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El gato con votos

Enilse López, la controvertida reina del chance en la Costa, está invirtiendo su fortuna para conseguirle una curul en el Congreso a su hijo Héctor Julio Alfonso. Ya logró su inscripción en la lista del Partido Conservador. Ahora le busca los votos.

Elber Gutiérrez
20 de enero de 2006

La primera vez que Enilse López (`La Gata`) expresó públicamente su intención de incursionar en la política nacional fue en noviembre de 2005. La dueña del monopolio del Chance en Magdalena, Sucre y Bolívar decidió implementar una estrategia política propia debido a desacuerdos con políticos de Bolívar a los que ella misma había apoyado económicamente. Ese día anunció que se postularía para las elecciones de Congreso y que obtendría 300.000 votos.

La Gata es conocida en la Costa Atlántica por sus influencias en la clase dirigente local, su respaldo económico a la primera campaña presidencial de Álvaro Uribe, su habilidad para los negocios y sus innumerables obras de beneficencia a través de la Fundación Wendy Vanesa. Pero en torno a su nombre también existe una leyenda que la vincula con personajes al margen de la ley, a los cuales ella dice no conocer. Algunos creen que parte de su éxito económico se debe a una guaca que el extinto narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha habría dejado en su finca en 1989, cuando fue muerto por la Fuerza Pública cerca de Tolú. Otros políticos de Bolívar dicen que es amiga de Salvatore Mancuso. En uno y otro caso, la empresaria del chance ha negado la existencia de vínculos con mafiosos.

De lo que no se tiene duda es de su poder económico y político y de sus intenciones de consolidarlo en las elecciones de marzo. Su hijo mayor, Jorge Alfonso López, fue su primer alfil en política. Llegó a la alcaldía de Magangué gracias al apoyo granjeado por La Gata a punta de labores sociales. Ahora la empresaria del chance pretende que Héctor Julio, el menor de sus hijos, sea representante a la Cámara por Bolívar.

La movida política fue prevista hace más de un año. Carlos García Aguilar, uno de los abogados de la familia, elevó el 12 de enero de 2005 una consulta ante el Consejo Nacional Electoral para saber si Héctor Julio Alfonso López -el hijo de la Gata- estaba inhabilitado para aspirar al Congreso por ser hermano de un alcalde en ejercicio en un municipio del mismo departamento al que él pretendía representar. La respuesta, firmada por el magistrado Antonio José Lizarazo, le dio vía libre a la aspiración del hijo de la Gata, cuyo plan B era el de postularse por Sucre, para hacerle quite al eventual impedimento.

Buscando aval

El siguiente paso era definir por qué partido o movimiento presentarían la aspiración. Tras consultas con distintos sectores, Alfonso López recibió el aval del Partido Conservador con el apoyo de varios dirigentes de Bolívar. Su nombre aparece en la casilla 36 del listado oficial de inscritos de ese partido junto a los también bolivarenses Pedrito Tomás Medina Caballero, Javier Alberto Posada, Fernando Tafur y José María Imbett.

Varios dirigentes de Bolívar dijeron que el senador conservador William Montes y su esposa Martha Curi (hija del alcalde de Cartagena, Nicolás Curi) fueron quienes sugirieron a las directivas del partido la inclusión del hijo de la Gata en la lista de candidatos. Esta supuesta alianza tiene sentido si se mira en el contexto de las pasadas elecciones de alcalde de Cartagena, en las que La Gata apoyó a Curi. Ahora, cuando es el hijo de La Gata el que necesita apoyo para llegar al Congreso, la alianza está en crisis.

Interrogado sobre el tema, Montes le dijo a Semana.com que no conoce a Alfonso López y que sólo sabe que es un joven administrador de empresas. “No tengo razones para respaldar ni para vetar a nadie, pero mi fórmula para la Cámara es Pedrito Tomás Pereira”, refiriéndose al hijo del transportador más importante de Cartagena. Según Montes, ni siquiera la existencia de vallas que promueven tanto la candidatura de Montes al Senado como la del hijo de la Gata a la Cámara implican una relación entre ellos: “Lo que sucede es que hay amigos comunes que nos apoyan a ambos, pero yo ni siquiera he visto esa publicidad”, agregó el senador.

Otras versiones indican que quien presentó al hijo de la gata ante las directivas conservadoras fue el ex senador Rodrigo Barraza Salcedo (padre de María José Barraza y de Juan Manuel Barraza), cuya casa es muy cercana al ex presidente Andrés Pastrana.

