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El gobierno le pide a la senadora Piedad Córdoba revelar el nombre del alto funcionario que supuestamente la amenazó de muerte

La congresista sorprendió al país al informar que conoció de un complot para asesinarla. Según ella, el crimen se llevaría a cabo en Caracas y sería una acción ejecutada obedeciendo órdenes de un alto funcionario del gobierno.

19 de diciembre de 2007

La senadora Piedad Córdoba sorprendió este miércoles al país con una declaración dada en Washington: “Me van a asesinar”. Según su testimonio se trataría de un crimen que se realizaría en Caracas y que se haría en cumplimiento de una orden impartida por un alto funcionario del gobierno. La congresista –quien por su cargo tiene todos los medios para hacer sus denuncias con las autoridades en Bogotá– lanzó la escandalosa afirmación en Washington en donde se encontraba de visita.

La senadora –que cuando viaja a esta capital no despacha desde la embajada de Colombia, situación a la cual también tiene derecho, sino desde la sede diplomática de Venezuela– provocó una fuerte reacción del gobierno que considera que si la amenaza era cierta debería precisarla para investigar de inmediato al responsable.

“El gobierno nacional ha conocido con asombro las declaraciones de la senadora Piedad Córdoba hablando de un alto funcionario del gobierno que supuestamente la habría amenazado, y de un atentado en su contra que se llevaría a cabo en Caracas. Para el gobierno resulta por completo inadmisible que se hagan este tipo de declaraciones, y por eso le pide a la senadora Piedad Córdoba que revele de manera inmediata ante la opinión el nombre del supuesto funcionario que la está amenazando”, dijo en un comunicado el comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo.

“Pedimos igualmente prudencia en sus declaraciones, para no enrarecer un ambiente que nos debe llevar única y exclusivamente a consolidar el propósito humanitario para la liberación de los secuestrados”, agregó el Comisionado.

El gobierno informó que “la senadora Piedad Córdoba ha recibido de parte de este gobierno toda la seguridad para que adelante su labor como opositora y, por supuesto, nuestro compromiso en ese sentido es indeclinable. Por eso consideramos de suma gravedad que se hagan este tipo de acusaciones ante los medios de comunicación, sin mencionar personas en concreto. Le solicitamos a la senadora que de manera inmediata revele el nombre del supuesto funcionario, para que no solamente la opinión lo conozca sino que se adelanten, si es del caso, las investigaciones penales correspondientes”.
 
La senadora colombiana dijo que existe un complot para atentar contra su vida cuando se encuentre en Caracas, a donde suele viajar continuamente al haberse allegado al presidente Hugo Chávez en su trabajo de facilitadora de un canje humanitario entre el gobierno colombiano y las Farc.

Tras semejante acusación la senadora no dio más detalles de quien supuestamente podría estar detrás del hipotético crimen. Sólo dijo que detrás del atentado estaría “un alto funcionario” del gobierno del presidente Álvaro Uribe, pero se abstuvo de identificarlo.

Córdoba dijo que además de sufrir de persistentes “persecuciones y hostilizaciones”, tenía un caso ante la Corte Suprema de Justicia de su país “por concierto para delinquir y alta traición a la patria”, y que Uribe ha mencionado incluso que durante una entrevista en octubre con Simón Trinidad ella había urdido un complot contra el Presidente.
 
Trinidad, el mayor dirigente de las Farc extraditado a Estados Unidos, está siendo juzgado por secuestro y narcotráfico en Washington, y Córdoba dijo que estaba en contactos con una abogada para determinar el plan a seguir.

“Al país le debe quedar claro cuál ha sido mi actitud en todo este proceso”, dijo Córdoba en una rueda de prensa en la sede de TransAfrica, un grupo no gubernamental de la capital estadounidense. “Yo soy una patriota integral... que jamás ha abrazado métodos que no sean los que me confía la democracia”.

Inesperadamente, Córdoba visitó otra vez el miércoles el tribunal que juzga a Trinidad. Esta vez estuvo solamente entre el público en una audiencia preliminar del juicio por drogas que se le seguirá al guerrillero a partir del 3 de marzo. Trinidad será previamente sentenciado por el secuestro de tres estadounidenses, el 28 de enero.

La senadora no pudo saludar a Trinidad cuando menos estrechándole la mano, pero se reconocieron a la distancia con ademanes de manos y Córdoba le mandó un beso ‘volado’.

En Bogotá, miembros del gabinete de Uribe dijeron que desconocían la existencia de un plan para atentar contra Córdoba o alguno de sus asesores. Uno de éstos, Jaime Enrique Gómez, desapareció en marzo de 2006 y fue hallado al mes siguiente, según Córdoba, “horriblemente asesinado”.

El ministro del Interior y Justicia, Carlos Holguín Sardi, dijo en la capital colombiana que Córdoba “tiene protección” y debido a que el gobierno “siempre le ha brindado cualquier cosa”, le sorprendía su declaración.

La senadora Córdoba ha sido una severa crítica de Uribe, particularmente desde que éste terminara en noviembre la participación de ella y Chávez en la mediación para el canje. En Washington dijo que si el trabajo de ambos hubiese continuado, las Farc habrían estado liberando ahora a “por lo menos 25” de sus rehenes y no solamente a tres, como ha trascendido el martes.