia, Letonia, Yugoslavia fueron creadas a partir de la guerra por el pacto de Versalles. Las potencias quedaron siendo las vencedoras, pero Estados Unidos no participó en la repartición del territorio. Los franceses y británicos consiguieron tierras en el Medio Oriente. Irak, por ejemplo, era turco y pasó a ser dominio de Gran Bretaña. Siria pasó a ser francés y Palestina, británico. Finlandia era ruso y se independizó en el 17 con el aval de los bolcheviques.

Aparte de lo geográfico, en la primera guerra, Estados Unidos llevó a cabo su primera acción mundial de relevancia. Podría decirse que esa fue la primera vez que actuaron como potencia. Hasta el momento, las guerras estadounidenses habían sido menores: habían invadido Cuba y Puerto Rico, conquistaron una parte de México y territorios indígenas. Pero a la guerra entraron con un ejército moderno y preparado y actuaron codo a codo con las otras potencias. Allí consolidó su poder. Si bien ya había mostrado una expansión industrial, territorial y un mercado unificado, su poderío militar le dio un nuevo aire. Además, la banca americana comenzó a producir para la guerra. La banca británica dejó de ser el centro bancario del mundo y llegó Nueva York a ocupar ese lugar.

De la revolución rusa ni hablar, porque de ella nacería la Unión Soviética. Pero la guerra trajo consecuencias más profundas. Mostró la debilidad del país y el colapso derivado del conflicto de cuatro años. Los bolcheviques siempre estuvieron en contra de la guerra y en Rusia se registraron una serie de fraccionamientos y posiciones bien complicadas que estaban en contra del régimen autoritario, despótico y poco democrático del zarismo. Entonces la guerra fue la coyuntura que debilitó militarmente al zarismo, hizo escasear los recursos y víveres y permitió que grupos diversos lograran derrocar la monarquía.

La Guerra Fría que estalló después de la Segunda Guerra Mundial tiene sus antecedentes en la primera, con la naciente Unión Soviética y con Estados Unidos que comienza a perfilarse como una potencia mundial en lugar de Gran Bretaña. Si bien la isla europea fue vencedora en Versalles, tuvo problemas complicados: pérdidas de recursos, mercados, de poder. No sólo por la importancia que comienza a adquirir Estados Unidos, sino porque la guerra les trajo serias consecuencias económicas, pues Gran Bretaña no estaba preparada para el conflicto, lo que contribuyó a que el imperio británico fuera perdiendo colonias y fuerzas.

Desquite alemán

Algunos intentan ver las dos guerra mundiales como dos conflictos muy ligados, como una gran guerra de 30 años que comenzó en el 14 y terminó en el 45. Y sí hay muchas cosas que las unen. De pronto la más importante es que dentro de la Alemania castigada por el pacto de Versalles van a crearse una serie de movimientos nacionalistas o revanchistas que no estuvieron de acuerdo con la imposición del tratado. Entonces la derecha alemana, por ejemplo la nazi, se ampara en el supuesto castigo impuesto y en su necesidad de resarcirse como nación. Por eso se dice que los resultados de la Primera Guerra fueron los argumentos que Alemania utilizó para abrirle paso a la segunda.

De hecho, los bloques fueron casi iguales: estadounidenses, ingleses y rusos participaron juntos en contra de Alemania. Para ese momento ya Francia había sido neutralizada por los nazis. Y por otro Alemania y a su lado Italia, cuya participación fue insignificante. La Segunda Guerra Mundial desembocó en la Guerra Fría, que finalizó hasta finales de los 80. Así mismo le abrió espacio al imperio norteamericano, aun más del que ya había ganado en la Primera Guerra. Cuando la segunda terminó, la potencia militar, económica, financiera y hasta cultural era Estados Unidos. Después de ellos los soviéticos, que no estaban muy cómodos con eso. Allí se fue generando la Guerra Fría. Ambas naciones diferían en su modelo ideológico (comunismo contra liberalismo), proyecto político, modelo económico, y a final de cuentas son dos potencias que surgen de la debilidad de Europa. Ambos habían sido aliados en la Segunda Guerra porque tenían un enemigo común que era Alemania; cuando éste desapareció, no tenían por qué seguir siendo aliados.

Un nuevo orden

El panorama cambió con la desaparición de la Unión Soviética. Entonces se creó el espacio propicio para que Estados Unidos se consolidara como la única potencia mundial, sobre todo desde el punto de vista militar, pues en materia económica tiene competidores importantes como la Unión Europea, Japón y hasta China. Entre tanto, la guerra del golfo del 91 fue la máxima demostración del poder estadounidense. Fue posible porque la Unión Soviética ya no existía, pues Irak tenía toda una suerte de convenios con ésta que hubieran permitido su protección. O tal vez el conflicto hubiera sido mayor.

Se puede decir que en este momento el único imperio es Estados Unidos. Ese hecho se vino gestando desde la Primera Guerra, cuando apareció en el panorama mundial como una potencia militar que a final de cuentas definió el conflicto que había tardado tanto tiempo en encontrar un final. Mientras tanto, el mundo sigue en construcción.