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La reconocida ONG argentina Madres de Plaza de Mayo insultó al presidente Álvaro Uribe y defendió a las Farc en recientes discursos públicos.

Desde Argentina

Madres de Plaza de Mayo, que surgieron en la dictadura contra la desaparición forzada, ahora apoyan los secuestros de las Farc

La confusión fuera del país sobre las acciones de las Farc son enormes. Mientras en Colombia hay indignación porque se supo que las Farc tienen a sus secuestrados encadenados en la selva, la famosa ONG argentina sale en respaldo de Chávez y de este grupo armado.

15 de enero de 2008

El nombre del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ha venido sonando en las últimas semanas en la Plaza de Mayo de Buenos Aires (Argentina). Allí queda la Casa Rosada, donde está el despacho de la máxima autoridad de ese país, la hoy presidente Cristina Fernández.
 
Allí también ocurre cada jueves desde hace 30 años la marcha de las Madres de Plaza de Mayo, una ONG que surgió en 1977. Inicialmente, su fin era reclamar justicia para castigar a los responsables de unas 30.000 desapariciones ocurridas durante la dictadura militar que gobernó ese país de 1976 a 1983.
 
Aquella organización de mujeres, encabezada actualmente por Hebe de Bonafini, de 80 años, ya se dedica a hacer trabajos sociales y además, ha tomado un tinte político a favor de los ideales que defendieron sus hijos. La mayoría de ellos murieron durante aquel período oscuro, cuando la Presidencia era liderada por los militares. Se trata de una de las etapas mas dolorosas y tristes en la historia del país austral, pues miles de jóvenes fueron desaparecidos, torturados, violados y arrojados al mar. Hoy incluso, siguen desconocidos los paraderos de miles de personas que se oponían a ese tipo de gobierno de los salvajes militares que violaron todos los derechos humanos. Con valentía, ellas han reclamado la verdad sobre aquellos casos y son un ícono de lucha en ese país.

Fieles a los ideales que defendieron sus hijos, las Madres de Plaza de Mayo han encontrado en el presidente venezolano, Hugo Chávez, un líder de la causa revolucionaria en busca del socialismo.

Y la antítesis de aquellos intereses la ven, ni más ni menos, que en el presidente Uribe. Por eso, frente a los últimos acontecimientos bien conocidos nacional e internacionalmente entre ambos mandatarios, aquellas mujeres no han parado de lanzar agravios contra él.

En las manifestaciones públicas, reconocidas porque ellas aparecen con pañuelos blancos en la cabeza, han respaldado firmemente a la guerrilla. El respaldo a las Farc se conoce en momentos en que el país está horrorizado por los testimonios de cómo están hoy los secuestrados en poder de este grupo subversivo. La guerrilla, por ejemplo, obliga a los secuestrados a tener sus necesidades fisiológicas en las mismas ollas donde después les sirven la comida. Y también, los tienen encadenados pese a sus múltiples enfermedades. Toda la crueldad imaginable por el ser humano en contra de otros seres humanos es aplicada por las Farc. Y en ese escenario, sorprende la declaración de las Madres de Plaza de Mayo.

“Vivemos a las Farc”

En su última aparición, el pasado jueves 10 de enero, hicieron una enérgica defensa a las Farc y ofendieron al presidente colombiano a propósito de la liberación de Clara Rojas y Consuelo González.

“Hoy es un día de mucha felicidad. Hace un ratito nomás se entregaron los rehenes. Nos parece brillante la actividad de Chávez, lo que hizo Chávez, excelente, un estratega increíble. Y también vivemos a los compañeros de las Farc, que demostraron que son lo que son y vamos a ver si ahora Uribe hace lo mismo, porque él también tiene muchos rehenes y no es capaz de devolverlos”.

“Las Farc empezaron devolviendo, Uribe tiene que hacer exactamente lo mismo”, dijo Bonafini en su discurso, desconociendo que el pasado junio el gobierno colombiano dejó libres a 300 guerrilleros presos con la idea de dar un primer paso.

En seguida, la líder lanzó palabras de apoyo para la guerrilla e insultó a Uribe. “Estamos orgullosas del presidente Chávez, por supuesto, orgullosas de los compañeros de las Farc, nos parece maravilloso. Todos tenemos que tener conciencia de que son compañeros que hace 40 años luchan por liberar a su pueblo. Y hoy liberaron a esos rehenes y tienen la intención de seguir liberando. Vamos a ver ahora qué hace Uribe, que es el mentiroso más grande que tenemos. Así que estamos felices de que hayan participado muchos, gracias también al presidente Kirchner, que fue (como observador del proceso)”.

Y, a renglón seguido, contó que su organización guarda con cariño la bandera de las Farc. “Las Madres tenemos una bandera que nos regalaron los compañeros de las Farc, y yo la miraba con mucha emoción. Hace muchos años nos la entregaron a Elsita y a mí en Brasil, así que la guardamos con muchísimo cariño, como guardamos la bandera de Venezuela, como guardamos la bandera de tantas patrias liberadas. También los compañeros de las Farc luchan por liberar a su país”.

Pero esto no es lo más grave. Apenas ocho días antes, la misma mujer que dijo enérgica estas palabras había embestido con insultos al presidente colombiano (ver video al final de esta nota).

Lejos de la realidad

Con términos muy ofensivos, Madres de Plaza de Mayo atacaron a Uribe para defender a las Farc, una organización que, según piensan, va acorde con sus ideales de justicia, democracia y libertad. Incluso, le dan el mismo nivel al gobierno colombiano que a esa guerrilla. “Él (Uribe) tiene más de 500 rehenes de las Farc y de eso no se habla, se habla nada más que de los rehenes que tiene la gente de las Farc y no de los de las Farc que tiene Uribe”.

