Home

On Line

Artículo

Entrevista

"Los términos de una eventual cooperación no son muy claros"

International Crisis Group, una organización mundial que trabaja para prevenir y resolver conflictos en países en riesgo, acaba de lanzar su informe 'Colombia: negociando con los paramilitares'. En él hace ciertas recomendaciones y denuncias sobre el proceso que el gobierno adelanta con el grupo armado. Semana.com habló con Fernando Mora, el director para el Área Andina y Colombia sobre lo que debe esperar Colombia de la comunidad internacional y de las AUC.

6 de octubre de 2003

En cuanto el presidente Álvaro Uribe Vélez terminó su discurso ante la Asamblea General de la ONU el martes de la semana pasada, la opinión pública comenzó a lanzar teorías sobre los aciertos y errores de su pronunciamiento. El objetivo era convencer a la Organización de la viabilidad del proyecto de alternatividad penal, el cual ha sido duramente calificado por la supuesta impunidad en la que quedarían los delitos atroces cometidos por las AUC. Sobre ello, el debate aún comienza.

Lo cierto es que Uribe logró centrar la atención mundial en el proceso de paz que adelanta su gobierno con las AUC y la inminente necesidad de conseguir ayuda internacional para que éste tenga un resultado satisfactorio.

Paralelo a esto, el ICG (International Crisis Group) una organización mundial con presencia en los cinco continentes que trabaja para prevenir y resolver conflictos en países en riesgo y que cuenta con una alta incidencia en la toma de decisiones de los Estados, lanzó el pasado jueves en Washington su último informe titulado 'Colombia: Negotiating with the Paramilitaries' (Colombia: negociando con los paramilitares). En él, hace una serie de denuncias y recomendaciones sobre la negociación con el grupo paramilitar y establece los errores del gobierno colombiano que hacen que dicha cooperación esté cada vez más lejos.

El director del grupo para Colombia y el Área Andina, Fernando Mora, habló con Semana.com sobre este tema, la violación del cese al fuego de los paramilitares y la incierta ayuda internacional.

Semana.com: El informe menciona que el cese al fuego no ha sido respetado por los paramilitares. ¿En qué basan su afirmación?

Fernando Mora: Es que el cese al fuego es casi una teoría. En realidad no sabemos si ha sido respetado. No existe ningún órgano de monitores para decirnos si sí o no. Entonces por el momento y según la situación actual en Colombia, podemos decir que aparentemente, el cese al fuego no ha sido respetado. Aún más, no se sabe tampoco si los lazos con el narcotráfico han sido cortados. Tampoco si las personas que están secuestradas por los grupos paramilitares han sido liberadas. Hay varios aspectos importantes que no están claros. No hay transparencia, ninguna información clara.

Semana.com:¿Entonces de dónde sale la información para elaborar el informe?

F.M.: Nosotros hemos tenido la posibilidad de viajar y cuando hablamos con las personas en diferentes partes del país, como Arauca, Putumayo, Bucaramanga y la zona cafetera, tenemos el sentimiento que ese cese al fuego no ha sido respetado. Nos basamos en lo que vemos sobre el terreno.

Semana.com: ¿A partir de eso qué se tendría que hacer?, ¿cuál sería la recomendación del ICG?

F.M.: Es importante la creación de una comisión que pueda hacer este monitoreo, es importantísimo que alguien este mirando si las tres condiciones de base puestas por el presidente Uribe para negociar con cualquier grupo se está respetando o no.

Semana.com: El punto que más ha llamado la atención de este proceso es el proyecto de alternatividad penal, cuestionado por varios sectores; pero defendido a cabalidad por el Gobierno. De hecho, el presidente Uribe se esforzó por defenderlo ante la ONU. ¿Cuál es su opinión respecto a este?

F.M.: Este proyecto de ley es muy importante, no solamente por que puede ayudar en la negociación con los paramilitares y llevar a una desmovilización o a una reinserción, sino porque ayudaría a que los próximos grupos que quieran negociar con el gobierno, ya tengan una ventana y un marco jurídico de base. Entonces las expectativas a ese nivel son importantes. Sin embargo, en el informe le decimos al gobierno hay que hacerle cambios importantísimos.

Semana.com:¿Cómo cuáles?

F.M.: Por ejemplo hay que tener en cuenta todos los estándares internacionales en materia de derechos humanos y de Derecho Internacional Humanitario. Hay un punto que es bastante delicado y es que el proyecto actual da la impresión que se puede llevar a la impunidad, lo que ha sido debatido por el Alto Comisionado para la Paz.

Sin embargo, todo parece indicar que la ley no es lo suficientemente clara para acabar con esa sospecha. Vale la pena debatirla, vale la pena hacerle cambios importantes y hemos hecho unas recomendaciones muy claras. Como por qué el gobierno colombiano no trata de buscar un punto de vista de otras experiencias internacionales, de cómo en otros países se han hecho leyes en este tema de la desmovilización y resocialización y tomar en cuenta esas experiencias y tratar de llevar a una solución a la colombiana, con una ley que respete todas esas experiencias y esos estándares internacionales. Incluso, ¿por qué no pedirle asesoría a la Comisión interamericana de Derechos Humanos?

Lo que nosotros pretendemos es que esto no se hunda. Este es un riesgo bastante grande que el gobierno de Colombia está tomando. Pero vale la pena.

Semana.com: Usted ha reconocido que la comunidad internacional es un actor importante en este proceso, ¿cuál debería ser su papel?

F.M.: En ello hay varios puntos pertinentes. Primero que todo, nosotros le decimos a la comunidad internacional en general que apoyen el proceso, no solamente con expertos técnicos que conocen los temas de desmovilización y reinserción, sino también ayudar con dinero.

