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Entrevista

"La ciudad nunca estará ciento por ciento blindada"

La reciente urbanización del conflicto dejó en evidencia la necesidad de intensificar las medidas de seguridad en Bogotá. El alcalde Antanas Mockus, asegura que las autoridades están tomando las medidas necesarias y resalta la importancia de contar con el apoyo de la ciudadanía. Semana.com habló con él.

3 de marzo de 2003

Semana.com:¿Cree que Bogotá es una ciudad acorralada por el terrorismo?

Antanas Mockus: No, yo creo que Bogotá tiene una capacidad de respuesta ciudadana y de respuesta de sus autoridades grande, obviamente nos duele lo que ha sucedido, igual que nos duele lo que ha sucedido en el país. Pero tenemos una capacidad institucional, una capacidad de prevención grande. Son muchas las toneladas de explosivos decomisadas que nunca estallaron y uno no se alcanza a imaginar el tamaño de la tragedia evitada.

Yo creo que hay una buena capacidad de inteligencia por parte de las autoridades que además se está fortaleciendo. Entrar en detalles no es prudente; pero la gente puede estar segura de que hemos estado mejorando en inteligencia, que no sólo es recoger información, sino procesarla, compartirla y trabajarla.

Semana.com:¿¿Cuáles son los procesos de rutina que se están llevando a cabo?

A.M: Están los operativos que la gente conoce, las acciones relámpago como requisas en las esquinas o en los supermercados, por ejemplo, que han sido bien acogidas por la ciudadanía. Había un cierto susto de que la gente lo considerara como excesivo; pero no fue así. La gente entiende perfectamente que es algo proporcionado a los riesgos que tenemos y lo toma muy bien. Habrán además, notado que estamos avanzando tecnológicamente, estamos dejando atrás la época en la que el policía pedía la cédula y comparaba la foto con la cara de la persona.

Otra cosa es que a raíz de los hechos, las empresas especializadas en seguridad y las autoridades han tenido un fuerte intercambio de evaluaciones sobre el nivel de seguridad que tenemos y sobre cuáles son nuestros puntos vulnerables. Se han trabajado mapas de riesgo, con mapas históricos de dónde se han producido los hechos terroristas.

Semana.com:¿El tema del terrorismo acapara la atención de las autoridades, ¿se están teniendo en cuenta otros frentes?

A.M: Aunque se ha dedicado pie de fuerza a atender el tema de terrorismo, esta vez hemos logrado que no se nos deteriore el tema de seguridad ciudadana. Eso muestra mucha madurez de la Policía y de los organismos de seguridad, pues es importante atender casos de terrorismo, pero no dejar que la delincuencia común haga lo suyo. Lo que pasó en los años 90 fue terrible, la trepada de la delincuencia, de la violencia y el homicidio en la ciudad fue notable y hasta más grave que los mismos hechos terroristas.

Por eso en estos casos la ciudad esta vez no ha descuidado la seguridad en ningún frente. Tenemos este tema tan claro que incluso nos invitaron de la Universidad de Georgetown, después de los del 11 de septiembre a contarles cómo habíamos trabajado en este aspecto.

Semana.com:¿¿Están lo suficientemente preparados los organismos de seguridad en Bogotá para atacar el terrorismo?

A.M: Hay una cierta experiencia, aunque no se puede decir que las autoridades bogotanas se las saben todas. Hay un conocimiento básico, una organización de prevención, hay cuerpos de rescate y en cada localidad un comité local de emergencias. La ciudad nunca estará ciento por ciento blindada, pero está relativamente preparada. Sabemos que no podemos bajar la guardia y que pueden haber nuevas sorpresas y más terribles aún.

Semana.com:¿Usted ha enviado mensajes a los ciudadanos de no doblegarse ante el terrorismo. Hechos como los de El Nogal, tienden a generar la reacción contraria.

