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Mujeres discriminadas

Dos estudios recientes demuestran que las empresas contratan menos mujeres que hombres. Cuando lo hacen, les pagan menos que a sus colegas. La única explicación para este comportamiento es indignante.

María Fernanda Moreno
22 de mayo de 2005

A pesar de la igualdad de géneros que hoy se profesa y del camino profesional y académico recorrido por las colombianas en los últimos años, todavía siguen siendo discriminadas por sus jefes. Así lo demuestran dos estudios recientes: uno del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que analizó la brecha salarial entre hombres y mujeres en siete ciudades del país y otro del Foro Económico Mundial, a nivel global.

El primero, un estudio realizado por la economista Luisa Fernanda Bernat, demuestra que las empresas colombianas prefieren contratar a hombres. La única explicación hallada por la autora para este fenómeno es la doble jornada que tienen que asumir las mujeres: trabajadoras y madres. "Normalmente son las mujeres las que llevan a los niños al médico, los cuidan si se enferman o van a las reuniones del colegio. Esto para los empleadores es tiempo productivo perdido", explicó Bernat.

"Se casan o quedan embarazadas y dejan el trabajo botado o hay que correr con toda suerte de indemnizaciones", dice el dueño de una comercializadora de trigo y maíz de Bogotá para explicar por qué prefiere contratar hombres. Desafortunadamente no es el único que piensa así.

Cuando las contratan les pagan menos para contrarrestar los eventuales permisos que pedirán para cumplir con sus obligaciones personales. En Bogotá, Manizales y Cali, las mujeres ganan entre un 12 y un 15 por ciento menos que sus colegas hombres. En Medellín y Pasto, la brecha es de 18 por ciento. Barranquilla y Bucaramanga, entre tanto, tienen la brecha más alta: 26 por ciento. "Encontramos que desde la entrevista los empleadores les ofrecen un salario inferior a las mujeres", agregó.

Ambos fenómenos se ven desde los cargos operativos hasta los gerenciales. El estudio no pudo determinar los índices de discriminación por sectores porque la información se recogió a partir de la Encuesta de Calidad de Vida del DANE, diseñada para medir el desempleo y otros temas relacionados. Pero basta con saber que solo el 2 por ciento de los presidentes de las grandes empresas colombianas son mujeres.
 
La discriminación por género no sorprende en un país machista como Colombia. Por eso el segundo estudio, el del Foro Económico Mundial, es aún más preocupante. Revela que en los países desarrollados la brecha salarial también es significativa. En esos países las mujeres acceden fácilmente a los trabajos, pero éstos normalmente están por debajo de sus capacidades o no requieren educación. "Este es un fenómeno que afecta a las mujeres de todas las profesiones en prácticamente todos los países", asegura el documento.

Además, agrega, las mujeres se concentran en profesiones "feminizadas" como enfermería y educación. Cuando optan por carreras como derecho, medicina o ingeniería, tienen menos posibilidades de ascenso o de ocupar un cargo importante que sus pares masculinos. El estudio cita el caso de las egresadas de derecho de la prestigiosa Universidad de Yale. De un número cada vez más alto de abogadas egresadas de esta universidad norteamericana (25 - 35 por ciento), solo una pequeña parte (5 - 15 por ciento) son socias de firmas de abogados. Además un número muy bajo de estas firmas les dan garantías para llevar una vida familiar. "Las profesionales en cargos gerenciales constantemente se ven obligadas a escoger entre una carrera exitosa y tener una familia. Un estudio en Estados Unidos determinó que el 49 por ciento de las mujeres exitosas no tiene hijos, comparadas con solo el 19 por ciento de sus colegas hombres", dice el informe.

Según el Foro, de 58 países, Colombia ocupa el lugar 41 en paridad de salarios y oportunidades económicas para las mujeres. Está por debajo de China, Zimbawe, Turquía y otros países de la ex Unión Soviética.

Se abre el debate

Hay quienes dudan de la veracidad de esas cifras. Charlie Hall, vicepresidente de la firma consultora en selección de personal Top Management, quien lleva 18 años trabajando en ubicación de talentos para las empresas, le dijo a SEMANA.COM: "Siempre ubicamos al profesional y no al sexo. Lo que buscamos en un ejecutivo son sus capacidades y no si es hombre o mujer. De hecho, en cargos de responsabilidad hay más mujeres que hombres, porque ellas son más responsables y comprometidas".

Sin embargo, Martha Lucía Vásquez, Consejera presidencial para la igualdad de la mujer, sí cree que hay discriminación. Aunque no es posible cuantificar las denuncias que su oficina recibe constantemente de mujeres que se sienten discriminadas, afirma que son numerosas. Cuando suceden, lo único que pueden hacer es enviar un derecho de petición a la empresa acusada para que cese sus prácticas sexistas. Un mecanismo legal no está siquiera en los planes. Por eso está adelantando una campaña de concientización sobre la equidad de género en las empresas privadas, donde estas arbitrariedades se registran con mayor frecuencia.

Vásquez asegura que todavía falta mucho camino por recorrer en el tema. Primero -le dijo a SEMANA.COM- habría que crear un mecanismo de denuncia de casos parecido al que existe en Suecia. Sólo así se podrá estudiar el tema a cabalidad para darle soluciones. Tanto el estudio del PNUD como el del Foro Económico Mundial son un acercamiento, pero no alcanzan a poner en evidencia todas las aristas de la discriminación laboral. Por ejemplo, hasta el momento la única explicación para el tema es la de la maternidad. ¿Pero qué sucede con las mujeres que deciden aplazarla para tener una vida profesional exitosa? Según los estudios, a ellas también se les ofrece un salario más bajo. ¿Entonces, qué pasa?