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Gordon Brown: nuevo Primer Ministro Británico asumirá oficialmente sus funciones a partir del 27 de junio

INTERNACIONAL

El Reino Unido estrena Primer Ministro

Gordon Brown, ex titular británico de economía asumió el cargo tras la salida de Tony Blair, anunciada desde el nueve de mayo.

26 de junio de 2007

Luego de diez años de gestión, Tony Blair abandonó este miércoles el Downing Street e hizo efectiva ante la Reina de Inglaterra su anunciada renuncia con la simbólica entrega de los Sellos de la Oficina del Primer Ministro, tras lo cual la soberana le pedió a Brown la formación de un nuevo gobierno.

Tras actos protocolarios del caso Blair fue recibido en la puerta del Downing Street por un grupo de manifestantes, entre ellos familiares de soldados muertos en la guerra de Irak. Al igual que en anteriores ocasiones, ex ahora ex Primer Ministro se mostró convencido de que la presencia del Reino Unido en Irak es fundamental.

Acto seguido el escocés Gordon Brown, quien hasta entonces había llevado las riendas de la tesorería británica, tomó posesión como su sucesor. En un discurso que ofreció luego de su nombramiento informó que su gobierno se caracterizará por ser dinámico y que podría prolongarse hasta 2010 cuando está prevista la convocatoria de las próximas elecciones generales. Como acciones iniciales de su mandato prometió reformas encaminadas a acabar con la pobreza, establecer una nueva política habitacional y mejorar la sanidad y la educación.

En política exterior indicó que su gobierno se enfocará en la lucha contra el extremismo terrorista, para lo que a su juicio hace falta algo más que la fuerza militar. En cuanto a las críticas de las que fue objeto el gobierno de Blair por su intervención en la Guerra de Irak, Brown reconoció que las decisiones tomadas sobre ese particular habían generado divisiones en el Partido Laborista, pero se comprometió a responder a las "obligaciones internacionales" en Afganistán y Oriente Próximo, de esta manera el Reino Unido continuará ejerciendo un papel fundamental en la resolución de conflictos.

El traspaso de poder materializó la disolución de la pareja más emblemática y al mismo tiempo antagónica de la política británica. El duo conformado por el carismático Tony Blair, quien siempre se ha caracterizado por preocuparse más por la agenda mediática que en profundizar sus políticas, y el tímido Gordon Brown cuya racionalidad le ha permitido ejercer sus funciones con más eficiencia que liderazgo, llega a su fin después de permanecer junto por más de 20 años.

El nuevo mandatario, cuya relación con su antecesor había ido en franco deterioro en la medida que este último retrasaba un traspaso de poderes previamente pactado, cuestión que se convirtió en un secreto a voces, es tan neofundador del laborismo como el propio Blair, con quien comparte la convicción de que el partido puede llegar efectivamente al poder en la medida que esté dentro de los límites de la centro-izquierda.

En este sentido, Brown anunció algunos cambios dentro de las bases del partido y, si tienen éxito, a nivel de las estructuras nacionales. Informó que en el futuro, el segundo puesto en la dirigencia laborista será definido por los propios miembros, en votación.
Dijo que promoverá un nuevo "acuerdo constitucional" consistente en "dar mayor poder al Parlamento, y tanto el gobierno como el Parlamento dar mayor poder al pueblo".

Brown pretende con sus acciones marcar distancia en relación con las políticas adoptadas por Blair en su Gobierno, para crear lo más pronto posible un perfil propio ante la opinión pública.

Según una encuesta de intención de voto publicada por el diario británico The Observer, los laboristas aventajan a los conservadores por primera vez desde octubre pasado. El estudio de la firma Ipsos MORI, señala que el 40% de los encuestados cree que Brown sería un primer ministro más capaz que el líder conservador, David Cameron, que sólo obtiene el respaldo del 22 por ciento.

Estas cifran demuestran que la gestión de Brown se inicia con buen pie. Sin embargo, para muchos analistas británicos es un error que solamente haya tenido experiencia en materia de finanzas durante las administraciones de Blair, ya que para ser Primer Ministro hay que tener conocimiento sobre política internacional, seguridad ciudadana, etc.
Pese a esas consideraciones, Brown se muestra optimista en su nueva faceta política. Su mayor reto está en diseñar proyectos eficientes que permitan renovar al partido laborista, después del desgaste de haber estado una década en el poder bajo el mando de un mismo hombre. De esta manera, buscará convencer a un electorado incrédulo de que debe seguir votando por los laboristas. Su fracaso en esta misión lo consagraría como un excelente ministro de economía con poca suerte a la hora de ser Primer Ministro.
Por su parte, el ya ex primer ministro Tony Blair, se encuentra a la espera que le confirmen su participación como enviado especial del Cuarteto para Oriente Medio, integrado por la ONU, la UE, EEUU y Rusia.