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La fractura en el Polo es tan honda que Carlos Gaviria revela que Lucho ni siquiera le contesta el teléfono

La despachada de Lucho Garzón sacó a flote las abismales diferencias existentes en la cúpula de este partido de izquierda. El presidente del Polo contó que el alcalde mayor de Bogotá ni siquiera atiende sus llamadas. Lucho dice que si lo echan funda otro movimiento. Arrancó la puja por las presidenciales de 2010.

10 de diciembre de 2007

A tres semanas de terminar su alcaldía, Luis Eduardo Garzón dejó muy clara su posición ante su partido, el Polo Democrático Alternativo. Lucho quiere ser presidente. Para nadie es un secreto. Y ve en Carlos Gaviria, el líder de aquella colectividad, a un potente adversario en una eventual consulta interna para definir quién sería la ficha para las próximas elecciones.

A pesar de que Gaviria ha sido enfático en decir que no aspira ocupar la Presidencia, Lucho lo tiene dentro de su lista de candidatos. En una explosiva entrevista publicada este domingo por El Tiempo, ‘Lucho’ dijo que, para las elecciones de 2010, la izquierda tiene dos miradas: “la reformista, que la represento, entre otros, yo, y Carlos Gaviria, que está nítidamente en el tema de la revolución”.

Por eso, soltó todos los pensamientos que tiene contra quien sospecha que será su posible adversario. Ante lo que dijo, el senador de esa colectividad Gustavo Petro, opinó que “Lucho’ está preparando su campaña y aunque nadie pretende sacarlo del Polo, quiere competir con Carlos Gaviria”.

El presidente de la colectividad salió este lunes ante los medios de comunicación a aclarar cada punto que tocó el saliente alcalde de Bogotá. Con su tono directo, catedrático y conciliador, respondió una a una las referencias que ‘Lucho’ hizo sobre él.

Gaviria responde

El primer comentario de Gaviria sobre las apreciaciones de Garzón fue que las recibió “con mucha naturalidad” porque había sido muy anunciada “su aparición política”. A renglón seguido, dijo que no iba a polemizar y que quería dejar claros tres puntos. “Primero, yo no he sido militante del partido comunista. Lucho sí. Segundo, yo nunca he apoyado la lucha armada. Lucho sí, como él mismo lo reconoce. Y tercero, yo jamás he hablado de lucha de clases. Él sí por su ubicación ideológica”, comentó en La FM, de RCN.

Con esto, Carlos Gaviria quiso tal vez tumbar la versión de Garzón en la que señala al presidente de la colectividad como “revolucionario” y se autoproclama “reformista”, después de décadas de vida política con intenciones de revolución.

Esa fue la primera salvedad que hizo sobre su pasado Garzón en El Tiempo. “Yo actué en política durante los años 70 y 80 con el hígado; es decir, con la rabia y el resentimiento de quien quería hacer la revolución... Antes del 90, lo que había en mí era un resentido”, señaló.

A ese comentario, Gaviria le respondió que “él en este momento tiene todo el derecho de repudiar lo que ha sido en su pasado y uno tiene todo el derecho de creer que no lo hace por motivo de oportunidad electoral sino por convicción. Pero a lo que no hay derecho es que a todo lo que él renuncia, me lo endosa a mí. A eso sí no hay derecho”.

Y sobre su supuesto proyecto revolucionario, Gaviria explicó que “si ‘Lucho’ considera que mi proyecto, que se trata de materializar la Constitución de 1991, que se quedó escrita, es revolucionario, entonces yo no sé lo que es ser reformista”.

Oposición de guerra fría

“El reformismo que represento es la lucha por los derechos y no la lucha de clases. Eso es lo que me diferencia enormemente de aquellos que quieren hacer de la política un antídoto: anti-Uribe, anti-Bush, anti-Clinton, anti-TLC, anti-Angelino Garzón, anti-Lucho, anti-oqueños... Todo es anti, anti, anti”, argumentó Garzón.

Para lo que Gaviria respondió que “no ocultamos que estamos en contra de un proyecto que encarna el presidente Uribe, no en contra de Álvaro Uribe, sino del proyecto. Y, naturalmente, estar en contra del proyecto Uribe implica estar en la oposición, como lo estamos, pero eso no implica que no tengamos nuestro propio proyecto.

“Nosotros estamos en contra de la política internacional del Estado colombiano, estamos en contra del TLC, pero eso no significa que no tengamos nuestros propios proyectos. Con esa actitud, ‘Lucho’ está anti-Polo”.

Según Garzón, esa manera de hace oposición es “sectaria y de guerra fría”. Y habla de dos corrientes dentro del Polo: la del “discurso antitodo” y la de la “política reformista” que fue, de acuerdo con sus declaraciones, por la que votaron al elegirlo alcalde a él, a Samuel Moreno y gobernador a Antonio Navarro, por citar unos ejemplos.

¿División del Polo?

Por eso, dice que en 2008 “hay que decidir si podemos o, definitivamente, no podemos convivir y hacemos lo de España: hay una Izquierda Unida y un Partido Socialista Obrero Español”. Con semejante apreciación, no deja más qué pensar sino que está contemplando la posibilidad de irse del Polo y montar un partido aparte.

“Yo no estoy montando otro partido. Estoy diciendo que si me mandan a la calle otra vez, hay que montar un Partido de la Calle”, explica. A su proyecto, invitaría a personalidades como Lina Moreno, Luis Alberto Moreno, Pacho Santos y Juan Camilo Restrepo.

