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La Causa

Cada una de las mujeres de este calendario tuvo razones distintas para participar en este proyecto. Estos son los argumentos y procesos vividos por cinco de ellas para ser una mujer sin fecha de vencimiento.

Olga Lucía Lozano
6 de marzo de 2006

Florence Thomas (Investigadora y académica)
Yo me desnudé mil veces con las palabras. Me pareció, entonces, que desnudarme físicamente era dejar hablar el cuerpo y ya no usar las palabras. Eso me pareció a veces menos difícil que defender ante un público grande de la legalización del aborto, donde me tratan de asesina.

Por otra parte, Proust decía que las mujeres bellas son para los hombres sin imaginación y yo creo, además que la belleza enferma, ahí están la anorexia y la bulimia. Tengo fecha de vencimiento hace tiempo, pero igual no creo en los cánones de belleza establecidos.

Consuelo Moure (Actriz)
Yo me desnudo frente a mis emociones y sentimientos en el escenario, pero no es lo mismo. Si me hubieran dicho que me tendría que desnudar en un escenario, no lo hubiera hecho.

Soy muy amiga de mi marido, así que se lo conté, él se rió mucho, se divirtió y me dijo: “Haga lo que le de la gana”. A mi hija la llamé, ella vive en Barcelona, y le dije: “Voy a aparecer empelota en un calendario”. Me respondió: “Ay mami, vas a estar en todos los talleres de mecánica de Bogotá”.

Cuando Fracoise me invitó, le dije que estaba de acuerdo con la idea. Yo me planteo como liberal y ataco la comercialización del cuerpo y las medidas perfectas, pero también tengo algo que decir con mi cuerpo, es mi vida, son mis arrugas… Si no les gusta que no les guste. Sin embargo, no niego que me dio un poco de pudor en el momento de desnudarme porque fui la primera del grupo en hacerlo y había un montón de gente (los de luces, Lucho que estaba haciendo el video).

Patricia Ariza (Actriz)
A la primera persona que le conté fue a Santiago García y me dijo: “¡qué barraquera!”. Ahora cada vez que nos ve, nos mama gallo y nos dice: “Ustedes dedicadas a la pospornografía”. Yo personalmente lo hice como un acto de rebelión. Mi vida entera ha sido un acto de rebeldía y esto es una cosa contestataria, es una convocatoria a amarse, a no tener fecha de vencimiento, pero también a que el mundo no se reduzca a que lo único válido sea la fuerza, la juventud y la belleza impuesta. Hay unas nociones de belleza totalmente sesgada, por eso creo que vale recordar que Picasso decía que el peor enemigo del arte es el buen gusto, se necesitan años para entender eso.

El gusto es una construcción cultural y hay un gusto establecido que hace que todas las mujeres sean una barbie, eso es terrible. Porque cuando uno ve esas chiquitas con los senos de silicona, con una cintura producto de haberle sacado la mitad de su cuerpo, el dolor que eso produce es enorme. Entonces en el calendario lo que hacemos es asumir una rebeldía cultural profunda. Y la asumimos con toda la responsabilidad porque sabemos que el riesgo es que nos digan todo lo que nos quieran decir.

Francoise Audouin (Profesora)
Lo hice gracias a unas cosas y a pesar de otras. Lo hice por un impulso muy emocional, uno confía en las mujeres con las que está y se logró conformar un grupo muy lindo, esa fue la primera causa. También por transgresión, toda la vida me ha gustado transgredir de manera divertida, no agresiva. No creo que me haya interrogado sobre la desnudez, creo que nos la permitimos porque está soportada en un trabajo teatral, hay un escenario, hay maquillaje, creo que la desnudez nunca es natural, aún en tribus primitivas siempre hay una cosa que tapa alguna parte del cuerpo porque la desnudez se asocia con una intimidad y un componente sexual. Yo como educadora, y esas fueron mis dudas, supuestamente debería preservar un espacio íntimo, privado. Yo trabajo con niños pequeños y no sabía como reaccionarían los papás. Pero finalmente seguí. Yo pienso que ahí la desnudez la permitimos porque es muy simbólica.

Carmenza Gómez (Actriz)
Mi primera reacción fue decir que no, pero no fue una cuestión de pudor. Tengo que reconocer que entre todas ellas a mi no me dio pena física desnudarme porque yo toda la vida lo he hecho, por ejemplo en el mar yo voy y me empeloto. Mi pudor no era físico, era ideológico. Buscar una razón de peso para desnudarme. Yo nunca había tenido una razón o alguna excusa para desnudarme. Me habían propuesto hacer fotos y yo siempre decía que no. Me sumé a este proyecto porque son personas que conozco y que considero mujeres respetables. Si hubieran sido mujeres anónimas que quisieran empelotarse por un acto de rebeldía un poco tardío, no me hubiera interesado. A mí la rebeldía a estas alturas no me interesa. Transgredir algo establecido, si. Yo fui rebelde, pero a estas alturas de mi vida, esa ya no es una razón de peso para hacer alguna cosa. Las que me convocaron fueron las mujeres que están, yo fui de las últimas que se sumó al proyecto, fueron ellas las que me convencieron con su presencia, sus palabras y las razones que tenían. Pero insisto, mi negativa del principio no era por vergüenza porque utilizo mi cuerpo estéticamente todos los días como actriz. Yo simplemente pasé del no rotundo al ¿y por qué no?