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Luis Eladio Pérez, recién liberado por las Farc.

Testimonio

“Íngrid me dijo: cada minuto de libertad, gózalo, gózalo, Lucho”

Dramático testimonio de Luis Eladio Pérez en el que revela la gravedad de la salud de Íngrid.

28 de febrero de 2008

Matizando recuerdos tristes con momentos de angustia; escenas dolorosas con destellos de alegría y manteniendo siempre de telón de fondo a Ingrid y sus demás compañeros de cautiverio, Luis Eladio Pérez, el ex congresista de Nariño que volvió a la libertad tras seis años de secuestro, abrió su corazón en un diálogo exclusivo en la mañana de este jueves con Caracol Radio en el que lloró, evocó y oró por todos los que quedaron en la selva. Semana.com reproduce algunos fragmentos de su dramático testimonio.
 
“No hay que seguir ocultando una realidad que el mundo tiene que conocer: allá el trato era absolutamente inhumano y sigue siendo inhumano. Yo pensé que cuando las pruebas de supervivencia con la imagen de Ingrid y la carta que le envió a Yolanda (Pulecio, su madre) y que conmocionó en general al mundo, las Farc iban a tomar una actitud diferente.

“A Ingrid y a mí nos habían separado desde junio del año pasado y sólo la pude ver tangencialmente en los primeros días de enero, que coincidimos en una marcha en grupos separados pero que al llegar a acampar o utilizar un mismo caño para bañarnos, la pudimos ver de lejos.
 
"El 4 de febrero, el día que me sacaban para empezar la caminata hacia la libertad, ella se voló, yo me volé. Nos encontramos por un par de minutos y, ¡caramba!, realmente estaba muy deteriorada física y moralmente. Tenemos que hacer un inmenso esfuerzo para lograr la liberación de ella y en general de los tres norteamericanos y de todos los policías y los oficiales.

“Esto no tiene sentido, esto no puede seguir permaneciendo impávido en el tiempo. El problema es correr contra el tiempo, contra la muerte. Ése es el clamor que quiero hacer.

“Yo no sé cómo ayudar, no sé si sean imprudentes estas manifestaciones, pero la verdad es que tengo esa imagen de Ingrid el 4 de febrero que me parte el alma. Haberla dejado a ella en la selva en esas condiciones, y sobre todo sin que la guerrilla haya tenido algún cambio significativo en la mejora de sus condiciones de vivencia, me atormenta tremendamente.

“Dios quiera que el secretariado de las farc entienda que es inhumano el estado en que tienen, especialmente a Ingrid. Ella tiene que tener unas condiciones diferentes, por lo menos mientras logramos con todos, con Francia, con la comunidad internacional y, por supuesto, con toda la sociedad colombiana, la liberación de ella y todos los demás compañeros que quedaron en la selva.

“Me entregó unas cositas que le tengo con muchísimo cariño para Yolanda (la madre), Astrid (la hermana), Melani (la hija) y Lorenzo (el hijo). Se quitó el cinturón que ella había hecho con mucho esfuerzo tejiéndolo para que se lo entregara a Melani, la hija, y me decía con una emoción muy grande que ya le habían dado vitaminas y calcio y que estaba tratando de recuperarse un poco.

“Esa fue la última expresión y me gritaba “goza cada minuto de libertad, gózalo, gózalo, Lucho”, me decía, y tengo esas imágenes en la memoria que, caramba, no he podido superar”.