Los Gaiteros de San Jacinto, un Grammy a la Tradición

Los Gaiteros de San Jacinto hicieron parte de la alegría en la noche de gala de los Latin Grammy frente al Centro de Eventos Mandalay Bay de esta ciudad, que por primera vez sirvió de trasfondo para los máximos premios de la Academia Latina de la Grabación.

El grupo cuyos integrantes más antiguos son Antonio García ("Toño"), Juan Fernández ("Juancho"), y Joaquin Nicolás Hernández ("Nico"), ganó el premio en la categoría música folklórica. Sólo pudieron asistir dos de sus integrantes Fernández y García. Su nominación fue debido al trabajo Un fuego de sangre pura, con el sello Smithsonian Folkways. Los Gaiteros de San Jacinto recibieron uno de los cuatro premios entre los cuáles ganaron Jorge Zeledón, en vallenato-cumbia; Catalina Diez, en mejor diseño de empaque y Aterciopelados en mejor álbum de música alternativa. Pero la distinción de los gaiteros cobra más importancia si se tiene en cuenta que en los Grammy se acostumbra a premiar a los artistas jóvenes.

Los gaiteros aparecieron con la tradicional ropa blanca, mochila arhuaca y sombrero vueltiao. Su presencia en el evento fue gracias a la agrupación de reggaetón Calle 13, que gestionó y patrocinó su salida del país. También los acompañaron un grupo de arhuaco con la intención de acompañarlos en la gala.

Su premiación es, tal vez la más merecida, debido al aporte que han hecho para preservación de la música más representativa de la Costa Caribe colombiana: la cumbia. Los Gaiteros de San Jacinto con este trabajo quisieron honrar la memoria de personajes como Antonio Fernández, convertido en una leyenda, debido a que fue el primer gaitero que introdujo letras a la música de gaita, aporte que ha popularizado este ritmo en todo el mundo. Este grupo es el más antiguo de música representativa.

La cumbia tiene sus orígenes en la fusión de ritmos indígenas y africanos. La alegría que transmite invita al movimiento. En un canto se hace presente la cadencia de los mares y el recuerdo de otras tierras. El tambor proveniente de África, con el que se marca el compás, hace las veces de “llamador”. Un efecto hipnótico que hace bailar al más arrítmico.

Antonio García a sus 77 años recibió el premio agradecido con Dios “por permitirme disfrutar esto”, dijo. Él y sus dos compañeros son los únicos que quedan de los miembros más antiguos del grupo. Su trabajo es un legado que perdurará gracias a que las generaciones más jóvenes están interesándose por volver a la raíces musicales de sus ancestros.

Por esta razón reza en su disco producido por MTM como un reconocimiento: “connotados exponentes de la tradición y emblemáticos intérpretes del folclor de Colombia, origen de los más populares ritmos bailables latinoamericanos, reafirman su posición privilegiada dentro de la música ancestral del continente”.