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Según el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, las carreras militares del mayor Javier Efrén Hermida Benavides y del capitán Luis Eduardo Barrero, quedaron arruinadas tras la citación al debate porque perdieron el anonimato necesario para su trabajo.

SEGURIDAD

Enérgica defensa de Mindefensa a militares sindicados de ‘montajes’

Según Juan Manuel Santos, el debate sobre el tema se reduce a un ‘montaje sobre los montajes’ que pretende enlodar al Ejército. Fiscalía no permitirá que ‘Jéssica’ declare ante el Congreso.

Élber Gutiérrez Roa
11 de octubre de 2006

La frase del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, dejó perplejo al auditorio. Su tono indignado le puso un ingrediente de suspenso al discurso de este miércoles en la comisión segunda del Senado, a la que fue citado para explicar las supuestas contradicciones del gobierno en el caso de los ‘montajes’ militares. “Alberto Lleras y Luis Carlos Galán deben estar diciendo desde su tumba: ¡Qué vergüenza de debates los que hace mi partido!”.

El regaño tenía como destinatario a Juan Manuel Galán, el novato senador liberal -hijo del inmolado ex candidato presidencial aludido por Santos - quien lo obligó a asistir al Congreso para fustigarlo con un cuestionario cuya intención era demostrar que el gobierno se equivocó en el manejo del escándalo denunciado por SEMANA y que los militares se inventaron por lo menos cinco atentados terroristas para ganar positivos en vísperas de la segunda posesión presidencial de Álvaro Uribe.

La molestia de Santos salió a relucir desde su primera frase, llena de pullas a los citantes Galán y Cecilia López, a quienes en repetidas oportunidades descalificó acusándolos de estar mal informados, de no preparar adecuadamente el debate, de hacerle el juego a los enemigos de la política de Seguridad Democrática, de arruinar la carrera de los dos oficiales implicados en el escándalo y hasta de promover “una pantomima con claras intenciones políticas”.

Frente al ministro, los senadores de la bancada uribista estudiaban con afán la forma de excusarse con él por haber respaldado la proposición que lo citaba al debate. Detrás de ellos un montón de asesores se robaba buena parte del oxígeno en el poco ventilado recinto, que con el paso del tiempo parecía cada vez más pequeño para la gente convocada. Y semi escondidos en un rincón, con el anonimato que produce el estar detrás de las cámaras de televisión, aparecían los dos oficiales involucrados en el escándalo.

Los uniformados se limitaron a escuchar, sin voz ni presencia, pese a que todos los asistentes hacían alusiones a su comportamiento en el Ejército. El mayor Javier Efrén Hermida Benavidez parecía más nervioso. Cruzaba con fuerza sus manos a cada frase de respaldo del ministro Santos o ante las pullas del liberalismo a las Fuerzas Armadas. Padre de dos hijos, miembro del Ejército desde hace más de 15 años y con 35 condecoraciones y felicitaciones en su hoja de vida, parecía estar ante el mayor susto de su vida.

El capitán Luis Eduardo Barrero, también felicitado por innumerables servicios al país y perteneciente a la Regional de Inteligencia Militar del Ejército (Rime), lucía más tranquilo, pero igualmente silencioso. El único momento en que movió su cabeza para respaldar una afirmación fue cuando el ministro Santos recordó que tanto su carrera como la del mayor Hermida habían llegado a su fin al perder el indispensable anonimato de todo agente de inteligencia.

Según los congresistas citantes, éstos dos uniformados deberían explicar por qué sus nombres aparecen en las investigaciones de prensa sobre los ‘montajes’, junto al de la ex guerrillera Lidia Alape, alias ‘Jessica’.

Una de las hipótesis que estudia la Fiscalía pretende establecer si los militares abusaron de sus facultades de pagar recompensas, hacer operaciones secretas e interceptar teléfonos en confabulación con miembros de la guerrilla. Como el Fiscal Mario Iguarán reiteró que hasta el momento no hay mérito para acusarlos, el ministro Santos aprovechó para sacarse otro clavo: “Un artículo de un periodista irresponsable, ese es el único argumento que tienen para citar a los militares a esta comisión”.

‘Jéssica’ no asistió a la sesión porque sabe que todo lo que diga ante el Congreso puede ser usado en su contra en el proceso que la Fiscalía le abrió por los ‘montajes’. Así lo hizo saber mediante un comunicado leído por su abogado. A esta decisión personal se sumó la advertencia del Fiscal Iguarán, quien dijo que se opondrá a que ella declare ante el Congreso porque la publicidad de su testimonio puede entorpecer la investigación.

Pero Galán parecía poco convencido por estos argumentos y dijo que le pedirá a la Corte Constitucional una sanción contra la guerrillera por desacato a una citación del Congreso. La senadora López intentó insistir en que Jessica asistiera y en que los dos oficiales implicados hablaran ante el Congreso, situación que provocó un nuevo regaño por parte de Santos: “¿Es que usted no entiende?, el fiscal le acaba de explicar que ellos no pueden hablar porque hacen parte de una investigación. ¡Por favor!”.

La sesión concluyó con un sinsabor en el auditorio ante la ausencia de una de las principales protagonista del escándalo, el silencio de los militares implicados y la frágil sustentación de los citantes. El ministro Santos salió con cara de victoria y los congresistas Galán y López dijeron que le harán seguimiento al tema. Unos y otros pidieron a la Fiscalía que acelere su trabajo investigativo y se mostraron confiados en que el tiempo les dará la razón.