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Justicia para un apóstol

Con una multitudinaria eucaristía se celebró en Cali el primer aniversario de la muerte de monseñor Isaías Duarte Cancino el pasado 16 de marzo. SEMANA conoció apartes de la investigación que adelanta la Fiscalía sobre este caso.

24 de marzo de 2003

Bajo un sol canicular miles de fieles católicos se agolparon en la catedral de San Pedro para rendirle un homenaje a quien en vida reconocieron como "Apóstol de la paz". En primera fila los familiares de monseñor y las autoridades caleñas rendían tributo, entre la multitud un grupo de jóvenes, en camiseta con letreros de No Más, recordaba las fuertes disputas que desde el púlpito dio Isaías Duarte Cancino en contra de los secuestros masivos de la María y el Kilómetro 18. "Isaías: nos duele tu ausencia. Repudiamos tu muerte y reafirmamos tu enseñanza", fue la consigna que más se escuchó durante toda la ceremonia.

"Asesinatos como el de monseñor Isaías y como los que ocurren cada fin de semana en esta ciudad, son una mancha ignominiosa que nos avergüenza ante los ojos del mundo. No hay testimonio de amor más grande que el de quien da la vida por sus amigos. Por eso este aniversario de su muerte es también un día de gloria y de acción de gracias", manifestó conmovido monseñor Juan Francisco Sarasti, arzobispo de Cali, en una emotiva homilía que fue acompañada por miles de aplausos de la multitud. Al final de la ceremonia se alcanzaron a escuchar algunos coros aislados pidiendo "justicia sí, impunidad no" para este asesinato.

Versiones encontradas

Días antes de su muerte Duarte Cancino en conjunto con todos los obispos del Valle publicaron un comunicado en el que hacían referencia a la financiación de varias campañas para el Congreso en el Valle con dineros provenientes del narcotráfico. Ante el revuelo que armaron los medios de comunicación monseñor asumió la responsabilidad y quedó ante la opinión pública como el denunciante de esta nueva infiltración de dineros narcos en la política. Pero el caso adquirió ribetes de escándalo cuando el presidente Pastrana lo presionó, por televisión, para que dijera quiénes eran los candidatos de los narcos, además lo acusó de tirar la piedra y esconder la mano. Por el escándalo la Fiscalía lo citó a declarar el 19 de marzo. Como hasta ese momento monseñor no tenía ningún dato concreto se dedicó durante una frenética semana a averiguar con amigos suyos, personas con conocimientos de las actividades de los narcos, sobre qué políticos podrían haber sido financiados por ellos. Esto prendió las alarmas de los narcofinanciadores quienes creyeron que monseñor los iba a acusar públicamente.

La última parte de esta versión indica que monseñor escribió una carta, con la que supuestamente denunciaría a los narcofinanciadores y sus políticos títeres, pero después de su muerte se pudo conocer que hablaba sobre un fuero eclesiástico que lo amparaba y por el cual no tenía la obligación de dar detalles como lo exigía el presidente. Esta fue la primera versión sobre quiénes podían estar interesados en asesinar a monseñor y los caleños la creyeron, demostrándolo con la fuerte rechifla de que fue objeto Pastrana el día de las exequias.

Por su parte la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía adelantó durante este año una investigación que ya se encuentra en el Juzgado Primero Especializado de Cali en la etapa preliminar para ser fallada. Los resultados de la investigación arrojan otras luces sobre los motivos y los autores del asesinato de monseñor.

En primer lugar el ente investigador determinó como autores materiales a los señores Alexander de Jesús Zapata, alias el "Cortico" y Carlos Augusto Ramírez, alias "Calvo", quienes le propinaron a monseñor cuatro disparos, tres de ellos en la cabeza y uno en la mano derecha produciéndole la muerte. Con el testimonio de varios testigos presenciales, múltiples allanamientos en el Distrito de Aguablanca y la interceptación de líneas telefónicas, se pudo establecer sin lugar a dudas la participación de estos dos hombres, pertenecientes a una banda de sicarios conocida como "La Torre", en el asesinato por el cual cobraron 240 millones de pesos. Los miembros de la banda de sicarios fueron eliminados uno a uno durante este año. El 30 de mayo fue asesinado en la cárcel Carlos Augusto Ramírez por lo cual precluyó el caso en su contra. En octubre fueron asesinados Luis Muñoz, alias "Millón" y John Jairo Maturana, quien tuvo alguna popularidad como actor principal del comercial de Marimba a la lata.

Para dar con los autores intelectuales fue muy importante el testimonio del conductor de monseñor quien declaró: "El hacia días me había dicho que tuviera mucho cuidado porque lo querían secuestrar, que era Pablo Catatumbo, que aunque él le había ayudado para que le soltaran una hermana ya lo quería volver a secuestrar". Esto enrutó la investigación hacía la búsqueda de un posible contacto entre la banda de sicarios y la guerrilla de las Farc. Para lograrlo los investigadores entrevistaron a varios guerrilleros capturados y consiguieron el testimonio de Jorge Eliécer Romero, un guerrillero del sexto frente que fue solicitado en el intercambio humanitario y capturado de nuevo por el Ejército, quien manifestó al respecto: "Lo que conozco sobre esta situación es que cuando estábamos en el Caguán se manejaba el concepto de que monseñor y Alvaro Uribe iban en contra del proceso de paz, entonces por eso se atentaría contra sus vidas, eso lo manejaba directamente el Mono Jojoy". En el mismo testimonio se vinculó al señor Jhon Freddy Jiménez, alias "Basilio" como el encargado por parte del Bloque Móvil Arturo Ruiz de contratar a los sicarios para el asesinato y evitar que si había capturas recayera la responsabilidad sobre las Farc.

Gracias a la investigación de la Fiscalía se pudo vincular al secretariado de las Farc en pleno y dictar resolución de acusación por homicidio en su contra. También fueron vinculados Pablo Catatumbo, cabecilla del Bloque Móvil Arturo Ruiz, Jhon Freddy Jiménez y Alexander Zapata, todos como coautores del asesinato. Ahora sólo falta que la justicia se pronuncie sobre este caso esclareciendo por fin el magnicidio que cobró la vida de uno de los jerarcas de la Iglesia que con más valentía habló sobre la crítica situación del país y que con sus obras se convirtió en un ejemplo de vida.