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Las Farc y la política

23 de septiembre de 2002

EL TIEMPO.-En lugar de hacer política, esforzándose por convencer al país urbano de sus planteamientos revolucionarios, las Farc se dedican a tomar pueblos y a destruir la infraestructura del país, por lo que hoy están completamente desprestigiadas nacional e internacionalmente. Las Farc guerrean contra la sociedad, no hacen nada por convencer al país urbano; ni las masas ni los intelectuales las respaldan. Asombra que las Farc hayan dejado de hacer política justamente cuando existen condiciones que favorecerían tal empresa, como son el altísimo nivel de desempleo, la corrupción rampante y el desprestigio de la clase dirigente.

HERNANDO GÓMEZ BUENDÍA.-Antes que un proyecto político, las Farc y el Eln son ejércitos de ocupación que corren detrás de las bonanzas en tierras de frontera: la coca para las Farc y el petróleo para el Eln. ¿Para qué van a querer la paz o ser incluidas en el sistema político legal si ya mandan en centenares de municipios, y si el gobierno, por perseguir a cocaleros y raspachines, echa a éstos y a regiones enteras en brazos de la guerrilla?

JUAN MANUEL LÓPEZ CABALLERO.-A las guerrillas no las mueve la ideología marxista sino la búsqueda de condiciones de supervivencia. El grueso de las Farc son campesinos que prestan su servicio militar en las filas de la guerrilla, de manera parecida a como otros son conscriptos por las autoridades, y que permanecen allí en calidad de desempleados armados, como los llama Alfredo Molano.

ALFREDO RANGEL SUÁREZ.-Si antes las filas guerrilleras se nutrían de campesinos y estudiantes altruistas, ahora reclutan campesinos desocupados y colonos que en muchas ocasiones sólo buscan un salario y una forma de vida-incluidos ciertos artículos del consumismo urbano que elevan el estatus de los jóvenes guerrilleros.

ARTURO ALAPE.-Las Farc han buscado un equilibrio entre lo político y lo militar, o sea, han tratado de adelantar la lucha armada teniendo en mente el logro de cambios revolucionarios. Pero la guerra les está haciendo perder el norte político. El asedio bélico contra la población civil y las últimas acciones contra la infraestructura-derribamiento de torres de energía, atentados a acueductos-contradicen los planteamientos de Jacobo Arenas y los documentos programáticos de las Farc. La guerra ha impuesto su lógica tanto en la conducta de las Farc como en la del gobierno, lo que ha conducido a acciones y despliegues de fuerza que desvirtúan el proceso de paz.

EL T?EMPO.-El proceso de paz les brindó a las Farc la mejor oportunidad para catapultarse a la política, como sucedió con el M-l9. Asombra a la comunidad internacional cómo el Establecimiento de un país con escandalosas injusticias sociales tiene como única oposición a una guerrilla que a causa de sus prácticas terroristas se ha enajenado la simpatía del grueso de la población.

[El caso del M- 19 parecería más bien un contraejemplo. Tanta voluntad heroica y tanta sangre, para logros políticos tan míseros, antes podrían confirmar a las Farc en su posición militarista.]

JORGE ORLANDO MELO.-La guerrilla, creyendo que el pueblo no conoce sus intereses, lo que ha hecho durante cuarenta años es suplantar los movimientos sociales. Sus acciones endurecieron al país y propiciaron el surgimiento de una reacción armada auspiciada por ciertos sectores del campo, todo lo cual acabó por componer un escenario en que los partidos políticos de izquierda y las luchas populares carecen de espacio.

GONZALO SÁNCHEZ.-Las Farc se han encargado de vaciar su propia lucha del contenido social que les dio origen. Se han convertido en el principal obstáculo para las reformas que un día pretendieron abanderar. Sin cauce político, hoy no saben hacia dónde dirigir el potencial que tienen. Están dilapidando la oportunidad de negociar y están restando espacios a su eventual reinserción y transformación en movimiento político. La ciudad las teme y las rechaza; en el plano internacional sus acciones terroristas las están aislando. Cuanto más fuertes son militarmente, tanto mayor es su retroceso político, como si sólo aspiraran a reproducirse en las montañas.

ALFREDO RANGEL SUÁREZ.-La guerrilla hace política a su manera, o sea, persigue sus propósitos políticos por caminos que le son propios. Con su guerra persigue la finalidad estratégica de sustituir al Estado por medio del dominio gradual del territorio. Ejerce diferentes grados de control en amplias áreas del país, se encuentra en todos los departamentos, y en muchas regiones tiene ya el monopolio de la fuerza, de la justicia y del tributo. La guerrilla descendió de la ideología al pragmatismo, del redentismo a la realpolítica. Cambió los grandes fines políticos, como la revolución latinoamericana, por fines más modestos, como el poder municipal. Sus banderas políticas nacionales pueden no verse o no ser creíbles, pero su clientelismo armado y su aprovechamiento del desempleo rural juvenil les permite avanzar en su estrategia de influencia y dominio territorial crecientes.