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El futuro de los colombianos en USA

El próximo mes será clave para los colombianos que viven ilegalmente en Estados Unidos

Juanita León
20 de enero de 2006

tegral de inmigración, lo cual le permite anticipar a los expertos que si bien la Casa Blanca apoyará medidas duras en la frontera será mucho más generoso con los que ya viven ilegalmente en su país para conservar el voto hispano y sobre todo el apoyo de los empresarios.

Está claro para los analistas que la ley final no complacerá ni a los ultraconservadores que quieren que se aplique la ley con todo el rigor para hacerle infernal la vida a los inmigrantes ni a los ultraliberales que abogan por una amnistía total. Estará en el medio. Actualmente cursan en el Congreso 166 iniciativas relacionadas con inmigración. Pero básicamente la discusión se mueve entre tres, que cuentan con apoyo de parte de los republicanos y de parte de los demócratas, que se han dividido alrededor del tema.

La más laxa de los senadores John McCain (republicano) y Edward Kennedy (demócrata), propone que los inmigrantes ilegales puedan obtener un permiso de trabajo temporal por seis años, y que a partir del cuarto año puedan aplicar a la residencia permanente.

La más dura de los senadores John Cornyn, republicano de Texas, y el demócrata Kyl, le permitiría a los indocumentados aplicar por un permiso temporal de trabajo por seis años pero para hacerlo tendrían que aplicar desde su país de origen. Una propuesta poco viable pues difícilmente un colombiano que vive ilegalmente en Estados Unidos se va a arriesgar a volver a Pereira o a Bogotá para aplicar y ser rechazado.
La propuesta de Bush está en el medio: propone un permiso de trabajo para los indocumentados por seis años pero sin la posibilidad de aplicar por la residencia permanente. Después de que se venza ese período tendrían que regresar a su país de origen o arriesgarse a ser deportados.

"Creo que se aprobará un proyecto cercano a la propuesta de McCain-Kennedy", dijo a Semana.com Gustavo Ramírez, director ejecutivo de Iaco, una organización que asiste a los inmigrantes y que promueve cambios en las leyes de inmigración. "Llegó el momento en que la olla de presión va a reventar. Todos reconocen abiertamente que la ley actual es una colcha de retazos y que hay que encontrarle una solución a la inmigración".

El dilema que enfrentan los políticos es complejo, sobre todo en este año que comienza la campaña al Congreso. Por un lado, es un hecho que en algunos estados los inmigrantes crean un problema social y de criminalidad. Por ejemplo, Grupos anti-inmigrantes calculan que la inmigración ilegal le cuesta al estado de California 10 billones de dólares al año, tres veces el Plan Colombia. Estos problemas son explotados por grupos xenófobos, lo que ha hecho que políticos -incluso demócratas- como Hillary Clinton se hayan mostrado implacables contra los inmigrantes.

Pero por otro lado, en Estados Unidos se calcula que viven 12 millones de indocumentados, una población que podría inclinar un número equivalente de votos pues todos tienen por lo menos un familiar legal y que por lo tanto es apetecida por los políticos. A esto se suma, que los empresarios que podrían financiar sus campañas apoyan leyes favorables a la inmigración porque necesitan esa mano de obra barata y dispuesta a realizar trabajos que los estadounidenses se niegan a hacer, como limpiar baños. Republicanos como McCain quieren apostarle a esa franja de votantes no sólo para posicionarse como candidato para las elecciones presidenciables del 2008 sino para garantizar una mayoría republicana en el próximo Congreso, en un período donde los escándalos de espionaje, mentiras y presiones indebidas han minado el apoyo de muchos ciudadanos.

En conclusión: el famoso muro que se piensa construir en  la frontera con México y que fue rechazado esta semana por los cancilleres latinoamericanos, incluida la colombiana, posiblemente se haga, lo cual le dificultará la vida a los colombianos que quieran llegar a Estados Unidos por el hueco. Pero a los que ya están allá seguramente se les abrirá una oportunidad de legalizar su situación y echar finalmente raíces en su país de adopción. O por lo menos volver a visitar a sus familiares sin miedo a perder lo poquito que han podido construir a la sombra.

¿Qué opinan los colombianos? Vea dos