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Günter Grass

El tambor de hojalata

Eduardo Arias
18 de abril de 2007

C uando Günter Grass publicó El tambor de hojalata (1959), la literatura alemana despertó de un largo letargo provocado por el nazismo y el hundimiento del país. Pero Grass no llegó para hablar bellezas del milagro alemán de posguerra y mucho menos para justificar los años de horror o encontrar algún gesto de grandeza en el auge y la caída del Tercer Reich. Por el contrario, Grass se valió de la figura de Oscar Matzerath, un niño que se negó a crecer el día que cumplió tres años. Desde sus 94 centímetros de estatura retrata a todo un país, a toda una época, a través de su familia y sus vecinos.

El resultado es una descripción del nazismo desde la amoralidad de este falso niño. Una mirada fría y despasionada de la guerra y la muerte, del sinsentido de un continente capaz de destruirse dos veces en menos de 30 años. Es la guerra vista desde la aparente comodidad del frente civil. Comunicados de los distintos frentes de batalla que Oscar vive como si se tratara de partidos de fútbol o de clases de geografía. Un personaje al que la muerte le resbala. Al que la muerte de su madre no lo afecta para nada. Que en el primer día de la guerra entrega a los nazis a su tío polaco, que él cree que es su padre biológico, para que lo fusilen. Que ve cómo un soldado soviético asesina a su padre el día en que la guerra termina en Danzig. Que cuenta con total desapasionamiento cómo un obús mata a su amada Rosvita el día del desembarco en Normandía.

Grass, a través de Oscar, se burla de la grandilocuencia nazi y analiza la siquis de un pueblo embobado por las mentiras y el carisma de un Mesías y que en los años 50 era incapaz de enfrentar su culpa y de entender la magnitud de la tragedia hitleriana. Un pueblo-niño, como Oscar, que no sabe cómo enfrentar su responsabilidad histórica.
Para abarcar la gran mirada que hace Grass de su patria perdida y devastada (y, de paso, para disfru tar su extraordinaria versatilidad narrativa) es necesario leer también El gato y el ratón (1961) y Años de perro (1963), las dos novelas que, junto con El tambor de hojalata, componen la llamada Trilogía de Danzig. El gato y el ratón es una breve novela que mira la guerra desde la óptica de unos adolescentes que intentan llevar una vida normal pero que la enfrentan a través de noticias de amigos caídos en combate o de los que vienen de visita desde el frente cargados de medallas. Años de perro es un tríptico monumental, una novela aún más ambiciosa que El tambor de hojalata, con pasajes memorables como la fuga de Príncipe, el perro de Hitler, que el 8 de mayo de 1945 atraviesa el río Elba para buscar en el Oeste un nuevo amo.