Más vida pero con hambre

La capital de Antioquia tiene un motivo de celebración: 2004 fue el año menos violento de los últimos 20. Según el Observatorio de Derechos Humanos y Conflicto Urbano del Instituto Popular de Capacitación (IPC), entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2004 hubo 1.028 muertes violentas contra 1.751 en el mismo período de 2003. Aunque esos resultados también tienen que ver con gestiones de gobiernos pasados y la desmovilización de un grupo de las AUC en la ciudad, los paisas le reconocen a su alcalde Sergio Fajardo un esfuerzo pedagógico especial para que el clima de convivencia mejore. Pese a esto, le cuestionan las pocas medidas que se están tomando para desmantelar las estructuras criminales que todavía quedan de la violencia de años atrás, controladas por bandas de delincuentes que extorsionan al comercio. El optimismo que se respira se ve empañado con el incremento de la pobreza, que en gran parte no depende del gobierno local. Medellín tiene más de 700.000 desempleados, lo que muchos consideran su peor problema. Aunque algunos critican una exagerada exposición de Fajardo en los medios, la mayoría destaca su papel clave en la renegociación de la deuda del Metro, lo que destrabó financieramente al municipio, y su gestión para lograr un mejor recaudo de impuestos. Por eso hay expectativa de que su popularidad, la más alta de los alcaldes del país, se traduzca el año nuevo en inversión social y obras que sigan generando desarrollo para la ciudad.