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En la mira de Europa

Durante un día Berlín fue el escenario para que importantes miembros del sector político y académico del Viejo Continente debatieran sobre el presente y futuro de Colombia. SEMANA estuvo presente y estas son las conclusiones.

Rodrigo París Rojas*
8 de julio de 2002

Son las 9:00 de la mañana en pleno centro de Berlín. El día amaneció gris pero no así los rostros de cada uno de los asistentes que iban subiendo poco a poco hacia el piso 19 del edificio de la casa editorial Axel-Springer. Uno de ellos, de contextura gorda, bajo la experiencia de los años que se puede ver en su cabeza llena de canas, con una pipa recostada a uno de los lados de la boca y un maletín de cuero viejo pero diseñado para soportar las inclemencias del clima europeo, se sienta en la última fila y comenta en voz baja: "Soy alemán, trabajé en Colombia, en un proyecto en la región del Cauca y la guerrilla me tuvo secuestrado tres meses. Ahora siento a ese país en mi corazón; logré ir nuevamente hace un par de meses y vi una situación bastante difícil y compleja; desde aquí estoy tratando de ayudar a los alcaldes amenazados en Colombia para que sientan la solidaridad de la comunidad internacional, pero realmente no sé hacia dónde va ese bello país."

Y fue por ese motivo que este alemán se encontraba en el piso 19 de aquel edificio en Berlín. Junto a él, muchos otros europeos y colombianos querían escuchar de la voz de expertos académicos en el tema de Colombia y políticos de Europa con incidencia en el país, las fórmulas, diagnósticos o ideas que aclaren un poco el panorama de un conflicto y una sociedad compleja y con bastantes dificultades.

Los conferencistas eran una cuidadosa selección de personas que por sus conocimientos, o cargos desde Europa y teniendo como referente a Colombia parecían ser los indicados para dar respuesta a múltiples interrogantes. Entre todos se destacaban: Daniel Pecaut, director de estudios de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París; Malcolm Deas, director del Centro Latinoamericano de la Universidad de Oxford; Matthias Herdegen, vicerrector de la Universidad de Bonn; Astrid Schomaker, directora de las Relaciones con la Región Andina de la Comisión Europea; Paul Collier, director de proyectos para el desarrollo del Banco Mundial; Georg Boomgaarden, director de Latinoamérica en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania, y Liduine Zumpolle, directora de Latinoamérica de la fundación holandesa Pax Christi

Pero, ¿qué se dijo , a que se llegó en conclusión, cómo es la mirada que existe en estos momentos en Europa después de lo ocurrido positiva y negativamente en Colombia durante los últimos años, qué fórmulas aparecen para la lucha contra el narcotráfico, cómo se percibe a la guerrilla ? Estas son las conclusiones:

Una guerrilla sin poder político

En el tema de guerrilla, la precaria unidad simbólica de la nación, la ausencia de una movilización política por parte de los colombianos, la pobre presencia del Estrado en el control territorial y la tardía modernización cultural fueron algunas de las causas que sirvieron como caldo de cultivo a las ideas y movimientos subversivos en Colombia, según lo expresó Daniel Pecaut.

El destacado sociólogo francés, en un breve recorrido histórico sobre Colombia, aclaró que "el país no ha vivido en una guerra permanente en los últimos 40 años como se dice y se cree"; por el contrario, dijo, "la guerrilla en los años 60 era un puñado de revolucionarios que no alcanzaban la cifra de 1.000 hombres. El problema fue que se legitimó el uso de la violencia como expresión política con el paso de los años, y el narcotráfico con su aparición a principios de los 80 fue el detonador que facilitó el crecimiento de un conflicto que sólo hasta ese instante empezó a obstruir el funcionamiento del régimen".

Además, Pecaut explicó que la guerrilla en la actualidad sufre de una incapacidad política inversamente proporcional a su crecimiento y poderío militar visto en el transcurso de los últimos 15 años.

Reafirmando las tesis de Pecaut, Malcom Deas fue enfático al señalar que "las FARC en ningún caso son demócratas y no tienen doctrina democrática por lo que Colombia puede defenderse por sí misma con el simple ejercicio de la ley. De todas maneras, en caso de negociaciones futuras no me atrevo a decir cuánto tiempo pueda pasar, pero deberán nuevamente darse concesiones, y eso sí, límites de tiempo claros".

Por su parte el vicerrector de la Universidad de Bonn, Matthias Herdegen, fue tajante al referirse a la guerrilla después de la ruptura del proceso de paz: "Se está evaporando cierto romanticismo que existía en algunos países europeos frente a la guerrilla colombiana; a nivel internacional, la guerrilla y demás fuerzas extraconstitucionales se han autoderrotado".

¿Democracia participativa?

Uno de los colombianistas más respetados del mundo académico, el historiador británico Malcolm Deas, dijo en tono de franqueza: "Colombia sí es una democracia, pero no es perfecta. Los colombianos deben valorar lo que tienen porque ese país ofrece apertura a los medios de comunicación, existe el control político en un sistema presidencial, las elecciones populares y periódicas se llevan a cabo en medio de la difícil situación, y eso debe valorarse y tenerse en cruenta".

El académico británico también subrayó que no está muy a favor de la Constitución de 1991 porque se estableció una democracia participativa sin estar seguros de lo que eso significaba: "La democracia es importante por su representatividad y no por su participación como se suele ver en Colombia. Ningún gobierno en el mundo gobierna con todo el mundo participando; es un error que todo el mundo en Colombia cree que o todos en la cama o si no eso no es democracia".