Esto da señal de que en el mundo se están contando falsas noticias sobre la realidad colombiana como producto de una silenciosa campaña de relaciones internacionales que viene ejecutando el grupo subversivo. De ninguna manera, los más de 700 secuestrados por la guerrilla están en las mismas condiciones que los presos en las cárceles colombianas.

Mientras los unos gozan de derechos y garantías como reclusos en cárceles del Estado, los otros viven, según relatos de liberados y fugados, en verdaderos campos de concentración, encadenados permanentemente.

Para los secuestrados, cada minuto es una amenaza de caer en garras de animales salvajes, enfermedades difíciles de curar en medio de la manigua como el paludismo o la leishmaniasis. Aguantan hambre. Sufren de diarreas permanentes. Son sometidos a extensas caminatas de días enteros y obligados a pernoctar en cualquier rastrojo o matorral monte adentro. Permanecen lejos de sus familias, mientras que a los presos se les permiten visitas recurrentes. Y cada vez que se conocen pruebas de vida, se ponen en evidencia las condiciones deplorables y humillantes en que pasan sus días los secuestrados.

Esto, sin contar los ríos de sangre de civiles que se han derramado durante sus tomas, el uso de armas insólitas como cilindros de gas cargados de explosivos, collares-bomba, burros-bomba, bicicletas-bomba, y cuantos elementos sirvan para camuflar explosivos. Siembran minas antipersonas, que dejan heridas imposibles de recuperar para quienes caen en ellas. Y muchos de estos actos son perpetrados con la participación de niños que tienen incorporados en sus filas.

Por si fuera poco, han asesinado a secuestrados en condiciones de indefensión, como el mayor Julián Guevara, los 11 diputados del Valle, el ex gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria y su asesor de paz, Gilberto Echeverri, entre otros que no tuvieron mayor resonancia ante la opinión pública como Alejandro Ledesma Ortiz, José Nolberto Pérez (cabo primero), Víctor Marulanda, Francisco Negrete Mendoza (cabo primero del Ejército), Héctor Lucuara Segura (sargento viceprimero del Ejército), José Gregorio Peña Guarnizo (cabo primero de Infantería Marina), Jerrsinio Navarrete Sánchez (cabo primero del Ejército), Samuel Ernesto Cote Cote (cabo primero del Ejército), Mario Alberto Marín Franco (cabo primero del Ejército) y Wagner Harbey Tapias Torres (teniente del Ejército), sin contar a los fallecidos que no se encuentran en la lista de canjeables.

No son cualquier cosa

Para muchos, lo que pueda pensar un grupo de ancianas, como lo es Madres de Plaza de Mayo, podría tener poca trascendencia. Pero ellas se han ganado el respeto por su lucha y eso ha hecho que sus voces se escuchen en varios rincones del continente. No se trata de cualquier ONG. De hecho, en países como Suecia, Suiza, Bélgica, Alemania, Francia, Noruega, España, Dinamarca y Holanda hay organizaciones que apoyan a las Farc. En Colombia también las hay. Y pueden ser tanto o más ofensivas que las Madres.

Pero ellas tienen poder. Son líderes en acciones sociales. Han construido barrios, han aportado a soluciones de vivienda y educación a lo largo del país, tienen medios de comunicación y han sido cercanas al gobierno de Néstor Kirchner. Desde 2003, él impulsó la anulación de leyes de perdón que recaían sobre los culpables de los atropellos durante la dictadura militar. Eso permitió reabrir las investigaciones judiciales contra cientos de detenidos.

Por eso, Bonafini declaró en su momento que “siempre hemos marchado en contra del poder, contra los que nos engañaron, nos traicionaron. Hoy, el Presidente (Kirchner) es un amigo de las Madres, que está haciendo muchas cosas que no esperábamos ver”. Incluso, según dijo, por él dejarían su causa de pedir la verdad sobre las 3.000 desapariciones de que se habla porque “ya no hay un enemigo en Casa de Gobierno”. Y los elogios han sido públicos de lado y lado.

Hoy, la sucesora de Kirchner, su esposa, Cristina Fernández, goza también del aprecio de aquella ONG y la mandataria ha manifestado admiración por ellas.

Pero el gobierno argentino no es el único que tiene cercanía con esta organización. Como puede predecirse, Hugo Chávez también la tiene. Tanto, que con su impulso las mujeres implementaron en la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo la cátedra Bolivariana desde 2004. A la inauguración del primer curso asistió el Presidente venezolano, que compartió la mesa principal con Bonafini.

Además, Chávez fue nombrado como el director honorario de la emisora AM530, propiedad de aquella ONG, por donde difunden su pensamiento, bajo la dirección de Bonafini.

En conclusión, Madres de Plaza de Mayo tienen recursos, son reconocidas y pueden influir en muchas personas con sus medios de comunicación, la academia y sus obras sociales. Precisamente, por tener estatus deben medir sus comentarios, sobre todo para referirse al Presidente de otra república. Mucho más si lo hacen en la plaza pública, frente al palacio presidencial y ante cámaras y micrófonos.

El presidente Uribe, a pesar de tener contradictores y críticos, fue elegido democráticamente por un alto porcentaje de colombianos. Y cualquier tipo de agravio o comentario salido de tono y descontextualizado en su contra, como los de Madres de Plaza Primero de Mayo, se convierte per se en un insulto para todo el país.



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