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El intercambio comercial en la frontera se mantiene estable, pero entre comerciantes hay incertidumbre por las consecuencias del enfrentamiento entre Uribe y Chávez. Foto: Juan Carlos Sierra

ECONOMÍA

En lo económico, una ruptura de relaciones sería una catástrofe para ambos países

Los analistas de lado y lado de la frontera coinciden en pronosticar un oscuro panorama para Colombia y Venezuela en caso de que el desacuerdo entre los presidentes llegue a ese extremo. Económicamente, ¿Qué está en juego en esta crisis?

César Paredes
26 de noviembre de 2007

Las incendiarias declaraciones de Hugo Chávez y Álvaro Uribe despiertan graves preocupaciones en el futuro de las relaciones comerciales entre los dos países. Aunque la fisura, en principio, tiene una connotación política, no deja de preocupar lo que puede ocurrir en términos económicos. Los representantes de este sector de Venezuela y Colombia llamaron a la mesura y enfatizaron en que la salida de Chávez de la mediación del intercambio humanitario y su inesperado desenlace no tenía por qué afectar las relaciones en este aspecto.

Sin embargo, en las recientes declaraciones a los medios, Chávez anunció el “congelamiento” de las relaciones con Colombia y que no volverá a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que es interpretado como una de las primeras consecuencias de las desavenencias entre los dos mandatarios. Esa “congelación” todavía no tiene definidos los términos, como primera medida puede referirse a un llamado a los embajadores de ambos países a rendir cuentas y el retiro del Embajador de Venezuela en Colombia.

Aunque todavía ese congelamiento no ha trascendido a la esfera comercial, no deja de preocupar lo que pueda ocurrir en esa materia. Las reacciones por parte y parte podrían revertir en una consecuente cascada de decisiones que enfrentarían a los dos países llevándolos al terreno más sensible: el económico. El siguiente paso de agudización de la crisis sería el rompimiento de los acuerdos comerciales. Para Alfredo Yánez Carvajal, analista y ex director del Banco de Colombia de la zona de Norte de Santander, las “consecuencias serían gravísimas y los primeros afectados serían los exportadores.
Lo primero que podría ocurrir es un congelamiento de los pagos de mercancías que ya están en territorio venezolano, luego la interrupción de las exportaciones en curso y a futuro, con la no emisión de dólares Cadivi, cuyo precio es fijado por el Estado venezolano”.

Para algunos analistas la crisis tiene un trasfondo electorero, las salidas de Chávez buscan cohesionar a sus simpatizantes en los comicios del próximo domingo donde se votará el referendo que busca una reforma constitucional, cuyo principal cambio sería la posibilidad de una reelección indefinida. Para otros puede ser el vaticinio de una crisis que puede repercutir de manera grave en la economía nacional si se tiene en cuenta que lo que está en juego es una cuantiosa cifra de dólares en negocios internacionales.

Venezuela es el segundo socio comercial de Colombia después de Estados Unidos y el más importante en materia comercial de las fronteras colombianas. Basta con echarle un vistazo a las cifras de las exportaciones: hacia Estados Unidos se registraron 6.258 millones de dólares entre enero y agosto de este año, luego sigue Venezuela con 2.757 y en tercer lugar a Ecuador con 823 ( según datos del Dane).

La demanda de productos colombianos en Venezuela ha venido de menos a más. Mientras que el año pasado las exportaciones a Venezuela representaron el 9.87%, entre enero y agosto, este año representaron el 15% en el mismo período. Para finales de este año se estima, según la Cámara de Comercio Colombo Venezolana que las exportaciones llegarán a 4.399 millones de dólares, equivalentes a un aumento del 62.9% comparado con el 2006.

Las exportaciones de mayor importancia fueron los vehículos y sus partes así como animales vivos. También ha entrado a jugar un papel importante algunos productos de la canasta básica como huevos, pollo, lácteos y carne, debido principalmente a dos razones: el desabastecimiento originado por la fijación de precios en el vecino país y el aumento en el precio del barril del petróleo. Todo esto convierte a los venezolanos en los primeros importadores per cápita de la región, principal factor de dinamismo del crecimiento en el total de las exportaciones colombianas durante el último año.

Por esta razón los temores no son infundados, aunque el comercio formal se encuentra amparado por acuerdos, que en caso de incumplimiento podrían tener graves sanciones económicas. Para Luis Carlos Gaitán, presidente de Fenalco seccional Norte de Santander “una ruptura de las relaciones comerciales es improbable que se de, porque Venezuela no resistiría un desabastecimiento prolongado de los productos colombianos. Eso sería una autoflagelación”.

Por lo pronto, en la frontera esta crisis podría repercutir en un cierre de los puentes internacionales, situación que ya se ha vivido en los últimos días por causa de los peajes. En ese caso los afectados serían los que viven del comercio informal en la región, que ya empezaron a manifestar el temor por la situación. Lo primero que se presentaría en caso de un cierre de frontera sería una dificultad en el abastecimiento de Arauca para lo cual se usan vías venezolanas. El transporte de carbón se vería impedido ya que tradicionalmente se usa las vías del vecino país sin tener un acuerdo binacional formal que proteja el uso de esas vías. Pero quienes principalmente se verían afectados como ya ha ocurrido son quienes viven del intercambio de mercancías y gasolina de un lado a otro de la frontera. “Se restringirían las ventajas para los comerciantes de la comunidad fronteriza, de ambos países, lo que generaría incertidumbres y sobre costos. Pero a eso ya estamos acostumbrados por lo ocurrido recientemente” explicó Gaitán.