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La explosión de la fe

Mónica Andrea Cabarcas explora el fascinante mundo evangélico en Bogotá y los mecanismos políticos y mediáticos que tienen estas iglesias para propagar su mensaje. Foro con los lectores.

Mónica Andrea Cabarcas
3 de julio de 2005

"Ese día tenía mucha hambre. Y aquel pollo asado daba vueltas en frente de mis ojos. Se veía apetitoso. Pero no, no me dejé tentar por la carne. ¡Oigan! hermanos, el espíritu triunfó sobre la carne", grita el pastor desde la tarima. Todos en el recinto se levantan de las sillas plásticas blancas y aplauden con euforia. Se encuentran en un salón comunal gigante del barrio Las Cruces, en Bogotá. Es miércoles a las 10 de la mañana, el líder carismático recita un versículo de la Biblia, todos lo siguen. Algunas mujeres gritan: ¡Sí, Sí! ¡Gracias! ¡Alabado! Más aplausos. Una hora y media más tarde, continúan ingresando personas con la Biblia en la mano, a la reunión semanal de estudio bíblico. Ellos son los misioneros del Centro Bethesda, una más de las casi 300 congregaciones religiosas cristianas diferentes a la católica que existen en Bogotá. A la entrada del salón, una mujer reparte información sobre los eventos del centro misionero e invita a la celebración de sus campañas evangelizadoras, fundamentales para la propagación de su fe. En las "campañas evangelísticas", miles de seguidores acuden a sitios públicos como el Coliseo El Campín, para escuchar al pastor, presenciar los milagros de sanación y decir sus plegarias. Incluso cuando llueve, permanecen durante horas en la alabanza, cantando y escuchando la palabra de Jesucristo, su Salvador. Este centro cristiano, con unos 20.000 fieles, tiene más de 120 iglesias en todo el país, donde lo imposible no existe. Su fundador es el pastor Jorge Enrique Gómez Montealegre, oriundo de Ubaté, Cundinamarca. Antes de su conversión, este hombre de 58 años era amigo del ocultismo, practicaba la brujería y la hechicería, según explica el sociólogo William Mauricio Beltrán Cely en su tesis "La recomposición y la fragmentación del campo religioso en Bogotá". El pastor fue secuestrado por la guerrilla en 2001 y la iglesia debió pagar millones por su rescate. Ya en esa época, el pastor Gómez Montealegre trabajaba con su esposa, Mélida de Gómez, su hija Marcela -ambas predicadoras en la iglesia- y su hijo David, quien posiblemente será su sucesor. Para cumplir con su labor evangelizadora, Bethesda cuenta desde 1984 con la cadena radial Auténtica de Colombia, y desde 1996, con el canal de televisión 49, donde se emite su programa: "Buenos días, Señor Jesús". Este movimiento religioso apunta principalmente a los más humildes de la ciudad. Durante el culto, el pastor atribuye a las fuerzas del mal y a los espíritus de las tinieblas los problemas que tienen los seguidores. Para ahuyentarlos, recomienda a los misioneros dedicar mucho tiempo a la devoción. Su lugar de encuentro está abierto las 24 horas del día para la oración y siempre hay algún pastor predicando. Son comunes el ayuno, las vigilias y los diezmos. El Centro Misionero Bethesda es la iglesia pentecostal de origen criollo con mayor número de miembros en Bogotá. Sus raíces, como las de todas las congregaciones protestantes, se encuentran en la Reforma Protestante o de Lutero que propone el libre examen de las escrituras, la participación de los creyentes en el culto, la libertad de conciencia, la tolerancia religiosa y la obligación del diezmo; rechaza la adoración de imágenes y la veneración de la virgen María, entre otros aspectos. Durante el siglo XVII, el protestantismo sufrió distintas fragmentaciones y, a partir de entonces, se expandió por el mundo. En Colombia, la iniciativa protestante llegó en 1825, con el escocés Diego Thompson, un bautista estudiante de la Sociedad Bíblica quien, junto a minorías protestantes del país, se opuso a la influencia de la Iglesia Católica. Pero su misión evangelizadora no fue fácil, debido al arraigo católico, los movimientos antiprotestantes y las leyes de un Estado concordatario. En 1930, la comunidad protestante tenía 9.000 seguidores; hoy, supera los cinco millones de colombianos. Esta proliferación obedece a la libertad de cultos plasmada desde la Constitución de 1991 y a la débil convocatoria de la Iglesia Católica durante el siglo XX. Los rituales católicos dejaron de responder a las expectativas de muchos fieles quienes, seducidos por la alegría y la euforia de la propuesta protestante, se adhirieron a sus filas. Las nuevas iglesias cristianas prometen un cambio radical en las vidas de los creyentes; los pastores tienen un contacto personal y directo con sus hermanos, apelan a emotivas predicaciones y prometen ahuyentar vicios como el alcohol, la prostitución y la droga. Los cristianos conocen a un gran número de miembros en su congregación, suelen compartir momentos diferentes al culto. Mediante la