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Entrevista

"La OEA está realizando un esfuerzo importante dentro de sus limitadas posibilidades"

Sergio Caramagna, director de la misión de la OEA para la verificación del proceso de paz con las AUC, se vio la semana pasada en el ojo del huracán. Recibió críticas del vicepresidente Francisco Santos, de José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch y de ONG de derechos humanos. María Fernanda Moreno, de SEMANA.COM, lo entrevistó al respecto. Vea además un especial sobre las negociaciones con las AUC que será actualizado semanalmente.

1 de agosto de 2004

SEMANA.COM: La semana pasada el vicepresidente Francisco Santos dijo que la falta de credibilidad de los diálogos era causada porque la misión no estaba siendo bien cumplida. ¿Cómo recibió el pronunciamiento?

S.C.: Ya hemos expresado que compartimos algunas de las preocupaciones con el señor vicepresidente.

SEMANA.COM: En ese momento dijo que sus funciones eran técnicas mas no políticas, ¿qué quiso decir con "funciones técnicas"?

S.C.: El concepto de acompañamiento refleja muy bien el carácter del mandato y la modalidad de su aplicación. La Misión respeta el principio de no intervención en asuntos internos y no opina sobre temas políticos o jurídicos, a menos que se lo soliciten. La OEA se autolimita en estos aspectos, respetando los principios de la organización y el especial enfoque que el Secretario General y el Consejo Permanente le dieran a nuestra tarea. El proceso de paz está conducido por el gobierno. El acompañamiento de la misión demuestra el compromiso concreto, práctico, de todos los países miembros con la paz que sepan construir los colombianos.

SEMANA.COM: ¿Ahora siente que faltó decirle algo al vicepresidente o al gobierno?

S.C.: Con el señor Vicepresidente y con las autoridades del gobierno no necesitamos comunicarnos a través de los medios. Lo hacemos en forma directa, franca y con mucha cordialidad. El gobierno sabe que la OEA está en Colombia para contribuir con la paz. No para ser parte de ningún problema.

SEMANA.COM: Quizás no hay claridad sobre el proceso de verificación que adelanta desde febrero. ¿Se lleva a cabo únicamente en la zona de ubicación o en todo el país?

S.C.: El proceso de verificación se desarrolla más específicamente en la zona de ubicación. Allí se han concentrado el estado mayor negociador de las AUC y 400 hombres alrededor de ellos. Allí se están poniendo en práctica los acuerdos para el funcionamiento de la zona y de los diálogos. Se ha creado, sin embargo, un mecanismo, un comité, que puede recibir denuncias, informaciones y quejas acerca de posibles violaciones al cese de hostilidades en todo el país.

SEMANA.COM: Cuando se anunció en enero la verificación de la OEA se dijo que sería "un acompañamiento amplio y flexible a la política de paz con los grupos armados ilegales". Seis meses después, ¿los objetivos siguen siendo los mismos?

S.C.: Los objetivos se derivan del mandato. Y el mandato sigue siendo el mismo. Hasta ahora, entendemos, el mandato se ajusta a la dinámica que presenta el proceso de paz en Colombia. Es amplio, es decir, está pensado para todos los actores armados del conflicto y no sólo para uno de ellos. Toma en cuenta la desmovilización, la reinserción, la verificación y el apoyo a las comunidades afectadas por la violencia. El concepto de acompañamiento es muy importante para la OEA. Se trata de un proceso dirigido y ejecutado por los colombianos.

SEMANA.COM: Siguiendo con la línea de críticas, Human Rights Watch señaló en días pasados que la gestión de la OEA había sido hasta el momento invisible, ¿cómo responde a eso?

S.C.: El papel que desarrollan los organismos internacionales y nacionales de derechos humanos es importante. Advierten sobre situaciones, denuncian violaciones, vigilan celosamente el desarrollo de procesos donde deben resolverse temas como impunidad, verdad, justicia y reparación. No he leído el señalamiento a que usted hace referencia. Sin embargo, creo que la misión está realizando un esfuerzo importante, dentro de sus limitadas posibilidades, para integrar funcionarios, abrir siete oficinas regionales y montar la logística básica y mínima para sus operaciones. Creo que debe haber un equilibrio y una coherencia entre las exigencias que se le piden a la misión, de forma inmediata, y el apoyo explícito al proceso en general.

SEMANA.COM: ¿Cuál es la función de esas oficinas regionales?

S.C.: Poner a la misión más cerca del conflicto armado y por lo tanto de su comprensión. Estas oficinas tienen todas las atribuciones de implementar el mandato en su integralidad: coordinan con las instituciones locales y las comunidades afectadas por la violencia, permiten el acceso y la necesaria comunicación para ejercer la verificación en las áreas donde puedan producirse violaciones al cese de hostilidades y facilitan la presentación de denuncias y quejas.