Por su parte, el director para América Latina del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania, Georg Boomgaarden, felicitó a Colombia por los esfuerzos que se han realizado para defender los principios democráticos en un clima hostil y difícil. El funcionario del gobierno alemán se mostró consciente de la necesidad que existe para que Alemania y Europa apoyen la defensa de los derechos humanos y de las instituciones democráticas colombianas.

Varios de los panelistas hicieron un llamado de atención y ejemplo a lo que ocurre en Bogotá. Según ellos, los éxitos de Colombia radican en una mayor responsabilidad para elegir a los gobernantes, en un debate político animado y en una influencia del ciudadano en varios asuntos públicosy el país debería estar orgulloso y tomar ejemplo de ello.

Corresponsabilidad en el narcotráfico

Según lo expresado por varios de los panelistas, las soluciones a los problemas de Colombia deben partir esencialmente de sus recursos y de sus ciudadanos. Aunque la cooperación internacional es fundamental, Colombia no puede estar solamente a la espera de que la ayuden. Ahora bien, esa ayuda se piensa siempre en términos económicos, pero es mucho más importante que se comprendan las complejidades de Colombia por parte de la comunidad internacional como hasta ahora se está logrando.

Malcolm Deas refiriéndose al tema expresó: "Enfrentar el problema de las drogas debe tener corresponsabilidad porque existen hipocresías y evasivas, y la legalización es una solución frívola en que muchas veces se escudan la sociedad y los gobiernos para decir que no se puede hacer nada mientras el mercado de las drogas sea ilegal".

En un sentido mucho más económico, el director de proyectos para el desarrollo del Banco Mundial, Paul Collier, subrayó que "Colombia, a pesar de los esfuerzos que hace, no podrá enfrentar y solucionar de manera independiente y aislada el problema de las drogas". Este experto, que ha realizado trabajos en conflictos como los de Sierra Leona y Angola, es optimista cuando dice: "Con guerras civiles y una situación de violencia sin precedentes, estos países lograron negociaciones fructíferas. Colombia tiene aún más capacidades de hacerlo, pero un papel fundamental en ese logro lo tiene la comunidad internacional, que al menos debe reconocer su papel y dejar de ser parte del problema para ser parte de la solución".

La Unión Europea entiende más sobre Colombia

Esta potencia política, económica y regional del mundo fue protagonista en el foro sobre Colombia. La directora de Relaciones Externas de la Comisión Europea y encargada de los vínculos con la Región Andina, Astrid Schomaker, hizo una valoración positiva de los esfuerzos que en Colombia se han realizado en la lucha contra el narcotráfico y la subversión al manifestar: "Colombia necesita de una nueva oportunidad para la paz, y ésta existe con el nuevo gobierno, por lo que el reto de la Unión Europea es dirigir su atención sobre ese país".

Ahora la situación se entiende mucho mejor en el Viejo Continente y Europa está a la espera de propuestas en cooperación por parte del gobierno que llegará a la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto.

Sin embargo una de las más fuertes críticas a la Unión Europea salió de las palabras de la directora para Latinoamérica de la Fundación Pax Christi, Liduine Zumpolle. "Los europeos somos parte del problema en Colombia y hemos estado contribuyendo a la industria del secuestro. Para ser parte de la solución, Europa no debe seguir pagando rescates a los secuestrados de sus países, pues actualmente la insurgencia colombiana no depende ya del apoyo popular, sino de los secuestros y la producción de droga".

¿ y los medios de comunicación europeos ?

Aunque en el foro los periodistas no eran los protagonistas de primera línea, sí había un auspicio al encuentro por parte del diario alemán Die Welt, y en su representación estuvo como moderadora una de las más reconocidas periodistas de ese diario y de Alemania, Hildegard Stausberg, quien dijo a SEMANA: "La prensa europea ha coqueteado en el pasado con la guerrilla por ignorancia, por creerlos Robin Hood, pero una vez en medio del conflicto y viendo el secuestro de ciudadanos europeos y alemanes, por fin tocamos la realidad de Colombia".

En opinión de la periodista alemana, la prensa europea debe tomar más contacto con el conflicto colombiano. Y ella no deja de ser clara al reconocer que "la iniciativa de paz del gobierno actual sirvió porque fue una iniciativa que tarde o temprano va a continuar, pero aún más, porque la guerrilla fue desmitificada, se le quitó ese velo que los hacía ver como una causa perdida para saber que son terroristas con fines brutales".

Al concluir, lo importante de este foro que llevó como título: "Kolumbien: Eine nation auf der Suche nach ihrer Zukunft", es decir "Colombia, una nación en busca de su futuro", fue que presentó en una radiografía la situación del país con todos sus pros y contras y dejó ver con suma claridad la apertura que se ha dado en Europa frente a temas como la guerrilla, el narcotráfico y la democracia colombiana.

Aquel alemán de contextura gorda y con su viejo maletín de cuero, llamado Ulrich Künzel, que estuvo secuestrado en Colombia y que asistió al foro, al término de este, dijo a SEMANA: "Colombia está en búsqueda de su futuro y hoy se ha dado un paso inmenso en Berlín para encontrar el camino"; o bien, como hizo referencia en su presentación el vicerrector de la Universidad de Bonn, Matthias Herdegen al decir: "Hace algunas décadas, el alcalde Reuter de la ciudad de Berlín expresó en un famoso discurso: 'Mirad a esta ciudad dividida, rodeada y asaltada pero viva y llena de voluntad por sobrevivir", Así está Colombia, y en Europa se dieron cuenta de eso.

*Enviado Especial - Berlín