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"Los colombianos todavía creen que las poblaciones negras son inferiores"

El sociólogo Carlos Efrén Agudelo ha sido un fuerte crítico de la marginación de los afro descendientes en el país. Habló con SEMANA.COM sobre el tema.

Maria Fernanda Moreno
15 de mayo de 2005

SEMANA.COM: ¿Cree el que estado colombiano es racista?

Carlos Efrén Agudelo: Es una pregunta que no se puede responder con un no o un sí. La Constitución nacional incluye normas para combatir las conductas racistas y discriminatorias. Existen leyes como la 70 de 1993 que establece importantes derechos sociales para las poblaciones afro colombianas. En este sentido podríamos decir que el Estado colombiano no es racista. Pero cuando el Estado no cumple o no garantiza el respeto de estas normas y legislación, si podemos decir que éste incurre en un comportamiento racista por acción u omisión.

SEMANA.COM: ¿El gobierno hace lo suficiente por integrar a esa población en la sociedad?

C.E.A.: Justamente cuando se constata la situación de las poblaciones negras en la región Pacifica, victimas de la violencia impune, del abandono del Estado, del incumplimiento en la implementación de sus derechos territoriales, ¿de cual "integración" a la sociedad nacional podemos hablar?

Y si miramos del lado de los sectores más pobres y marginalizados de las ciudades, encontramos igualmente una presencia importante de poblaciones negras. De las normas y leyes especiales dirigidas a subsanar la desigualdad a la realidad todavía hay mucho trecho.

SEMANA.COM: ¿La sociedad colombiana es racista?

C.E.A.: La abolición de la esclavitud no acabó con el prejuicio racista de la sociedad de considerar a las poblaciones negras como inferiores. Esta actitud hunde sus raíces en el sistema colonial y la esclavización y se manifiesta de manera sutil unas veces y otras de forma descarada. No basta con reconocer las cualidades deportivas o artísticas de las poblaciones negras para considerar que no se es racista.

Al contrario, asignarles como rol social básicamente las actividades lúdicas es justamente la muestra de los prejuicios racistas que persisten en la sociedad colombiana pero que son una problemática persistente en todo el mundo occidental. La presencia de una persona negra en roles distintos de la sociedad (profesionales, intelectuales) es vista todavía como una proeza individual meritoria pero excepcional.

SEMANA.COM: ¿Cree que la comunidad afro colombiana ha hecho lo suficiente para tener un espacio en la vida política, social, cultural y económica del país? Su participación podría contrastar con la de los indígenas.

C.E.A.: Hay muchos sectores de las poblaciones negras en Colombia que a lo largo de su historia se han movilizado y organizado para enfrentar su difícil situación, aunque no hayan logrado plenamente sus propósitos.

Pero independientemente de las limitaciones de sus experiencias de lucha, el acceso al respeto de sus derechos y la superación de los prejuicios racistas de la sociedad no se pueden medir en términos de saber si estas poblaciones "se los han ganado" o si "se los merecen". Simplemente son derechos que todo ciudadano debe tener garantizados por el Estado y por la sociedad. ¿O es que a una persona no negra se le pregunta si ha hecha algo para merecer que no la discriminen por el color de su piel o por su cultura?

En cuanto a la comparación con los indígenas hay que decir que se trata de dos grupos de población con historias distintas y con particularidades que explican las diferencias en el plano político. La mirada de la sociedad hacia los indígenas ha sido también diferente y a pesar de ser también discriminatoria los indígenas han gozado de un reconocimiento como grupo diferenciado que las poblaciones negras no adquieren sino parcialmente a partir de la Constitución de 1991.

SEMANA.COM: ¿A qué le atribuye que no haya afro colombianos en altos cargos?

C.E.A.: Es cierto que existen dificultades de acceso a la educación, lo que en efecto limita el numero de personas de las comunidades negras con mayores capacidades profesionales. Sin embargo la falta de una mayor presencia de representantes de estas poblaciones en funciones de alto nivel tanto en la función publica como en el sector privado obedece también a prácticas discriminatorias en el acceso al empleo.