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La respuesta de Colfuturo

Jerónimo Castro, director de Colfuturo, responde a la "opinión visceral" de Adolfo Meisel.

Jerónimo Castro*
5 de septiembre de 2004

No es fácil contestar una opinión cuando ésta es tan visceral como la que escribió Adolfo Meisel Roca sobre Colfuturo. Pareciera haber en ella algo casi personal. Aun así voy a intentarlo. Me concentraré en las ideas principales que están ocultas detrás de una serie de metáforas y de hipótesis sin demostración.

El argumento central de Meisel tiene tres elementos: el primero es que Colfuturo está contribuyendo a aumentar las diferencias regionales por la manera como selecciona a sus beneficiarios. El segundo es que no deben existir programas para la cúspide de la pirámide educativa, abandonando todo lo demás. El tercero es que respaldamos principalmente a los ricos, que no necesitan nuestro apoyo.

En el procesador de palabras se podría hacer una búsqueda y un reemplazo de 'Colfuturo' por 'Comisión Fulbright', 'Consejo Británico' o 'Banco de la República' y se encontraría un panorama similar al descrito en el artículo de Meisel en el tema regional. Todas esas instituciones tienen participaciones por regiones muy similares. Al estar nosotros al final de la cadena educativa reflejamos muchas de las inequidades de ésta, incluyendo el desbalance regional, mas no somos la causa de este desbalance.

En los tres años que llevo al frente de Colfuturo he viajado en múltiples ocasiones a las diferentes regiones del país. He podido observar de primera mano que la preocupación de Meisel en cuanto a las cada vez mayores diferencias regionales con respecto a Bogotá es válida, especialmente en la Costa Atlántica, para no hablar de zonas más apartadas.

A pesar de que Colfuturo no fue creado para reducir esas diferencias regionales, hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance para motivar una mayor participación de candidatos de otras zonas del país. Toda nuestra pauta de publicidad ha estado concentrada en los dos últimos años en medios regionales. Hemos aumentado el número de talleres, charlas y visitas. Hemos fortalecido nuestros vínculos con universidades y entidades locales que han venido trabajando con nosotros con entusiasmo. El portal de Internet de Colfuturo es cada vez más completo y útil para un candidato, sin importar en qué lugar se encuentre. Estamos estructurando un nuevo programa para apoyar los estudios de posgrado en el exterior de docentes universitarios que tiene como objetivo lograr enviar a 500 docentes al año, principalmente de otras regiones del país diferentes a Bogotá. Aunque sabemos que no vamos a obtener resultados en el corto plazo, precisamente porque creemos que la capacidad humana y la inteligencia están uniformemente distribuidas en el planeta, estamos seguros de que con el tiempo habrá una mayor participación regional.

En cuanto al segundo argumento del artículo de Meisel, Colfuturo tampoco fue creado para solucionar todos los problemas de la pirámide educativa. Estamos al final de una cadena que efectivamente está llena de inequidades. Colombia no puede resolver sus problemas de manera secuencial: primero la educación básica y media, luego la universitaria, más tarde los posgrados nacionales y al final, cuando todo lo demás esté resuelto, la educación de posgrado internacional. No. Debemos trabajar los diferentes problemas en paralelo y para cada uno de ellos debe existir una herramienta diferente. Colfuturo es tan sólo una de ellas.

Con respecto al tercer argumento, Meisel plantea que Colfuturo está apoyando a personas que no necesitan la ayuda por provenir de estratos medios de la población, principalmente de Bogotá. No presenta, sin embargo, ninguna evidencia para respaldar esta afirmación; pareciera entonces ser tan sólo una percepción. Gracias a una serie de muestreos con nuestros beneficiarios y al análisis de indicadores como salarios y tipos de trabajo antes de irse a estudiar y al regreso, puedo afirmar que si no existiera Colfuturo la enorme mayoría de estas personas no se hubiese podido ir a estudiar al exterior a universidades de primer nivel. El costo de un posgrado en el exterior es tan grande que sin duda algunas las personas de clase media (que por definición no son ricas) no podrían costearlo.