El hijo de la Gata tampoco quiso precisar nombres de quienes lo apoyan. “Yo soy una persona humilde que quiere ayudar al pueblo y fue el mismo pueblo el que me postuló. Yo me lancé apoyado por unos amigos empresarios y ganaderos que quieren ayudar a la región”. Para él, las versiones sobre los negocios de su familia con paramilitares y la amistad con Salvatore Mancuso son falsas porque al jefe paramilitar sólo lo ha visto por televisión. “Yo tengo mi certificado judicial en limpio, no tengo investigaciones en ninguna parte y estoy al día con la ley. Ni acá ni en ningún lado me han involucrado en relaciones con los paramilitares”.

El presidente del partido Conservador, senador Carlos Holguín, dijo que “a nadie se le puede negar la inscripción así sea hijo de Al Capone”. No obstante, pidió al directorio de Bolívar que revise el caso para que tome una decisión”, la cual será inapelable. En Cartagena los críticos de la Gata son escépticos frente a la medida, pues creen que el poder de la empresaria es tan grande que ninguno de los políticos locales se atreverá a ejercer el derecho al veto concedido por Holguín. Piensan que debe ser la junta nacional del partido la que se de la pela ya que sobre ella pesan menos las presiones ejercidas desde La Heroica.

La Gata acompaña de vez en cuando a su hijo por las correrías políticas, aunque dicen haber suspendido la entrega de mercados y otros regalos a los más pobres por respecto a las normas electorales. Viajan acompañados por un grupo de escoltas que lidera Fernando Rivera, el hombre que decide quién puede acercarse al candidato y en qué momento. Sin embargo, niegan haber montado un escuadrón de seguridad y más aún que tengan apoyo extralegal. “Tenemos empresas legalmente constituidas para brindar el respaldo que el Estado no nos ofrece. Son como los departamentos (de seguridad) que hay dentro de cualquier empresa, pero actualmente el candidato no tiene más de cuatro escoltas y eso que tiene problemas de seguridad”, explicó Rivera a Semana.com.

Los miembros de la campaña de Héctor Julio Alfonso aseguran que recibieron hace pocos días dos amenazas telefónicas contra su candidato y que desde el 17 de enero las pusieron en conocimiento de la Fiscalía. Según ellos no tienen idea sobre la procedencia de las mismas, pero en la región no se descarta que sean de la guerrilla.

La Gata prefiere atribuirlas a intereses electorales. Así lo hizo el pasado fin de semana cuando presidió una reunión política en el Country Club San Fernando, en el barrio Ternera, al sur occidente de Cartagena, en la cual denunció que “los políticos tradicionales” amenazaron a su hijo candidato. A la reunión también asistió Dayra Galvis, de Convergencia Ciudadana, fórmula de su hijo para el Senado.

La Gata ha sido víctima en cinco oportunidades de ataques de la guerrilla que según los Alfonso López no tienen explicación. Su esposo, Héctor Alfonso fue asesinado en 1988 en una finca de su propiedad ubicada en Magangué. Su padre, José López, fue secuestrado por las Farc en Sucre (Sucre) y falleció pocos días después de recobrar la libertad. Igual suerte corrieron José Domingo, Esciquio y Cástulo, sus tres hermanos.

Votos son amores

En diciembre pasado 25 de los 27 ediles de Cartagena se vieron sorprendidos por una invitación a un restaurante del norte de Barranquilla en la cual la Gata les pidió respaldo para la candidatura de su hijo. Dos de los asistentes a la cita argumentaron tener compromisos con otras campañas, mientras que los demás prefirieron pensarlo.

En enero 15 líderes locales asistieron a otra reunión en la cual La Gata se presentó como una mujer humilde y cercana a Dios. Tres de los asistentes a la cita niegan que se hablara de ofrecimientos por votos, pero dicen haber oído versiones sobre ofrecimientos de 80 millones a cada concejal que se comprometa con votos para la campaña. Aseguran que la Gata ofrece obras sociales a cambio de votos en los mismos barrios en los que durante años ha llevado brigadas de salud y mercados de caridad. Pocos dudan que cumpla sus promesas, máxime cuando tiene antecedentes como el de haber donado el mobiliario de los ediles de la zona suroccidental de Cartagena.

Pero Alfonso López cree que hay mucha suspicacia en torno a su madre y asegura que la mayoría de los recursos de la campaña los consiguió él mismo en una pequeña empresa que montó en sociedad con un compañero de la universidad. “Ella económicamente me aporta poquito porque en realidad no es multimillonaria. A veces hacemos rifas con ganaderos de la región”, explica. Y cree que los políticos tradicionales le están haciendo el juego sucio porque temen que los derrote en las urnas.

Un congresista de Bolívar que exigió la reserva de su nombre dijo que aunque la familia de la Gata lo niegue “existen muchos recursos en esa campaña” y “están sonsacando concejales y ediles para convencerlos de que voten por su lista”. La misma fuente dijo que “los de Cartagena son problemas gordos que deben resolverse con prudencia y tolerancia y que deben ser ventilados desde el gobierno central para evitar retaliaciones entre los políticos locales”.