Pero a su vez, le decimos al gobierno colombiano que si quieren el apoyo de la comunidad internacional, deben tener un marco muy bien definido. Se necesita que el gobierno tenga una agenda muy clara, que se la muestre a la comunidad internacional y que pida su apoyo con base en ella.

Semana.com:¿Actualmente el gobierno tiene esa agenda?

F.M.: Actualmente no es muy clara. El Alto Comisionado para la paz ha presentado un presupuesto y ha dicho que la desmovilización y la reinserción tienen un costo. Pero no explica por qué y no dice en qué, cómo y en dónde se va a gastar ese dinero. Entonces esa imprecisión genera dudas en la comunidad internacional.

Primero, ¿por qué la comunidad internacional debería apoyar un proceso cuando los paramilitares tienen mucha plata?. Ellos tienen entradas económicas de la droga y de otras fuentes como robo de gasolina y de otra clase de tráfico. Entonces la Comisión Internacional dice: "ustedes nos están pidiendo colaboración para que ayudemos económicamente, pero, ¿por qué no empiezan ustedes a confiscar todos los bienes adquiridos ilegalmente y con fuetes ilícitas de los paramilitares?.

Semana.com: En este sentido, el Presidente presentó ante la ONU un balance de los logros en cuanto conflicto armado y narcotráfico. ¿Cuáles cree que fueron los resultados obtenidos?

F.M.: Me parece que todavía los términos de una eventual cooperación no son muy claros. El balance presentado por el presidente de la República fue bastante contundente, pero no hay que olvidar que es el balance de un presidente. La imagen que podemos retener es que Uribe de manera honrosa presentó muy bien cuál es la situación actual en Colombia y qué está haciendo él como presidente de Colombia. Entonces desde el punto de vista de alta diplomacia, él está haciendo un excelente trabajo.

Semana.com: ¿Pero se puede decir que convenció a la ONU?

F.M.: No es posible saber a partir de esa intervención, cuáles van a ser las relaciones entre las Naciones Unidas y Colombia en relación a los grupos paramilitares. Yo creo que la discusión acaba de comenzar. El presidente de la república le ha hecho propuestas a la ONU para lograr esa intervención, ahora hay que ver cómo van a reaccionar. Tomemos en cuenta un punto esencial, las Naciones Unidas son "intermediarios" entre el gobierno y las Farc, ¿sería posible que las Farc aceptaran que también hagan parte de las negociaciones entre el gobierno y los paramilitares?

El presidente ha hecho un llamado, ahora hay que analizar cuál es la situación en el terreno, cómo las Farc van a reaccionar, cómo los paramilitares van a reaccionar, inclusive, cómo el gobierno va a reaccionar.

Semana.com: Entonces, ¿cómo califica el pronunciamiento de Uribe ante la ONU?

F.M.: Lo que el Presidente Uribe hizo en las Naciones Unidas es un ejemplo importante de lo que Colombia debe hacer. No solamente delante de la ONU, sino de todo s los gobiernos en los cuales Colombia tiene representación. La negociaciones de paz en Colombia necesitan de una diplomacia que explique de forma clara y sencilla los alcances de todo proyecto que pueda conducir a un proceso de paz.

Semana.com: Durante la visita a Estados Unidos, Uribe también se entrevistó con el presidente Bush y con Collin Powell, quien elogió el balance presentado. ¿Qué tan importante es Estados Unidos en todo este proceso iniciado con los paramilitares y en una solución al problema?

F.M.: Primero, en relación a la negociaciones eventuales entre los paramilitares y el Gobierno, nosotros le sugerimos a Estados Unidos que ayude a Colombia dándole información concreta sobre casos que ellos conozcan de lazos entre paramilitares y militares. El motivo de esta recomendación es por que en los últimos meses, Estados Unidos dijo que tenían pruebas de ello, por lo que pidieron la cabeza de varios militares. Pero nunca fueron pruebas claras y contundentes, con nombres propios. Lo que necesitamos es que los que tengan lazos con los paramilitares y los están ayudando, no solamente se retiren de las Fuerzas Armadas, sino que también sean castigados.

Segundo, es que los Estados Unidos han dicho que ellos están listos a ayudar económicamente en este proceso. Ahora bien, en los últimos días aquí en Washington, diferentes periódicos han informado que el departamento de Estado no ha negado la ayuda, pero tampoco ha dicho que si. Esto significa que aparentemente el gobierno norteamericano está tomando medidas más prudentes, está viendo qué pasa antes de decidir si apoyan de lleno este proceso.

Semana.com: Brasil ha ofrecido su ayuda y no ha recibido una respuesta al respecto. ¿Qué tan importante es esta cooperación y por qué el silencio del gobierno?

F.M.: La situación de Colombia influye mucho en la región. Para nosotros es importante que el país tenga una política regional. La canciller Barco nos ha explicado que Colombia ha tratado de estrechar lazos bilaterales con Venezuela, Panamá, Ecuador y Brasil. De pronto la política colombiana no ha sido muy regional y ha estado focalizada hacia una relación bilateral con los Estados Unidos. Asumir que Brasil puede ser de más ayuda que Estados Unidos es una decisión de política internacional para el gobierno. De manera tal, que me parece que el ofrecimiento de Brasil es bienvenido, pero una respuesta colombiana no ha llegado por que me imagino que es prudente observar primero qué puede suceder con el vecino del norte.

Semana.com: ¿Entonces ustedes recomiendan abrir un poco el panorama?

F.M.: Si, eso es lo que le hemos recomendado al gobierno colombiano. Que se abra a nivel regional y aproveche que el presidente Lula da Silva está en buena disposición y que tiene una visión clara de lo que el gobierno brasileño puede hacer en este proceso. Entonces me parece que esa es una oportunidad que hay que aprovechar.