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El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Fernando Araújo.

RELACIONES EXTERIORES

El gobierno de Colombia dice que con el fallo sobre San Andrés, “Nicaragua sufrió un revés fundamental”

La sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dejó satisfechos a los dos países. Mientras en Colombia se celebra que la soberanía sobre las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina “no está en discusión”, en Nicaragua aseguran que con la decisión, ese país “puede expandir las fronteras”. El presidente Uribe señala que las islas “son parte esencial del alma colombiana”.

13 de diciembre de 2007

El fallo de la CIJ causó un hecho particular: ambas partes se sienten ganadoras y celebran la decisión tomada en La Haya. Mientras el gobierno de Colombia mostró su satisfacción porque el alto tribunal sentenció que las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina “no está en discusión” por cuanto “este asunto fue resuelto por el Tratado Esguerra- Bárcenas de 1928”, el gobierno de Nicaragua afirmó que con la decisión, ese país “puede expandir sus fronteras”.

Esto significa que a pesar del histórico fallo, ambos gobiernos esperan analizar con rigor todo su contenido para continuar con las acciones legales que le pongan fin a este viejo pleito por la delimitación de sus fronteras.

El canciller Fernando Araújo fue categórico: “En efecto, Nicaragua sufre un revés fundamental en su posición, ya que siempre pretendió que el archipiélago de San Andrés le pertenecía y que el tratado Esguerra-Bárcenas supuestamente era nulo e inválido. Primero, durante el gobierno del dictador Somoza y posteriormente, con el triunfo de la revolución sandinista cuando –dando un paso más allá– pretendió desconocer y denunciar el tratado. Esa política fue seguida por los demás gobiernos hasta el momento actual. Nicaragua pretendía que se le reconocieran derechos sobre una parte del territorio colombiano en la que nunca ha ejercido soberanía ni jurisdicción, tal como se demostró en el proceso y las audiencias realizadas en junio de este año”.

El canciller Araújo hizo esta afirmación en un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores y luego lo reiteró en varias entrevistas con los medios de comunicación. Pero la Nación centroamericana también dijo sentirse favorecida con el dictamen, que abre a examen la jurisdicción de varios atolones caribeños.
 
El presidente Álvaro Uribe, por su parte, anunció en la noche de este jueves que Colombia está preparada para defender y mantener su soberanía ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya, sobre los cayos cercanos al archipiélago de San Andrés y Providencia. “La Corte asumió competencia para decidir sobre los cayos. Los derechos de Colombia sobre los cayos, y así lo demostrara ante la Corte, están respaldados por sólidos títulos históricos y jurídicos”, que serán presentados ante el tribunal en su momento, precisó Uribe en una alocución transmitida a todo el país por radio y televisión (Ver texto completo del discurso).

Un fallo esperado

Con el fallo emitido este jueves, “Nicaragua sufre un revés fundamental en su posición, ya que siempre pretendió que el archipiélago de San Andrés le pertenecía”, insistió el canciller Araújo. El vicepresidente colombiano, Francisco Santos, comentó en Washington a reporteros que “se dio lo que se esperaba”, con el dictamen.

“Nicaragua pretendía que se le reconocieran derechos sobre una parte del territorio colombiano en el que nunca ha ejercido soberanía ni jurisdicción, tal como se demostró en el proceso en la Corte”, agregó Santos.

Araújo dijo que ahora la Corte escuchará los alegatos de las dos partes para pronunciarse sobre el resto de los islotes que conforman el archipiélago.

El Tribunal de la Organización de las Naciones Unidas dijo que por un tratado de 1928 pertenecen a Colombia las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, a 775 kilómetros al noroeste de Colombia y a 220 kilómetros de la costa de Nicaragua. Pero señaló que el tratado no determinó la soberanía de otros islotes del archipiélago –cinco atolones– ni la frontera marítima.

Francisco Santos expresó que “tenemos absoluta conciencia de la validez del tratado y eso ha quedado confirmado”. Araújo, por su parte, expresó que los asesores jurídicos de la Cancillería colombiana estudiarán en febrero con miembros de la Corte los plazos y la presentación de alegatos sobre la delimitación del resto de los islotes.
 