A.M: Cualquier fin que pretendan perseguir estos grupos con el terrorismo es por la vía destructiva. En alguna época el terrorismo era romántico y anarquista, el que mataba a un líder, casi siempre lo hacia arriesgándose a que lo mataran a él. El terrorismo actual es más instrumental y lo que busca es imponer condiciones. Creo que la sociedad es muy clara en que no nos llevaría a ninguna parte comenzar a aceptar condiciones impuestas. Cuando en un matrimonio el marido le pega a la mujer, es un síntoma de que la relación está deteriorada, y ya no es tanto la discusión de a dónde vamos juntos, sino, qué hacemos para que esta situación pare, porque el método genera resentimientos, tentaciones de venganza. En eso creo que Bogotá ha sido muy madura, porque los bogotanos se han organizado en grupos de respuesta al terrorismo. Esa es una virtud, la gente cree en el Estado de Derecho y acude a los instrumentos de este aún si a primera vista el establecimiento del Estado de Derecho tiene aparentemente limitaciones.

La mayoría de los colombianos y yo diría, que la mayoría de los bogotanos no le jalan al 'ojo por ojo, diente por diente'. Eso hay que subrayarlo no como una debilidad, sino como una ventaja.

Semana.com:¿¿Cree que el fin terrorista logrará su objetivo con más hechos como el ocurrido en El Nogal?

A.M: Es claro que el objetivo terrorista más inmediato de conmocionar en algún grado a la ciudad, y lo lograron. Pero tuvieron tal vez efectos más limitados de los que posiblemente esperaban como que el presidente reaccionara expidiendo muchas más normas de conmoción interna y recortando muchas más garantías constitucionales clásicas. Sin embargo, lo que el presidente hizo fue a buscar una solidaridad externa. Así seguirá siendo.

Semana.com:¿¿Y cuál sería, a parte de una ayuda económica, la mejor forma de solidaridad internacional?

A.M: La humanidad está variando rápidamente su posición frente al terrorismo internacional. Por ejemplo, se está volviendo claro que si se tolera el juego, de como el terrorista deja el terrorismo en el país vecino, aquí lo recibo como delincuente que comete delitos políticos se vuelve la locura total. Entonces qué ha pasado entre Irlanda e Inglaterra, entre Francia y España, los Estados pasan de una especie de cómoda posición diplomática, a una actitud en la que eso afecta a ambos y por lo tanto se colaboran.

Semana.com:¿¿Cómo cree que tienden a reaccionar los bogotanos frente a los atentados terroristas?

A.M: En el momento del atentado en El Nogal la ciudadanía acató de manera muy rápida las instrucciones de despejar la zona, de no congestionar. Hubo algo de desobediencia natural en parientes que se acercaron al lugar. Ahí fue útil que se les orientara rápidamente hacia los hospitales y tuvieran la oportunidad de verificar las listas. Entonces digamos que parte de la angustia baja cuando usted puede distribuir la información rápido, quiero destacar eso. Hubo muchísima solidaridad interna, entre las personas que estaban en El Nogal y ayudó mucho que gran parte de los empleados del club hubieran hecho una especie de simulacro, unos días antes.

Luego del atentado, han sido más las llamadas desinteresadas que las interesadas por parte de personas que se acercan a ser informantes y quieren una respuesta. Cada una de esas denuncias Inteligencia las coge, las analiza y algunas se descartan. Si todo el mundo estuviera cambiando las medidas preventivas, al terrorista le quedaría muy difícil actuar. El terrorista se instala donde hay rutina. Evidentemente, el terrorismo prepara las acciones terroristas y es sensible a las medidas preventivas.

Semana.com:¿¿Cual es su balance de las jornadas de resistencia civil?

A.M: Creo que ha habido un avance muy notable, he sentido una gran respuesta. Resistencia Civil no es solamente pacifismo, es entender que no hay que colaborar con los violentos, no hacerles el juego en el lenguaje, en los medios, en lo económico, al pagarles la extorsión. Hay distintas maneras de retirarles a los violentos esa colaboración, que muchas veces es impuesta.

Una manifestación clara fue la que se hizo el domingo después del atentado de El Nogal, donde se le pidió a los violentos que no abusen de la voluntad de perdón que ha manifestado la sociedad colombiana.