SEMANA.COM: Desde enero se ha adelantado el proceso de verificación, ¿cuáles han sido los resultados en estos siete meses?

S.C.: A fines de enero se firmó el convenio entre el presidente Uribe y el secretario general Gaviria. En los primeros días de febrero, el Consejo Permanente aprobó el mandato dándole mayor solidez y respaldo. Creo que, a pesar de las dificultades internas y externas para apoyar decididamente el proceso de paz, la misión ha logrado un posicionamiento importante, ha abierto espacios de comprensión mucho mayores, ha comenzado a hacer presencia en departamentos y regiones que son de suma importancia en términos del conflicto. Es importante el avance en el proceso de paz con las AUC. La misión tiene un papel importante en cuanto a mayor credibilidad y transparencia, a crear confianza. Los colombianos saben ahora que en este capítulo de la pacificación no están solos.

SEMANA.COM: ¿Quiénes apoyan económicamente la verificación? ¿Es crucial el apoyo de Estados Unidos?

S.C.: La misión cuenta con el apoyo de varias fuentes de financiamiento, que aún no completan los requerimientos que necesitamos, pero que en el arranque han sido de mucho valor. Es muy alentador el apoyo de Bahamas, Estados Unidos y una propuesta de Canadá para reforzar, a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el trabajo de la misión.

Entre tanto, el gobierno colombiano apoya la instalación de las oficinas regionales. Además Suecia está trabajando un convenio de apoyo directo y una propuesta de respaldo a través de organizaciones no gubernamentales. Y La Unión Europea ha manifestado un respaldo de mucha significación. El apoyo de Estados Unidos es importante y el de los países miembros de la OEA es sustancial.

SEMANA.COM: Hechos como el secuestro de Gnecco y el desplazamiento de campesinos demuestran que las AUC no han respetado el cese de hostilidades, hacer respetar ese compromiso es precisamente una de las funciones de la verificación. ¿Qué le pasa a aquel que no cumpla con el cese de hostilidades?

S.C.: Respetar el cese de hostilidades decretado por las AUC es un requisito muy importante para el desarrollo de la mesa de diálogo y la consecución del proceso de paz. La responsabilidad de su cumplimiento está primordialmente en las mismas AUC. La Misión tiene entre sus funciones, la verificación de los acuerdos y el ayudar a que este cese de hostilidades se vaya perfeccionando. Esto, en un ámbito territorial muy extenso y con unos grupos armados que mantienen la inercia de los procedimientos y la lógica de la violencia. Hemos dicho reiteradamente que la verificación puede desarrollarse con eficiencia en la medida que estos grupos se concentren. Sin embargo, pondremos todo nuestro empeño y dedicación para ayudar a las autoridades para que, en condiciones muy difíciles, se pueda perfeccionar el cese de hostilidades. El apoyo de la Iglesia, la Defensoría del Pueblo, las ONGs, el Observatorio de Derechos Humanos, es importante en este propósito. Y sobre todo, la confianza que las comunidades afectadas por la violencia, tengan respecto a la Misión. Las violaciones verificadas del cese de hostilidades se expondrán en la mesa de diálogo, como parte sustantiva del avance y cumplimiento de los acuerdos.

SEMANA.COM: El que asista a las negociaciones solo cuando el Gobierno lo disponga ¿no supone un revés en la verificación tal y como se planteó en enero?

S.C.: La asistencia, como acompañamiento, del Alto Comisionado para la Paz a las reuniones con las AUC se llevaron a cabo en forma sostenida hasta alcanzar los acuerdos de Santafé de Ralito en cuanto a la zona de ubicación. Nuestra presencia en la mesa puede ser a partir de ahora, sólo en casos específicos que se relacionen con la verificación del cese de hostilidades, inventario de armas, lista de miembros del estado mayor negociador y cumplimiento de los acuerdos. Nuestra presencia en la zona de ubicación es permanente, las 24 horas, y nuestra interlocución con los actores armados también será constante. La verificación no se verá afectada en ningún sentido.

SEMANA.COM: Para la OEA, ¿cómo afecta al proceso de paz la relación de los paramilitares con el narcotráfico?

S.C.: Los colombianos saben cómo afecta la agenda del narcotráfico en la vida de este país y cómo éste afecta a todos los actores armados ilegales. No es una novedad. Claro que afecta al proceso de paz.

SEMANA.COM: ¿Estaría de acuerdo con establecer una nueva zona de ubicación, así como lo propuso la representante Rocío Arias?

S.C.: Las nuevas zonas de ubicación se determinan a partir del consenso que establezca el Alto Comisionado para la Paz con los grupos armados al margen de la ley. Estas zonas de ubicación están concebidas para la concentración y desmovilización. La misión no participa en estas decisiones ni propone al respecto.