Nicaragua: “Nos dieron la razón”

Entre tanto, el canciller nicaragüense, Samuel Santos, declaró desde La Haya que el pronunciamiento “nos dio la razón”, en el sentido de que la Corte Internacional es competente para dilucidar el diferendo con Colombia.

Agregó que la sentencia “deja abierta la situación para continuar con el diálogo con Colombia... (y) nosotros esperamos, entre hermanos latinoamericanos, resolver cualquier diferendo que podamos tener todavía”.

En Nicaragua, incluso, la lectura del fallo es toda a su favor. Por ejemplo, el agente de ese país ante la Corte, Carlos Argüello, expuso que el fallo “no ha declarado soberanía sobre ninguna isla”.

La Corte dijo en forma absolutamente terminante y yendo al fondo del asunto que el meridiano 82 no es un límite marítimo” entre Nicaragua y Colombia, lo que, según Argüello, concuerda “con lo que había resuelto en el caso con Honduras, que el paralelo 15 no era un límite al norte” para Nicaragua.

El Canciller colombiano manifestó que por los medios de comunicación había conocido y daba la bienvenida a declaraciones de su colega nicaragüense, manifestando el deseo y buena voluntad del gobierno de Managua y descartando que fuera una amenaza palabras del mandatario Daniel Ortega esta semana, diciendo que el Ejército debía estar preparado por el tema de los islotes.

La fuerza de un Tratado

Desde hace décadas, Nicaragua reclama la soberanía sobre unos 50.000 kilómetros cuadrados de territorio en el mar Caribe, que comprende las islas de San Andrés, Providencia y varios islotes.
Las autoridades de Nicaragua sostienen que las islas le pertenecen porque fueron indebidamente cedidas a Colombia en el Tratado Esguerra-Bárcenas de 1928, cuando el país estaba ocupado militarmente por Estados Unidos. Colombia mantiene que el tema está zanjado por el tratado.

El ex canciller Julio Londoño Paredes explicó que para esa definición sobre los otros islotes “la Corte puede, en un momento determinado, hacer ella misma la delimitación o dar a las partes pautas para hacerlo”.

“La Corte ha dicho que tiene competencia sobre el asunto de la delimitación, pero no ha instado ni ordenado a las partes que entren a negociar”, aseguró.

La prensa nicaragüense de este jueves recogió con satisfacción el fallo y destacó las advertencias de varias personalidades de Colombia sobre los posibles riesgos que implica el fallo. Así, los ex presidentes liberales César Gaviria y Ernesto Samper advirtieron que el fallo de la Corte Internacional podrá tener efectos sobre la soberanía del país en el mar Caribe. “Aquí hay riesgos”, dijo Gaviria (1990-1994) al observar que el fallo cerró el camino a la pretensión nicaragüense sobre el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, pero dejó abierta una puerta al reclamo de áreas marinas y submarinas.

El ex gobernante y ex secretario general de la OEA (1994-2004) declaró que “en eso coincidimos todos, en que hay unos riesgos en relación con lo que la Corte, eventualmente, diga en materia de delimitación de áreas marinas y submarinas”. Por su parte, Samper (1994-1998) consideró como “agridulce” el fallo, aunque dijo que, para él, el sentido de esta decisión “era predecible”. Según él, su sensación en el hecho de que “de una parte, la Corte deja totalmente zanjado el debate sobre San Andrés y Providencia (...), pero de otra parte, dice que no sólo es competente, sino que tienen que sentarse a negociar la delimitación de las aguas”.

En este sentido, el ministro de Exteriores de Nicaragua, Samuel Santos López, ve una posibilidad para que su país extienda sus fronteras. Por eso, la sonrisa de satisfacción en los pasillos de la Corte al declarar que con este fallo “el meridiano 82 desapareció totalmente (...) a partir de ahora, Nicaragua puede expandir sus fronteras”. Esto significa que si bien con el histórico fallo hubo unas decisiones indiscutibles, también es cierto que Nicaragua y Colombia deberán seguir hablando sobre los límites de sus fronteras marítimas.