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El argentino Pablo Scholz está en el país para participar en la muestra de cine colombiano "Sí Futuro". (Foto: Juliana Bedoya P.)

ENTREVISTA

“Los colombianos son los únicos que pueden contar historias de Colombia”

Pablo Scholz es argentino y es uno de los críticos de cine más analíticos. Está en el país porque es uno de los miembros del jurado del primer Premio Nacional de Cine que se entrega este sábado en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá. SEMANA.COM conversó con él.

Juliana Bedoya Pérez
27 de octubre de 2006

Pablo Scholz sabía que quería dedicarse al cine y al periodismo desde muy niño cuando vio ‘Vivir y dejar morir’, una de las clásicas de James Bond. Pero la que lo llevó a estudiar periodismo y realización de cine fue ‘El ciudadano Kane’ de Orson Welles. Desde entonces ha pasado casi toda su vida entre salas de proyección y salas de redacción. Ha estado en los diarios más importantes de su natal Argentina, entre ellos Clarín, diario en el que cumple 14 años.
 
Para él, saber ver cine es "saber donde estás parado" y ser crítico es "tener un espíritu abierto". Por eso, dice, lo que hace es dejar que las películas lo toquen: “pues las películas son como una cebolla, cuando las ves, hablas de ellas y reflexionas, vas entrando más y más en sus capas".

Su carrera como crítico lo ha llevado a ser jurado de los festivales de cine más importantes del mundo. Ha estado en Cannes y en San Sebastián. Ahora está en Bogotá para escoger lo mejor del cine nacional.

SEMANA.COM: Empecemos por el lugar común obligado, ¿Cómo ve el cine colombiano?
Pablo Scholz: una cosa complicada para mí es que no llega mucho cine colombiano a Argentina. Mi primer gran acceso al cine colombiano lo estoy teniendo ahora aquí como jurado. De las diez películas en competencia, solo hay dos que se estrenaron en Buenos Aires que son ‘María Llena eres de Gracia’ y ‘Rosario Tijeras’ que son bastante diferentes entre sí.

Pero puedo decir por lo que he visto es que hay bastante heterogeneidad en cuanto a géneros. Me parece que hay un cine que es muy artístico y otro cine que industrialmente me llama la atención porque lo veo muy potente. Hay películas que tienen un alto nivel de producción. Aquí en Colombia hasta hace poco se hacían seis o siete películas al año, que haya unas con este nivel de producción hace que puedan competir con alguna otra película de fuera.

SEMANA.COM: ¿Siente que hay una propuesta narrativa en los argumentos?
P. S.: Lo positivo es que hay gente capaz de contar historias que le toquen al pueblo. Solamente quienes pueden contar historias de Colombia son los colombianos, no podemos pretender ni esperar que los cineastas de otros lados cuenten las historias nuestras. Uno va al cine para entretenerse, básicamente. Pero cuando uno se entretiene con cosas que le tocan la piel porque siente que le pertenecen, es el mejor momento que uno como humano disfruta en el cine.

SEMANA.COM: Usted habla de entretenimiento pero hay una tendencia en las propuestas a hablar de narcotráfico.
P. S.: Un punto en común en el cine colombiano es la droga, desde el punto de vista que sea, desde el narcotráfico, el consumo personal. Pero lo importante es que se siga haciendo cine. La industria va creciendo y los cineastas van madurando a partir de que empiezan cada vez a filmar y filmar más.
Está bien que convivan todos los tipos de cine. Si uno quiere una industria pujante deben convivir el cine más comercial con un cine más artístico, un cine con más contenido social. De todas formas creo que también se pueden hacer comedias con trasfondos sociales.

SEMANA.COM: Y del cine argentino, ¿qué nos puede decir?
P. S.: En la Argentina hay toda una corriente nueva, lo que se llama el nuevo cine argentino. Es una mirada distinta y no tan anquilosada como era antes. Hubo un quiebre muy importante a fines de los noventa, que es un poco el cine que está llegando a los festivales que compiten en Cannes, en Berlín, en Venecia. Quizás es un cine más ‘festivalero’. Es un fenómeno que tal vez pase también aquí en Colombia. Un cine que a lo mejor llega a otras elites afuera, pasa por muchos festivales, pero que no es un cine muy masivo.

SEMANA.COM: ¿Por qué hay tan dificultad para distribuir el cine Latinoamericano en la región?
P. S.: El fomento del cine en países del Tercer Mundo es fundamental .Es muy difícil producir con tan alto riesgo de que, lamentablemente, el público latinoamericano no lo vea. Si tenemos un mismo lenguaje, formamos parte de América Latina, ¿cómo es posible que nuestro cine no pueda llegar a Chile, a Perú, a Ecuador, a Venezuela? A lo mejor hay que empezar a pensar en hacer coproducciones no forzadas. Que en un guión no se ponga forzosamente a un colombiano con un argentino, todo para poder venderla en uno u otro país.

SEMANA.COM: Si se hiciera un escalafón, ¿en qué lugar estaría el cine colombiano comparado con el resto del latinoamericano?
P. S.: A nivel técnico creo que no tiene nada que envidiarle al cine argentino o al cine mexicano. Creo que está bien posicionado. Y artísticamente, no he visto el suficiente cine colombiano como para dar un concepto. Pero por lo que he visto, creo que hay gente que tiene ideas, hay gente que tiene talento.
Lo que tiene que cambiar es que no tengan que hacer películas cada doce años, como le pasó a Felipe Aljure (director del ‘Colombian Dream’). Eso es un delirio, uno no puede llegar a fomentar ni a forjar una carrera de esa manera.

SEMANA.COM: En cambio en Argentina parece que hay más periodicidad lo que genera más tradición.
P. S.: El cine argentino tiene más tradición que el colombiano, eso tiene que ver con la cantidad de películas que se van filmando. El cine colombiano está pasando por un momento de transición. De casi no tener producción a tener mucha. El próximo año habrá catorce películas para estrenar. Eso tiene que ver algo con la Ley de Cine, que se nutrió de como era la Ley de Cine de la Argentina de 1995 y es un buen camino.

SEMANA.COM: En Colombia mucha gente del cine se dedica más a la televisión. ¿Qué valoración hace de esto?
P. S.: Lo que ocurre también es que se ve más televisión, esto hace que muchos realizadores trabajen también en esto o en publicidad. Lo bueno sería que se pudieran formar cineastas de verdad, no gente que estuviera un poco en la publicidad, un poco en la televisión y cuando consigue plata hace cine.
Eso está cambiando de a poco, hay mejores y más escuelas de cine. Instituciones que forman cineastas y jóvenes que quieren dedicarse a eso. En la Argentina se está formando una escuela importante. Lo más llamativo es que gran parte de los estudiantes son extranjeros y el cuarenta por ciento son colombianos. Sin duda esto redundará en un mejor cine latinoamericano y que este encuentre un lenguaje común, que se vuelva un fenómeno.