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ENTREVISTA

Minhacienda: "Gastamos menos que Pastrana, Samper y Gaviria"

Para conversar de la bonanza económica, pero también de la necesidad de virar el timón si se quiere ahorrar para las vacas flacas y construir una sociedad más equitativa, María Teresa Ronderos de Semana.com entrevistó al Ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga.

23 de abril de 2008

El año pasado Colombia creció lo que no crecía hacía 30 años: 7,5 por ciento; los empresarios invirtieron como hacía tiempo no lo hacían, 27,8 pesos por cada 100 que produjo el país; y la cifra de desempleo de menos de dos dígitos no se veía desde hacía una década.

Ser ministro de Hacienda en el mejor momento de la economía de un país bebe ser uno de los más satisfactorios cargos que una persona pueda tener. Casi todas son buenas noticias. No obstante, en el horizonte se anuncian tormentas en las economías mundiales y los críticos han advertido que el gobierno no parece estar preparándose para ellas.

La filosofía gubernamental detrás del crecimiento consiste en que si se motiva a los grandes empresarios con subsidios e impuestos especiales, estos reinvertirán a la economía, la harán crecer y finalmente esta riqueza, con la ayuda de un gasto social expansivo, lloverá hasta los rincones más pobres. Muchos expertos le encuentran agujeros a esta visión.

El actual Ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, ha sido uno de los pocos que ha llegado al cargo siendo más político y empresario que tecnócrata, como había sido la tradición colombiana. Fue presidente de una gran empresa familiar, Representante a la Cámara y alcalde de su pueblo Pensilvania en Caldas, donde lideró quizás la primera creación de un territorio de paz, a manera de resistencia civil contra la violencia de las Farc.

Para conversar de la bonanza económica y también de los riesgos y advertencias que están haciendo varios expertos sobre la necesidad de virar el timón de la economía colombiana, María Teresa Ronderos de Semana.com lo entrevistó.

SEMANA.COM: La revista Semana presentará la próxima semana uno de los mejores informes de las 100 empresas de todos los tiempos. ¿por qué les fue tan bien?

Oscar Iván Zuluaga: El crecimiento económico colombiano está basado, en gran parte, en una demanda muy activa. De ahí que las empresas hayan tenido un año exitoso. Además para muchas de las empresas más grandes, el entorno externo ha sido muy benéfico por el alto precio del petróleo y de los minerales. Han crecido las mineras, las de hidrocarburos. No son grandes generadoras de empleo, pero como pagan muchos impuestos contribuyen a financiar el gasto social de la Nación.

S: El año empezó con buenas noticias sobre el empleo, excelentes en el caso de Bogotá, por ejemplo. Sin embargo ya los gremios muestran preocupación sobre lo que ha sucedido en el primer trimestre: despidos en el sector de las confecciones, aumento del desempleo al 12,7 en febrero. Sus críticos afirman que el gobierno no parece estarse dando cuenta de las señales del mercado y está planeando un presupuesto de 2009 más abultado que nunca…

O.I.Z.: Ya hemos venido ajustando el presupuesto vigente a medida que se moderan las expectativas de crecimiento. Hasta ahora hemos presentado al Congreso un anteproyecto de presupuesto de 146,5 billones de pesos, pero aún no presentamos el marco fiscal de mediano y largo plazo y eso será en junio 15. Ése es el definitivo, el que fija cuál debe ser la política fiscal. Para que tenga una idea, este año presentamos un anteproyecto de 132 billones y quedó en 125,7 billones.

S: Un aumento de 14 billones en el anteproyecto de todos modos revela una expectativa de gasto mayor, en contravía de las señales de la economía que anuncian frenazo…

O.I.Z.: El gobierno ha ajustado su gasto a medida que las expectativas de la economía se han moderado. En el prepuesto de 2007, que creció 6,3 por ciento nominal, lo ajustamos en julio ante la expectativa de un crecimiento, igualmente importante de 5 por ciento, pero menor. En 2006 teníamos un déficit del gobierno nacional central como porcentaje del PIB del 4,1 por ciento. Y lo cerramos en diciembre de 2007 en 3,2 por ciento. El déficit del balance primario fue de sólo 1,2 por ciento, sin contar privatizaciones, un logro que hacía 14 años no se conseguía.

S: El incremento en los gastos del gobierno también ha sido cuestionado en la coyuntura porque presiona la inflación –cuando está en alza – y obliga al Banco de la República a subir las tasas de interés para frenarla, lo que a su vez incide negativamente en el crecimiento económico…

O.I.Z.: En realidad estamos gastando menos que los gobiernos anteriores. Si usted le quita lo que tenemos que girar para cubrir el hueco de las pensiones, el crecimiento real del gasto público bajo los períodos de Uribe ha sido apenas de 5 por ciento en promedio, comparado con el 6,6 de Pastrana, 9,4 por ciento de Samper y 11,9 bajo Gaviria.
 
Además el gran consumo hoy no es público sino privado. En 2007 el consumo de los hogares creció 7,3 por ciento y es el que está presionando la inflación, mientras que el público sólo creció el 2,9 por ciento. Por eso en el Banco de la República hemos subido acorde las tasas de interés para moderar el consumo privado y quitarle presión a la inflación.

S: ¿Tiene que ver la rápida expansión de un programa tan popular como Familias en Acción que depende directamente de la Presidencia y que reparte dinero en efectivo, con el ánimo de reelección del uribismo?

