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Las sillas vacías

A pocos días de las elecciones, la cancelación de los candidatos al único debate propuesto sobre el tema de secuestro en campaña es otra decepción para las familias de las víctimas.

Angélica Sanchez
18 de mayo de 2006

Carmen llegó agitada y sudando a la Universidad Sergio Arboleda, después de correr con sus tres hijos las tres cuadras que la separaban de la estación de Transmilenio en la Avenida Caracas al lugar donde estarían los candidatos presidenciales debatiendo sobre el secuestro. Su hijo de seis años, llevaba el traje desajustado y la corbata volando por la el trote para llegar a tiempo. Al igual que ella, David también llegó de prisa con un fólder en la mano lleno de papeles. Ambos tenían una sola intención: escuchar qué proponían los candidatos frente a su drama. El esposo de Carmen lleva año y medio secuestrado; el hermano de David, más de tres.

La misma expresión de urgencia llevaban las otras personas que llegaron preguntando por el evento. Desafortunadamente la respuesta de la Universidad Sergio Arboleda, País Libre y Semana, como organizadores, fue que el debate se había cancelado por falta de candidatos. Los únicos que confirmaron fueron Antanas Mockus y Enrique Parejo.

Con la decisión tomada el pasado lunes por el candidato del Polo Democrático, Carlos Gaviria, de no asistir a debates en los que no se hiciera presente el presidente candidato Álvaro Uribe, y la renuncia del candidato Álvaro Leyva, llegó también la cancelación a la cita por parte del candidato Horacio Serpa.

La decisión de Carlos Gaviria fue explicada por su campaña como una respuesta a la escasez de debate dada por la ausencia de Uribe. Pero para otros tiene un tinte de diferenciación política con la cual busca ponerse al nivel del candidato presidente, con ayuda de los puntos que ha ganado en la última encuesta. Frente a su ausencia en otro debate organizado por Semana, Vanguardia Liberal, la Universidad Autónoma y la Cámara de Comercio de Bucaramanga el 15 de mayo, Antanas Mockus respondió con la siguiente frase:
“En Colombia necesitamos construir y escucharnos, por eso en medio de una campaña tan importante la respuesta a una silla vacía no puede ser otra silla vacía”.

Si bien la ausencia de controversia directa entre los candidatos de frente a los ciudadanos es ya de por sí lamentable para la democracia, para los familiares de los secuestrados, que esperaban que el tema del secuestro fuera prioritario en esta campaña, es francamente decepcionante.

El miércoles pasado, en las caras de Carmen y sus niños, y en la de David no hubo ni rabia, ni acusaciones, sólo un gran gesto de desilusión y ojos aguados pues se quedaron esperando alguna respuesta que les diera un poco de esperanza. Ellos y quienes llegaron a la cita respiraron profundo, dieron la vuelta y sin decir una sola palabra, empezaron a caminar lentamente por la calle rumbo a sus casas donde otra silla vacía los esperaría.