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Emotivo encuentro entre un canciller de la República y un humilde agente de la Policía

El canciller Fenando Araújo visitó en la clínica al policía que se les fugó a las Farc tras ocho años de cautiverio. El emocionante encuentro entre dos ex secuestrados que se escaparon llevó al funcionario a instar a todos los plagiados para que se escapen. El relato completo sobre el cautiverio de John Frank Pinchao será transmitido a las 6 y media de la tarde y a las 9 de la noche de este viernes por el canal Institucional.

16 de mayo de 2007

En la mañana del viernes, el subintendente John Frank Pinchao, quien estuvo secuestrado por las Farc y se escapó tras ocho años de secuestro, recibió una particular visita.

A la habitación donde se recupera de una desnutrición severa y donde recibe tratamientos sicológicos entró ni más ni menos que el canciller Fernando Araujo. El funcionario había permanecido secuestrado por las Farc durante seis años hasta el pasado 31 de diciembre, cuando aprovechó un enfrentamiento entre guerrilla y ejército y se fugó. Sin comida y sin agua, caminó por el monte durante cinco días.

Ahora, en libertad, tuvo la oportunidad de compartir con otra persona que tuvo una experiencia similar: John Frank Pinchao.

Después de conversar, Araújo contó que el policía le dijo que él y sus compañeros de cautiverio habían escuchado la noticia de su fuga y que eso lo motivó para hacer lo mismo.

Entonces el Canciller, enaltecido, instó a todos los secuestrados del país para que “busquen la manera de fugarse de sus captores. Aunque es un riesgo, se puede llegar a la libertad por medio de esta alternativa”. El encuentro entre ambos corrobora sus palabras.

Hasta ahora, Araújo es uno de los pocos que conocen el relato completo sobre las condiciones del secuestro de Pinchao. Sin embargo, el país tendrá la oportunidad de conocer los detalles en un video que será transmitido por el canal Institucional a las 6 y media de la tarde de este viernes y se repetirá a las 9. En él, Pinchao cuenta que los secuestrados reciben castigos severos cuando los guerrilleros consideran que hubo faltas en la conducta.

Dice que en el encierro y en pleno monte “nos quitaban las botas para que camináramos descalzos en un perímetro de unos 10 metros cuadrados. A uno también lo castigan dejándolo encadenado el tiempo que los guerrilleros consideren”.

Entre las personas con quienes estuvo en cautiverio, cuenta que a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt la han mantenido encadenada hasta por 24 horas. “Lo que pasa es que son irrespetuosos con ella y ella tiene coraje y se hace respetar”. Fuera de eso, ha tratado de fugarse en cinco ocasiones, según informes publicados por la agencia de noticias AFP. “Entonces los guerrilleros toman represalias”, comenta Pinchao.

En cambio, otros que compartieron cautiverio con él no han recibido castigos. Con esa suerte han corrido los norteamericanos Marc Gonsalves, Keith Stansell y Thomas Howes. “No los han castigado porque no se han intentado volar y tienen buen comportamiento. Hasta cuando me vine no estaban encadenados”. Sin embargo, reitera que en el momento en que dejó su sitio de reclusión, sabía que Marc estaba enfermo de hepatitis.

Además de Ingrid y los norteamericanos, Pinchao cuenta que compartió el cautiverio con un policía y seis militares más. Así vivió hasta la noche del 28 de abril, cuando decidió empacar comida en bolsas y fugarse. “Cuando iba por el río, el agua penetró las bolsas porque estaban rotas y me tocó comer sopa de arroz”, relata en el video grabado por la oficina de prensa de la Presidencia.

A pesar de todo lo que sufrió, dice que “la guerrilla no es fuerte, pero sí grande. Es como una burbuja, que con pincharla desaparece”. Por eso, logró escaparse, para volver a empezar una nueva vida.

Los primeros testimonios

En su primera noche de libertad, Pinachao había revelado en público que "a veces, nos encadenaban por el cuello y en parejas para que no nos voláramos. Llegamos a durar hasta 24 horas seguidas en esas condiciones".

Explicó que los ataban por parejas para dormir “en una casita. Ahí se duerme en hamaca o en cama hechiza (rústica)”. En seguida, narró que permaneció con cadenas al cuello durante meses.

