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León Valencia, analista político

OPINIÓN

La defensa de las Farc empieza a desbaratarse

El analista León Valencia pronostica cuál será la reacción de las Farc con la muerte de ‘Raúl Reyes’.

1 de marzo de 2008

La muerte de Raúl Reyes en combate es un verdadero salto en la ofensiva del Estado sobre la guerrilla. En la confrontación militar el éxito de las fuerzas que están a la ofensiva se mide por el tamaño del daño que le infringen a su enemigo y el de quienes están a la defensiva por la capacidad de protegerse.

Hasta hace un año las Fuerzas Armadas habían hecho un esfuerzo inmenso para multiplicar sus efectivos, acopiar recursos bélicos -especialmente para la movilidad aérea- mejorar la inteligencia y lanzar operaciones sobre las guerrillas, pero sólo habían logrado hacerle un daño periférico a las FARC.

Habían desplazado a esta fuerza de territorios importantes, habían dado de baja o capturado a mandos medios, habían obligado a la disolución de varios frentes y a la disminución sensible de efectivos, pero la conducción máxima estaba intacta y la retaguardia estratégica no había sido vulnerada en forma significativa.

En los últimos meses la situación ha cambiado radicalmente. La muerte de JJ, de Martín Caballero, del Negro Acacio y ahora de Raúl Reyes, significan un daño considerable a su mando central. Señalan también que la retaguardia profunda ha sido penetrada.

Ahora bien, estos hechos tienen más trascendencia si se examina la naturaleza de esta guerrilla. El arte de las FARC a lo largo de la historia es la defensa. Su mayor preocupación ha sido proteger a sus mandos que envejecían a la cabeza de la organización. Resistencia es su emblema y sus medios de comunicación llevan ese nombre. Es una guerrilla atípica, porque este tipo de fuerzas, en todas las guerras, cifran su desarrollo en el carácter ofensivo como lo mostró el M19 en Colombia en décadas pasadas.

Raúl Reyes era en todo caso el más expuesto porque en los últimos años asumió la vocería política de las FARC y mantenía las relaciones con medios de comunicación y emisarios para el intercambio humanitario que lo obligaban a revelar los sitios donde se movía.
Las FARC pueden reaccionar de dos maneras ante la nueva situación: una, profundizar su línea defensiva, cerrar aún más la puerta, suspender o aminorar sus contactos con el mundo exterior, lo que significaría más degradación de la guerra, más riesgo para los secuestrados y más aislamiento internacional y nacional.

Dos, darle un vuelco a su historia y asumir una posición ofensiva, sobre todo en el terreno político, para compensar los golpes militares que ha recibido lo que la llevaría a acelerar la liberación de los secuestrados, a persistir en todos sus contactos internacionales y a buscar negociaciones de paz.

Las FARC no serán las mismas después de los sucesos de los últimos meses. Su carácter defensivo ha sido cuestionado seriamente y ahora tienen el reto de cambiar. Ojalá el rumbo que tomen sea el de la política.
 
lvalencia@nuevoarcoiris.org.co