Las universidades a las que hemos enviado el mayor número de estudiantes son en su orden: London School of Economics, Columbia, Harvard, Georgetown, MIT, McGill y NYU. ¿Necesita Colombia profesionales graduados de universidades de este nivel? ¿Es suficiente con que estos profesionales hagan sus maestrías y doctorados en el país, en Latinoamérica o en España? ¿Debemos eliminar en Colfuturo la exigencia del dominio de una segunda lengua?

Para nosotros las respuestas a esas preguntas siguen siendo contundentes: Colombia necesita educar un número cada vez mayor de personas a nivel de posgrado en las mejores universidades del mundo si no quiere seguir rezagado. También requiere aumentar el dominio de una segunda lengua, especialmente el inglés. Basta visitar las principales universidades en el exterior y observar en ellas las hordas de estudiantes de la China, India, Corea o Taiwán para entender que el país no se puede quedar quieto en este frente. Por cierto, para todas estas personas el inglés es también una segunda lengua.

Para evaluar el resultado de una organización es fundamental conocer el propósito para el que ésta fue creada. La misión de Colfuturo es contribuir a que Colombia tenga un número cada vez mayor de profesionales académicamente exitosos con estudios de maestría y doctorado obtenidos en las mejores universidades del mundo. Esa labor la debemos hacer manteniendo y si es posible fortaleciendo el fondo que se creó originalmente, pues no se trata de apoyar un número limitado de estudiantes durante un período corto para luego desaparecer. Con respecto a esos dos objetivos debe evaluarse la labor que en estos 14 años hemos cumplido. Alguien puede pensar que es más importante que Colfuturo se hubiese dedicado a otra tarea, pero esa es una discusión distinta.

Desde 1992 se han presentado a nuestras convocatorias 3.400 colombianos. De estos, hemos apoyado a 1.300; de ellos, 380 han realizado doctorados y 920, maestrías. Sin recibir donaciones adicionales, el fondo original de 13 millones de dólares ha crecido a 27 millone de dólares. Para los estudiantes seleccionados hasta el momento habremos desembolsado 38 millones de dólares en apoyos; de estos, a manera de beca, cerca de 12 millones de dólares. Hemos pasado de apoyar 45 estudiantes en 1992, a 170 el año pasado y a 137 este año. El porcentaje de beca se aumentó del 33 por ciento en promedio al inicio, al 50 por ciento a partir del año pasado.

En un estudio realizado por la firma de consultoría internacional McKinsey se llegó a la conclusión de que si Colombia quiere igualar a Chile en el porcentaje de docentes con posgrado en el exterior sobre la población total, tendríamos que estar enviando a 1.000 estudiantes cada año. Así, en 10 años los igualaríamos si ellos durante ese tiempo no volvieran a enviar una sola persona más. ¡Ni se nos ocurra compararnos con México, Corea o Taiwán!

Lo peor que podría pasar es diluir la acción de Colfuturo. Al hacerlo ni solucionaríamos los problemas de diferencias regionales, ni los de la educación en general, ni mucho menos contribuiríamos a cerrar la brecha cada vez más grande que se está creando con otros países. Colombia necesita un Colfuturo 10 veces más grande o 10 Colfuturos, y no un Colfuturo haciendo 10 cosas distintas, así todas ellas estén relacionadas con la educación.

Como sé de la importancia y la influencia de Adolfo Meisel en la Costa Caribe, lo invito a que junto con él y con otros líderes de la región nos reunamos y desapasionadamente analicemos cuáles son los mecanismos que podemos en conjunto trabajar para que haya una mucho mayor participación de personas de esa zona del país en la educación internacional de primer nivel.

*Director ejecutivo de Colfuturo