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El embajador Pavel Rondón estuvo presente en una reunión en Armenia en la que se lanzaron arengas en contra del presidente Uribe y a favor del Polo Democrático. Todo esto fue visto por los analistas como una intromisión en la política interna de Colombia.

RELACIONES INTERNACIONALES

Inquietud por aparente influencia del chavismo en la política colombiana

La presencia del embajador de Venezuela en un acto en el que se lanzaron arengas en contra del presidente Uribe y se habló de la situación del Partido Liberal, son una muestra más de la injerencia venezolana en la política interna de Colombia. ¿Qué tanta es?

5 de marzo de 2007

Comienza un nuevo ‘round’ en las relaciones de Colombia y Venezuela. Las imágenes del embajador de ese país, Pavel Rondón, en una reunión en Armenia encendieron la mecha de la nueva conflagración. En éstas se lanzan arengas contra el presidente Álvaro Uribe, se gritan vivas al Polo Democrático Altenativo (PDA) y a Hugo Chávez. Más allá de la gravedad del registro fílmico, quien según varios analistas intervino en la política interna del país, abre el debate sobre la aparente cada vez mayor influencia del chavismo en la política interna.

La asistencia del embajador al Comité de Solidaridad y Amistad con Venezuela, que se llevó a cabo el 3 de febrero, terminó convertido en un mitin político, según el video revelado por Noticias RCN. En el acto, un asistente se levantó a dar vivas a Venezuela: “Viva el comandante Chávez, viva el Polo Democrático Alternativo, abajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez “.

El mismo video muestra al embajador hablando de la situación del Partido Liberal: “dijimos mira, yo quiero que me digas qué va a pasar dentro de un año con el Partido Liberal que puede desaparecer. Porque estábamos analizando, eso no nos lo dijo Fidel... el Partido Liberal de Colombia, lo dijimos en aquel momento... claro, eso fue internamente en la Embajada y le vamos a haber un seguimiento”.

Como era de esperarse, las declaraciones llegaron de todas partes. César Gaviria, del Partido Liberal, emitió un comunicado en el que manifiesta su “malestar por las declaraciones del embajador” y por “las expresiones que en ese acto se emitieron en contra del gobierno de Colombia”.

Por su parte, el senador Jorge Enrique Robledo, vocero del PDA señaló que “las relaciones entre Colombia y Venezuela hay que cuidarlas como la niña de los ojos” y que basados en “el respeto, la honra y la no injerencia en los asuntos internos, el Polo llama a los gobiernos de los dos países a ser sensatos y serenos”.

Más allá del escándalo momentáneo y de las reacciones, todo esto acentuó la sensación, que ya estaba latente en muchos sectores nacionales, de que el chavismo está avanzando en el país. Incluso el Canciller Fernando Araújo afirmó que lo de Armenia ya “lo conocía el gobierno”, y que esta no ha sido la única muestra de chavismo en suelo nacional que están investigando.

Según el Canciller, una de las candidatas a la alcaldía de la isla de Providencia, aparentemente estaba siendo apoyada “mediante acciones o actividades sociales del Gobierno venezolano”. Araújo también se refirió a Arauca, donde hay “la posible participación de funcionarios venezolanos que estaban citando en Venezuela a colombianos con doble nacionalidad -venezolana y Colombiana-, para recibir instrucción sobre sus posibles actuaciones políticas en las próximas elecciones regionales”.

Por eso, el Canciller aseguró que citará al embajador Pavel Rondón a una reunión para que él dé las explicaciones necesarias sobre estos temas.

Además de los eventos citados por el Canciller hay otros. A principios de este año se conocieron imágenes del ex alcalde de Barranquilla Bernardo Hoyos, quien hacía proclamas políticas desde el balcón de su casa, en donde está preso, durante una reunión en la que estaban presentes varios dirigentes venezolanos que gritaban proclamas al chavismo y se expresaban en contra del presidente Uribe. Todos los presentes lucían camisetas y boina rojas, símbolo del chavismo.

Además, hay otras relaciones de aquí va para allá. Entre ellos están, por ejemplo, los de la senadora liberal Piedad Córdoba a Venezuela durante la última campaña presidencial en ese país. La cercanía de la senadora y Chávez han sido aceptadas por ella misma. En el periódico el Espectador, señaló que “haber sido partícipe de la reelección de Hugo Chávez Frías como presidente de Venezuela se constituyó en un importante referente dentro de mi carrera política”.

Del otro lado, las insinuaciones de Chávez sobre las conspiraciones para asesinarlo, orquestadas por Estados Unidos y con ayuda de la inteligencia colombiana, no acaban. El fin de semana, el presidente venezolano volvió a tocar el tema, a lo que el canciller Araújo respondió que “nosotros nunca estaremos involucrados en este tipo de atentados, contra nadie, en ninguna parte del mundo, mucho menos contra un hermano venezolano, y mucho menos contra el Presidente de Venezuela, el amigo Hugo Chávez”.

Y es que Venezuela se ha convertido en un vecino incómodo, pues finalmente el presidente Chávez es la cabeza visible de la izquierda en el continente, y Uribe en Colombia es el que lidera la derecha. Son antagónicos aunque ambos manifiestan el respeto por el otro. Sin embargo, cualquier tipo de oposición y el inevitable apoyo en Colombia a Venezuela es visto inmediatamente como cercanía con el gobierno Chávez.

Sin embargo, es claro que las cosas con Venezuela siempre habrá que manejarlas con guantes de seda, no solo por la actual situación política de los dos países, sino porque desde siempre, los vecinos, en especial Venezuela han significado un apoyo importante para Colombia. Ahora solo cabe la pregunta de lo que ocurrirá a nivel de la diplomacia. ¿Qué pasará con el embajador? ¿Se subirá el tono de las declaraciones en los dos países o las cosas se manejarán con discreción? Este ‘round’ apenas comienza.