Lloroso, contó que desde hace dos años planeó su fuga, la cual finalmente logró la noche del pasado 28 de abril, cuando aprovechó un descuido de sus guardias para echar a correr sin parar a lo largo de la selva.

La llegada

En el Hospital de la Policía de Bogotá, sus familiares lo esperaron desde el mediodía del pasado miércoles, cuando se enteraron de la noticia. Según su madre, doña Rosa Elvia Blanco, estaba deshidratado y se le veía bastante cansado, pues llevaba 17 días caminando por las selvas del Vaupés, donde fue encontrado por un comando Jungla de la Policía. La noticia hizo recordar la del canciller Fernando Araújo, quien también se les escapó a sus captores a finales del año pasado.

En medio de los exámanes a los que fue sometido, Pinchao alcanzó a contar a sus familiares que por lo general se movilizaba en pequeños grupos que conformaban unos 28 hombres, y que permaneció dos años al lado de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, quien se estaba recuperando de una hepatitis que sufrió durante su cautiverio. Además confirmó que su fórmula vicepresidencial, Clara Rojas, tiene un bebé "grande y sano" que se llama Emanuel. También ratificó la muerte del mayor Julián Ernesto Guevara, hace un año. Su cuerpo aún no ha sido devuelto a su familia.

En una presentación ante la prensa la noche del miércoles, les envió un saludo a quienes permanecen en cautiverio. “Espero que regresen pronto por uno u otro medio. Han quedado allá, pero sé que algún día verán la luz de la libertad. Dios los proteja y que ojalá por mi culpa no estén pasando dificultades”.

Pinchao estuvo acompañado ante los periodistas por el nuevo director de la Policía, general Óscar Naranjo. Minutos antes, el uniformado explicó detalladamente al presidente Álvaro Uribe los pormenores de su odisea en la selva y de cómo preparó su plan hacia la libertad.

Inicio del cautiverio

La historia de su encierro se inició cuando las Farc se tomaron el municipio de Mitú hace ocho años. Se llevaron a varios policías, entre ellos el coronel Luis Mendieta (el oficial de más alto rango secuestrado) el mayor Enrique Murillo, el teniente Javier Rodríguez, el sargento César Lasso, el intendente Luis Peña y el mayor Julián Ernesto Guevara, quien falleció hace un año en poder de las Farc, cuyo cuerpo no han querido devolver los subversivos y cuya muerte confirmó Pinchao.

En la toma a Mitú, hubo lluvia de cilindros cargados de explosivos, gasolina y pegantes inflamables que acabaron con la vida de 43 uniformados. Otros 61 fueron secuestrados y de ese grupo quedaron libres más tarde 54 uniformados. Pero siguieron en cautiverio siete, entre los cuales estaba el subintendente Pinchao.

En el momento de su secuestro, el primero de noviembre de 1998, John Frank tenía 24 años. El joven, único varón de su familia, no alcanzó a ver el nacimiento de su hijo John Alejandro, que hoy ya tiene 8 años.

Su sueño de graduarse como contador público quedó pendiente. Sus hermanas, en cambio, han logrado convertirse en profesionales. En particular, Jenny, la menor, que estudia odontología gracias al salario que la Policía les gira cada mes, en reconocimiento a John, y gracias al cual resuelven sus principales problemas.

Durante este largo cautiverio, murieron sus tíos Francisco e Higinio, y nació su sobrina. En su casa nadie duda que John se sentiría orgulloso si viera a Rosa, su mamá, participando activamente en la búsqueda del acuerdo humanitario, en ocasiones acampando en sitios públicos.

En la noche de este miércoles, a la salida del Hospital de la Policía el desfile de familiares de secuestrados que estuvieron en cautiverio con él era interminable. En compañía de Marleny Orjuela la representante de Asfamipaz, madres, viudas e hijos esperaron ansiosos las noticias de sus seres queridos. La información que traiga el intendente Pinchao será clave para la búsqueda otras personas que se encuentran en cautiverio.

Ahora, Pinchao deberá permanecer por tres días más en la clínica, mientras se recupera de su desnutrición y se hacen trabajos sicológicos y alimentarios. Fuera de eso, padece de lesiones en la piel en varias partes del cuerpo.