oración y la música, los líderes carismáticos ofrecen conseguir el empleo, ayudar a los más necesitados y curar enfermedades. Es común encontrar ex presidiarios, alcohólicos, mujeres deprimidas, drogadictos y enfermos terminales. Claro, también personas saludables, sin muchos problemas, se acercan por curiosidad y terminan afiliándose a estas iglesias. Protestantismos históricos y fundamentalistas Según el sociólogo William Beltrán, existen dos tipos de protestantes: históricos y fundamentalistas. Las congregaciones que conforman los protestantismos históricos, como los mormones, los Testigos de Jehová y presbiterianos, interpretan la Biblia siguiendo un método; cada congregación aprende a traducir las escrituras de forma diferente y de acuerdo con las enseñanzas del pastor o líder de la iglesia. Mientras que los fundamentalistas interpretan las escrituras de manera individual, gracias a la orientación proveniente del Espíritu Santo y a sus manifestaciones. La forma como los fundamentalistas sienten la presencia del Espíritu Santo durante el culto se denomina pentecostalización: cuando bailan, cantan, aplauden y pueden hablar en otras lenguas por obra del Espíritu. Para Beltrán, los pentecostales buscan la luz del Espíritu Santo y luchan contra las fuerzas malignas que los acechan y les impiden seguir el camino de la santidad. La iglesia pentecostal es la segunda fuerza religiosa más grande en Bogotá, después de la católica. Mientras la iglesia de los misioneros de Bethesda se dirige a los sectores desfavorecidos de la ciudad, otras congregaciones pentecostales, como La Casa sobre la Roca, movimiento de corte fundamentalista, convoca a los estratos altos. Su fundador es el periodista Darío Silva, de 57 años, quien nació en el municipio de Turquí (Huila). En 1984, el periodista se convirtió al cristianismo y en 1987 fundó esta organización religiosa. Según el informe de la Asociación Distrital de Ministros del Evangelio (ADME), la organización donde están inscritas todas las iglesias del país, La Casa sobre la Roca contaba con 10.000 miembros en Bogotá para 2000. Está ubicada en el barrio Chico. Todos los miércoles, a las 7 de la noche, los seguidores de La casa sobre la Roca tienen reuniones de alabanza para acercarse a Dios mediante canciones. Hace 15 días, un miércoles, a las 7:30 de la noche, tres mujeres se destacaban entre los fieles asistentes. Todas jóvenes, cantaban a grandes voces. Una de ellas usaba un saco Banana Republic, aretes Paloma Picaso, y las tres lucían jeans Diesel, ajustados, y blusas con escote, aplaudían y oraban. Los creyentes de este movimiento no tienen restricciones en cuanto a vestimenta ni maquillaje, como suele suceder en otras iglesias. La Casa sobre la Roca tiene como lema brindar herramientas a los creyentes para enfrentar sus problemas cotidianos. En está iglesia tiene importancia el diezmo para sostener a la iglesia y las obras sociales. Cuentan con un programa de educación bíblica y una facultad de teología. La Casa sobre la Roca atrae personajes de la farándula como a la modelo Natalia París. De origen internacional, la congregación Pentecostal con mayor número de seguidores en Bogotá (30.000 aproximadamente) es la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia. El canadiense Aksel Verner Larsen fundó esta iglesia en 1937, cuando llegó a Colombia. Tiene 96 congregaciones y se diferencia de las otras iglesias por su creencia en la unicidad de Dios. No cree en el misterio de la Santisíma Trinidad (Padre, Hijo, Espíritu Santo). En la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia las mujeres tienen prohibido usar pantalón, maquillarse, o llevar el pelo corto, siguiendo el versículo de la Biblia que establece que "la mujer no debe usar ropa de hombre, ni el hombre debe usar ropa de mujer, porque al Señor le repugna todo aquel que hace estas cosas". La iglesia Pentecostal vive de las ofrendas y del diezmo. La junta local de la iglesia, constituida por el pastor, el tesorero, los fiscales y los locales, se reúne y cuenta el dinero recaudado en presencia de todos. El pastor se queda con el 10%. En la iglesia Pentecostal no adoran imágenes, tampoco a la virgen. Para ellos, María fue solamente un instrumento de bendición, quien no debe ser venerada como sí Jesús. Carlos Gutiérrez, un hombre canoso de 50 años, hermano de la iglesia, explica que "no se debe bautizar niños porque ellos no tienen pecado. Cuando un adulto recibe el bautismo espiritual, es anotado en el libro de la vida, que hay en el cielo. Porque a todos nos van a hacer un juicio por la vida que llevamos aquí. Una persona que viva en sanidad se salva y no va a tener juicio". La hermana Susana Rivera, abuela de seis nietos y habitante del barrio Roma, pertenece a la misma congregación de Carlos. Ella asegura que ha presenciado milagros en las iglesias: "En una alabanza, alguna gente canta, llora, otros gritan y unos hablan en lenguas