Ante aquella sospechosa declaración separatista, Gaviria responde que “desde luego que ‘Lucho’ quiere ser presidente y es una aspiración legítima. Lo que uno desearía sería que lo haga dentro del partido, poniéndose justamente, colocándose dentro de los estatutos del partido, propugnando el ideario de unidad y naturalmente las aspiraciones concurrentes que puede haber a un cargo o una dignidad como la candidatura presidencial. Por el Polo se puede tramitar como lo hicimos Antonio Navarro y yo: civilizadamente. Es una decisión suya si quiere regresar al Polo. Su espacio está abierto”.
Y, sobre las personalidades de que habló Garzón, Gaviria opina que “esa es otra de las diferencias que tengo con ‘Lucho’. Yo pienso en proyectos, pienso en programas, él piensa en personas que puedan apoyarlo. Yo lo que pienso es que el modo de proceder es a la inversa. Cuando hay un programa atractivo, un programa sólido, un programa coherente, muchas personas de distintas tendencias van a apoyarlo. Eso es lo que yo pienso que debe hacerse y no pensando desde ahora en si me apoya doña Lina, si me apoya Luis Alberto... son estilos diferentes”.

Garzón, herido

Nadie pensaría que Garzón dejaría su partido. Un proyecto que nació de sus entrañas, por el que se dio más de una pela y que ha sido abonado poco a poco hasta lograr presencia y reconocimiento nacional.

Pero el saliente alcalde de Bogotá está herido. Hace dos semanas, el Polo Democrático Alternativo (PDA) celebró su segundo aniversario. En un video donde se mostraban los logros de la colectividad, no aparecía ninguna de las obras que ‘Lucho’ ha ejecutado durante sus cuatro años de gobierno.

Eso le dolió. Dijo que cada vez se sentía más lejos del PDA y provocó la famosa declaración en la que dijo que “no me reconoce mi papá y ahora el Polo tampoco”. Y añadió que “cuando uno llega a la casa, no le dan comida, nadie le para bolas, le apagan el televisor y fuera de eso le dicen que tiene que pagar los servicios, ¿usted entra con agrado a esa casa? Hay que mirar”.

‘Lucho’, la raíz del PDI

A ese respecto, Gaviria explica que “el Polo se creó porque justamente yo propuse la candidatura de Luis Eduardo Garzón”. Ocurrió en una reunión de la entonces llamada bancada independiente del Congreso y la propuesta fue acogida.

“Después se configuró el Polo Democrático Independiente. Algún sector de los congresistas no ingresamos al PDI por muchas razones, entre otras, porque no se quería renunciar a la propia personería, que era lo que debía ocurrir para inscribirse en el partido”, recuerda Gaviria.

Entonces empezó el proceso de acercamiento entre el PDI y una coalición de congresistas que no habían ingresado a ese partido, que era Alternativa Democrática. “Ese acercamiento concluyó con la elección de un mecanismo para elegir un candidato único (para las elecciones presidenciales). Se pensaba que Antonio Navarro iba a ganar la elección, y fui yo quien ganó esa consulta, contra todo pronóstico, y fui candidato del PDA.

Garzón, nada que ver con el PDA

“Justamente, lo que la semana pasada se estaba conmemorando era la creación del Polo Democrático Alternativo. O sea, la unidad de esos dos sectores de la izquierda. Yo mismo lamento que no haya sido relevada la actuación de Lucho dentro del PDI. Yo no vi siquiera el video que iban a pasar. Lo vi cuando ya lo habían pasado. Pero se estaban conmemorando los dos años del PDA y, naturalmente, en eso Lucho tuvo poco que ver, porque no podía participar en Política durante la Alcaldía de Bogotá”, relata el hoy presidente del PDA.

Pero si Gaviria dice que Garzón estuvo ausente de las actividades del Polo, éste no se queda atrás. “Carlos Gaviria estuvo al margen (de la Alcaldía de Bogotá); ese sí fue ‘Bogotá con indiferencia’ frente a lo que hizo esta administración”, reclamó el saliente alcalde de la Capital.

Para aquella apreciación, Gaviria también tiene sus motivos. “No sabe esa afirmación cómo me honra. Porque eso significa que yo no soy de aquellos que están molestando permanentemente a un funcionario. Creo que jamás lo llamé a pedirle un favor y a pedirle cuotas políticas. Cuando consideré que era importante hacerle reconocimientos públicos, lo hice, y lo hice más de una vez. Pero ese es mi estilo.

“Varias veces que traté de comunicarme con él para sugerirle, para pedirle. Por ejemplo, a propósito de una reunión que había en Bogotá y que querían que él la presidiera, nunca me respondió una llamada. Y, naturalmente, yo no insisto en esas cosas por eso. Mi estilo no es el de estar frente a los funcionarios o metido en espacios donde no he sido llamado. Ése ha sido mi estilo”, aclara.

Así las cosas, cada uno tiene explicaciones para justificar sus comportamientos y opiniones frente al otro. Lo clave ahora es que eso no perjudique a la colectividad. Que se llegue a un acuerdo y que no se deje morir, mucho menos ahora que la expectativa es verla crecer y tomar mucha más fuerza, después de hacer un contundente pacto de unidad tras una de las crisis más duras del partido, hace dos meses.