O.I.Z.: Es un programa del gobierno Pastrana de susidios condicionados a las familias que alimenten mejor a sus hijos, que los envíen al colegio, etc., que ha sido muy bien evaluado por el Banco Mundial por sus efectos positivos sobre la pobreza.

S: Sí pero era un programita y el gobierno Uribe lo masificó…

O.I.Z.: Pues eso precisamente me da la razón de que no tiene un criterio político. Cuando atendíamos a 500 mil familias, con 1,5 millones de familias en la pobreza absoluta, sí se podría pensar en que se seleccionaban a los “escogidos” con criterio político. Lo que queremos es lograr cobertura universal: que todos los pobres tengan acceso a Familias en Acción.

S: ¿Cómo se aseguran de que la plata la reciban, en efecto, los más pobres y no los más leales del gobierno?

O.I.Z.: Están llegando al Pozón en Cartagena y Buenaventura y a donde están los más pobres del país. Se rige por un criterio técnico: cubre a los estratos uno y dos, y no hay manejo político. Repito, si como lo planeamos este año, llegamos a los 1,5 millones de familias la cobertura será universal, entonces son todos y no puede haber palancas políticas. Ahora bien, el reto en este programa es como diseñar estrategias para que la gente salga de pobre y no necesite más los subsidios. Para eso diseñamos la Red Juntos, una batería adicional de programas que busca abrir oportunidades estables de ingresos.

S: Las preocupaciones con la política fiscal también vienen por el lado de los ingresos: demasiadas exenciones tributarias para unos protegidos, lo que crea un régimen injusto y concentrado, que finalmente acude a los impuestos indirectos, como el IVA, que son lo más regresivos para financiar al Estado. Dice el experto Horacio Ayala que al paso que vamos, cada empresario va a terminar con su régimen tributario especial…
 
O.I.Z.: Presentamos al Congreso una Reforma Tributaria que racionalizara y unificara los impuestos y no fue políticamente viable. El Congreso pasó el IVA a la Canasta Básica, se dio esa pela política, pero la Corte lo tumbó. El modelo Uribe busca darle estabilidad a la inversión porque eso genera crecimiento económico, lo cual genera más utilidades y por tanto, más ingresos tributarios, y así se retroalimenta el ciclo económico. Es un modelo exitoso que ha hecho crecer al país como hacía mucho tiempo no sucedía y que ha generado buenos ingresos para el Estado. A marzo de este año había recaudado 11,3 por ciento más de impuestos de lo planeado.

S: Pero la preocupación de fondo es la equidad…que la carga de impuestos termine en los hombros de los pequeños y medianos empresarios y de los trabajadores…

O.I.Z.: El IVA de la mayoría de los países de América Latina es más alto que el colombiano, y en cambio, el impuesto a la renta en Colombia es el más alto. Es verdad que hemos diseñado un sistema tributario basado en exenciones, eso desde hace tiempos, y el ideal sería buscar uno más simple y unificado y más transparente. Lo difícil es encontrar la voluntad en el Congreso para hacerlo.

S: Uno de los tabúes impositivos es cobrarle impuestos en serio a los tenedores de grandes extensiones de tierra. Treinta y dos millones de hectáreas dedicadas a la ganadería extensiva son posibles porque sus dueños no pagan impuestos…

O.I.Z.: Sí, ese es un tema central que Colombia debe resolver; es el origen de muchos de nuestros conflictos. Pero de todos modos con el modelo Uribe el país ha dado un salto hacia la modernidad. La gran diferencia hoy, frente a lo que sucedía en la Colombia de los noventa, es que antes el crecimiento económico se debía básicamente a bonanzas de la construcción, los negocios basados en la tierra como la ganadería y al gasto público.
 
Hoy, crecemos con base en la inversión privada en capital productivo; es la expansión real de nuestra economía: la minería, la manufactura, comunicaciones. La inversión como proporción del PIB creció en 2007 en 27,8 por ciento. Eso es un logro que no se había visto en años. Las utilidades de las empresas son la principal fuente de financiación de esa inversión.

S: Un modelo así, se supone, debería estar acompañado con una magnífica gestión social: si los empresarios pagan muchos impuestos estos deben ser administrados ejemplarmente para llegarle a la mitad de la población a la que poco le llega de la bonanza económica. Pero el problema de la corrupción especialmente en salud y obras de infraestructura locales es una vena rota por donde se va mucho del gasto social…

O.I.Z.: Es central que haya una conciencia de lo público, sin ella no hay control efectivo. Las cadenas de la corrupción son alimentadas por los intereses privados. Por eso son claves las veedurías ciudadanas, las audiencias públicas para licitaciones que hemos impulsado, la obligación de poner prepliegos en páginas web públicas, para que haya transparencia.

S: Usted es de los pocos políticos que llegan al cargo de Ministro de Hacienda. ¿Lo hace eso ver las cosas distinto a los tecnócratas que lo antecedieron?

O.I.Z.: Como político me siento más cercano a las realidades de la gente y como hombre del sector privado, soy más pragmático. Por eso mi preocupación no es tanto si cumplimos con los parámetros de la teoría económica, como saber que si lo que planeamos llegó a la gente.

S: ¿Se siente satisfecho entonces con el modelo económico Uribe?

O.I.Z.: Al menos hemos ganado en el sentido de que tenemos un modelo claro, coherente. Este puede ser debatido; se puede criticar por concentrador o lo que sea, pero es un modelo sobre el que se puede construir.