extrañas porque el espíritu santo los toma uno por uno. Esas lenguas son angelicales. Yo vi a una señora inválida, pararse y caminar como si nada". Entre sus fieles, la iglesia Pentecostal tiene al asesino en serie más grande de la historia colombiana: Luis Alfredo Garavito, que violó y descuartizó a casi 200 niños entre 1992 y 1999. Garavito estaba recluido en el penal de Peñas Blancas, Calarcá, el día en que el pastor superior lo convirtió en un seguidor más de la iglesia Pentecostal, según cuenta el periodista Juan David Laverde de El Espectador. La ceremonia de su conversión fue en agosto de 2003. Duró 25 minutos. Garavito sumergió su cabeza en una piscina improvisada y dijo en voz alta: "oren por mí, estoy bautizado", relató Laverde. A partir de entonces, guarda en su celda libros cristianos, escribe cosas sobre la Biblia y ora por todos los pecadores. Amarilles Gallego, el pastor encargado de Garavito, está tan convencido de su cambio, que asegura ser capaz de dejar a sus hijos en la celda solos con él. La expansión de la fe "¡Hermanos!, no hagan caso a las fuerzas malignas de Satanás, debemos asistir al culto porque la carne es débil; repitan todos: La carne es débil". Predica el profeta Johan, en Radio más, 1.580 A.M en Bogotá. Una mujer llama a la emisora: "Una oración por favor, por mi hijo que está perdido en el trago". "Señora, dígame su fecha de nacimiento", le dice el profeta. A lo cual responde la señora: "20 de Mayo de 1969". "¿Es verdad, mujer, que usted sufre de dolores de cabeza?", pregunta Johan. "Sí, señor, todos los días, no puedo dormir". "¿Es verdad mujer, que a usted le tienen mucha envidia y todo lo que hace le sale mal?". "Sí, señor, todo, por ejemplo, entro a trabajar y me sacan por chismes". "Mire, señora, usted tiene una fuerza maligna muy grande sobre usted. No se asuste, pero se la está pasando a cada uno de sus hijos. Lo mejor es que se acerque para que le hagamos una liberación. Pregunte por Johan". "Gracias. ¡Gracias! ya me siento más tranquila", contesta la mujer, y luego, cuelga. Durante las siguientes dos horas, se repite este tipo de llamadas en el programa de la Oración Fuerte al Espíritu Santo, uno de tantos programas evangelizadores que se trasmiten a diario en la veintena de emisoras cristianas de Bogotá. Los pastores utilizan la radio, la televisión y la prensa para propagar el mensaje religioso y captar más miembros. Algunas iglesias aprovechan los medios de comunicación para mostrar los testimonios de personas que se han sanado gracias al poder de la oración. En el programa de la Oración Fuerte al Espíritu Santo, que se presenta por el canal 7 todos los días a la 1 de la tarde, apareció recientemente una mujer en silla de ruedas. "Me duele, me duele, ayúdeme por favor, un accidente me dejó parapléjica", dice frente a las cámaras. El profeta, agitado y sudoroso, hace oraciones en español con acento portugués, mientras pone sus manos en la frente de la mujer, grita: "Espíritu Santo, sana está buena mujer que ha sido liberada de las fuerzas malignas que contaminaban su cuerpo". La mujer se levanta, da gracias al cielo y se arrodilla ante el profeta. Escenas similares se repiten con frecuencia. Los líderes carismáticos de cada movimiento actúan como grandes políticos y empresarios, realizan reuniones masivas y prometen conseguir cosas que antes parecían imposibles para los fieles: curar enfermedades terminales, rehabilitar drogadictos, cambiar la situación económica de los fieles, conseguirles empleo etc. Gracias a su poder de convocatoria, los líderes se han vuelto concejales, senadores y congresistas. Por ejemplo, La Misión Carismática Internacional, una iglesia neopentecostal, tiene su propio movimiento, el Partido Nacional Cristiano, que eligió a Claudia Rodríguez al Senado. Ella -esposa del fundador del movimiento- consiguió las votaciones más altas alcanzadas por un movimiento cristiano. Actualmente, en el concejo de Bogotá trabajan tres concejales cristianos. Las iglesias cristianas utilizan los espectáculos públicos para evangelizar multitudes: obras de teatro, conferencias dirigidas a profesionales y empresarios, conciertos, encuentros juveniles, bailes, bazares, entre otros. La Misión Carismática Internacional por ejemplo, se dirige a los grupos más jóvenes. Entonces, los líderes preparan conciertos protagonizados por cantantes de música cristiana. Es posible escuchar baladas, vallenatos, ritmos caribeños, grupos de rock y metal cristianos. La propuesta cristiana seguirá conquistando creyentes, mientras los seres humanos busquen a Dios, con el afán de hallar explicaciones, de entrar al mundo de lo desconocido y reconocerse diferentes ante los demás. Toda nueva doctrina y enseñanza tendrá cabida en una sociedad desigual, inconforme, pero con esperanzas. ¿A qué obedece el auge de las iglesias cristianas? Participe en el chat con expertos y feligreses el jueves 7 de julio a las 5 de la tarde.